viernes, 8 de julio de 2011

Promovamos la unidad dentro de la iglesia (Juan 17:11-26)

Saludos amados hermanos del CCF, que hermoso y agradable vernos de nuevo.  A todos bienvenidos sean en el glorioso Nombre de Jesús.

El capítulo 17 de Juan es sumamente importante y muy de moda para la vida actual de la iglesia.  Juan describe lo que se conoce como la oración sacerdotal de nuestro Señor.  Jesús en su oración expresa una serie de peticiones.  Una de esas peticiones tiene que ver con aquellos que creeríamos en el futuro como resultado del ministerio de los apóstoles.   Esta oración se pronuncia después de la última cena (Juan 13).   Lo primero que Jesús manifiesta es que Dios mismo nos ha escogido (v. 6, tuyos eran).  Aquí notamos la Soberanía de Dios al escogernos y darnos al Señor Jesús para que le sirvamos.  

Al mismo tiempo, Nuestro Señor pide protección para nuestra vida (v. 15).  Guárdalos en tu nombre, para que sean uno, así como nosotros (v. 11).  Nuestra responsabilidad como Su pueblo es mantenernos unidos en medio del ataque de nuestro enemigo común (1 Pedro 5:8).  Al mismo tiempo es menester mantener el gozo y disfrutar de la vida abundante que Jesús vino a darnos (Juan 10:10, Fil. 4:4).  El gozo genuino viene por fe en Jesús.   Tengamos presente que las adversidades son parte de la vida del creyente y no debe haber sorpresa por ellas (1 Pedro 4:12-13).  

El Señor recuerda en su oración nuestra misión dentro del mundo.  Aunque nuestra labor es dentro del mundo, no debemos nunca acomodarnos a sus exigencias.  Es un llamado a mantener nuestra propia identidad y principios bíblicos.  Como tú me enviaste al mundo, así yo los he enviado al mundo (v. 18).  No podemos cumplir nuestra misión como iglesia fuera del mundo (Mateo 6:13-16).   Estamos en el mundo sin ser parte de él.  Pero en medio de todo, debemos fomentar la unidad.   Para que sean uno (v. 20-23).  Sin unidad no hay fortaleza sino debilidad.  Para que el mundo crea  que tú me enviaste (v. 21).  La unidad es sinónimo de poder, fortaleza, madurez y credibilidad de la presencia misma de Dios.  La unidad es un mandato no una opción (Ef. 4:3-6,  solícitos en guardar la unidad).  En CCF creemos esto, lo predicamos y promovemos para que el mundo crea que hemos sido enviados por él.  Nuestro testimonio como iglesia será mucho más efectivo obedeciendo la oración de nuestro Señor Jesús.  Mantenerlo presente, con mi aprecio, el pastor.

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