viernes, 26 de agosto de 2011

Jesús prueba la fe de Pedro (Lucas 5:1-11)

Todos tenemos temor al futuro. ¿Qué cosas vienen para los próximos años? Nadie lo sabe, pero Dios sí y él sigue control de todo. A todos nos encantaría poder agregar a nuestro gusto los elementos que deseamos para que nuestro futuro sea el mejor. Si tan solo pudiéramos hacerlo cuando pedimos un café en un restaurante. Lo quiero con crema y dos de azúcar. Pero eso no se puede. La vida siempre nos depara sorpresas. Una son agradables otras quizá no. El martes 23 de agosto del 2011, la costa este de USA fue sacudida por un temblor de tierra de casi 6 grados. Pedro, iba a experimentar algo espectacular ese día con Jesús. Ni lo imaginaba. Jesús probaría la fe de su discípulo. Hoy el Señor sigue probando nuestra fe. Si hay algo que todos debemos aprender es saber aligerar nuestras cargas (1 Pedro 5:7 dice, echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros). Nuestro problema es que queremos hacerlo a nuestra manera y no a la manera de Dios. Pedro, un pescador experimentado tuvo que aprenderlo, hoy nosotros seguimos en la fila para seguir aprendiendo como el apóstol.

En el pasaje de Lucas 5, vemos como Jesús aprovecha toda oportunidad para predicar la palabra de Dios. El gentío se agolpaba sobre él para oír la palabra de Dios. Tristemente no siempre encontraremos esa misma situación. Pablo lo afirma en 2 Timoteo 4:2-4, vendrá tiempo….así el apóstol nos hace ver una realidad que hoy lo estamos viendo con nuestros propios ojos. Las personas aún con grandes necesidades no quieren saber de Dios. O por otro lado, buscarán maestros que enseñarán muchos temas pero en la mayoría de los casos no bíblicos, y apartarán de la verdad el oído y se volverán a las fábulas. Jesús sin las condiciones adecuadas se acomoda a la situación y no deja pasar la ocasión. Y entrando en una de aquellas barcas……enseñaba desde la barca a la multitud. Surge la pregunta, ¿estamos aprovechando las oportunidades que Dios nos da?. Después de haber cumplido con sus prioridades, Jesús ordena al experimentado pescador llamado Pedro, Boga mar adentro, y echad vuestras redes para pescar. Quizá para nosotros que no tenemos ninguna experiencia en pescar, no entendemos si la petición del Señor de salir a pescar en ese momento era la mejor. Según los entendidos, afirman que el mejor momento para pescar es la noche o la madrugada. Por ello Pedro dice, toda la noche hemos estado trabajando….El mejor lugar para pescar en el lago era la orilla no las aguas profundas. La respuesta de Pedro podemos interpretarla como si estaba desanimado, cansado sin deseos de volver al trabajo, por ahora. Es importante tener presente que nuestros temores, desánimos o frustraciones no afecten nuestra relación con el Señor y servir en Su obra. El temor nos hace perder la confianza en Dios, perdemos el control y afecta nuestra memoria (olvidamos la fidelidad del Señor). Todos necesitamos aprender a descansar en el Señor. Somos una generación llena de temores. La mala economía, falta de trabajo, el costo de la vida en aumento. Sin embargo, la obediencia de Pedro hizo la gran diferencia. Nada hemos pescado, mas en tu nombre echaré la red. La misma tarea pero sujeta a Cristo produce resultados diferentes. La clave del resultado exitoso fue la obediencia al mandado del Señor.

El pasaje concluye con un Pedro sorprendido y reconociendo quién es él y quién es Cristo. Cayó de rodillas ante Jesús, diciendo: Apártate de mí, Señor, porque soy hombre pecador. Lleno de humildad, Pedro se da cuenta que está ante alguien especial. En el v. 5, Pedro llama Maestro a Jesús ahora le llama Señor (v. 8). Después del milagroso evento, Jesús cambia el trabajo de Pedro, No temas, desde ahora serás pescador de hombre…. y dejándolo, le siguieron.

Finalmente, podemos notar que la fe de Pedro fue probada. Su obediencia resultó en una pesca milagrosa que impactó la vida del hasta ahora pescador. Jesús, con su autoridad cambia el trabajo para ser un nuevo predicador de las buenas nuevas del evangelio ante la humanidad. Cristo nos da la misma invitación hoy a nosotros. Quizá nuestra fe está siendo probada. Recordemos, la obediencia al mandato de Jesús hará la diferencia. Respondamos como lo hizo Pedro, nada hemos pescado, mas en tu nombre echaré la red. Y habiéndolo echó, encerraron gran cantidad de peces, y su red se rompía. Pongamos en acción nuestra fe en el nombre de Jesús.

miércoles, 17 de agosto de 2011

Pedro conoce a Jesús (Juan 1:35-42)

¿De dónde sacamos la idea que no podemos cambiar?  Muchos de nosotros nos justificamos con nuestras malas acciones afirmando:  siempre he  sido así.  Mi abuelo lo fue, mi papá también así que ¿qué podemos esperar de mí?  Así soy yo.  No puedo evitarlo.  ¿Qué sucede cuando estamos enfermos o algo de nuestro cuerpo no funciona bien?  Sencillamente buscamos ayuda del médico.  O si nuestro vehículo no funciona correctamente, buscamos ayuda del mecánico.  Acaso, ¿no deberíamos hacer lo mismo con nuestros corazones?  Jesús puede hacerlo.  Él desea que tengamos un corazón como el suyo.  ¡Qué gran oferta!  ¿no cree?  Estamos seguros que todo lo queremos.  Hay dos elementos fundamentales que nos toca hacer.  El compromiso es uno de ellos.  Es tener el firme deseo, tenacidad impulsora de llegar a le meta.  El otro es la disciplina.  Es el principio de la vida de lograr lo que se quiere, haciendo las cosas que no queremos hacer.  Un deportista necesita ambas cosas para triunfar.  La habilidad no es suficiente para triunfar.  Si no tiene compromiso y disciplina será muy difícil que logre el éxito.  Un deportista perezoso por muy talentoso nunca triunfará.  Jesús desea hacernos nuevas criaturas, ¿lo estamos permitiendo?  El primer encuentro de Pedro con Jesús le marcó para siempre para el inicio de una nueva y definitiva carrera en su vida.

Jesús sabe quiénes somos.  Tú eres Simón (Juan 1:42).  Observándolo intensamente, Jesús le indica que conoce muy bien quién era Pedro.  Simón, su nombre original.  Es importante darnos cuenta que no hay nada que podemos esconder de la vista de los ojos de nuestro Jesús.  Hebreos 4:13 dice, Y no hay cosa creada que no sea manifiesta en su presencia….Simón nos representa a todos con nuestras debilidades, heridas, amarguras, algún tipo de abuso del pasado.  Esa era la personalidad de Pedro:  ansioso, inconstante, hablaba sin pensar.  Sin embargo a pesar de los que somos, Jesús puede hacer una gran obra en nuestras vidas.  El cariño de la gente por lo general aumenta con el desempeño y disminuye con los errores.  Pero no es así con el amor de Dios.  Dios me ama tal como soy, pero rehúsa dejarme tal como soy. 

Jesús sabe lo que podemos llegar a ser.  Tú serás llamado Cefas.  Cefas en arameo y Pedro en griego significa roca, piedra.  Con esta expresión, Jesús de antemano le afirma la transformación completa en su vida interior que experimentaría.  El carácter inestable de Pedro será cambiado por uno estable y seguro.  ¿Lo necesitamos hoy?  ¿Qué vio Jesús en Pedro y en nosotros?    Un atributo divino de Jesús es la omnisciencia que es la capacidad de saber todo (1 Samuel  16:7 dice, …. Jehová no mira lo que mira el hombre….Jehová mira el corazón).  Nuestro Señor estaba viendo a futuro en la vida y personalidad de Pedro.    Quizá muchos de nosotros no hubiéramos escogido a Pedro para una misión como la de Jesús.  Dirigir la iglesia en sus inicios era una gran responsabilidad y alto privilegio.  La inversión de tiempo y paciencia de Jesús por tres años dieron fruto.  A lo largo de la Biblia encontramos varias personas que fueron llamados por Dios para un gran trabajo.  Todos ellos no eran capaces, sin embargo en las manos del Dios Todopoderoso todo cambia.  En lo que respecta a nosotros, estamos de acuerdo que hay nada digno.  Pero tal como Moisés, José, Pablo y Pedro, Jesús desea hacer en nosotros nuevas y valiosas criaturas para ser mejores hombres y mujeres y más efectivos en la obra que Dios nos ha encomendado.  Es menester tal como Jesús mantenernos enfocados y no desviarnos de nuestra carrera que tenemos por delante, puestos los ojos en Jesús (Hebreos 12:2). 

Jesús puede y tiene el poder de transformarnos.    Hebreos 11:6 dice, …es galardonador de los que le buscan.  ¡Qué mejor premio podemos tener que tener a Jesús en nuestras vidas!  Cristo puede garantizar nuestro futuro porque le pertenece.  Por lo tanto, saquemos de nuestra cabeza que no podemos cambiar.  Desde luego que hay un proceso en la transformación que Él desea hacer en nuestras vidas.  El profeta Jeremías 18:1-6 hallamos la parábola del alfarero.  Entre otras cosas describe cómo el alfarero tiene el trabajo de volver hacer la vasija.  Y la vasija que él hacia se echó a perder…. Y volvió y la hizo otra vasija, según le pareció mejor hacerla….¿No podré yo hacer de vosotros como este alfarero….He aquí como el barro en la mano del alfarero, así sois vosotros en mis manos.    El poder transformados de Dios en nuestras vidas.  Hermanos, que en nosotros haya esa convicción que estamos siendo transformado en gloria en gloria (2 Cor. 3:18).  Jesús hizo el cambio en Pedro y lo puede hacer en nosotros también.

martes, 9 de agosto de 2011

La teología del evangelismo (Hechos 1:6-11)

Cuando hablamos de evangelismo, nos referimos a la mayor responsabilidad que Jesucristo delegó a la iglesia para efectuar aquí en la tierra. En la Biblia encontramos pasajes donde claramente se deja ver ese privilegio (mateo 28:18-20, Hechos 1:8) son los pasajes clásicos que hallamos para afirmar esa verdad. Cuando la iglesia no capta esa visión del evangelismo, está fuera del propósito divino y simplemente no está cumpliendo esa comisión para la cual fue dejada. Hoy encontramos una gran cantidad de métodos para realizar esta labor. Sin embargo, la Biblia misma nos deja ver cómo debemos hacerlo. Para realizar el evangelismo bíblico no debemos salirnos de la Biblia. Uno de los grandes errores hoy en cuanto al evangelismo, es tratar de presentar un evangelio fácil, barato y cómodo para nuestros oyentes. Veamos a la luz de la misma Biblia el tipo de evangelismo en el NT:

1. Juan el Bautista: Mateo 3:2, Juan inicia un despertamiento espiritual por medio de un evangelismo y predicación fuerte y radical: Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado. Obviamente debemos tener presente el contexto de Juan para entender el por qué este siervo de Dios usó este tipo de lenguaje fuerte y radical.

2. El Señor Jesucristo: Marcos 1:15, en el ministerio del Señor Jesús encontramos términos similares a los de Juan el Bautista:….El tiempo se ha cumplido, y el reino de Dios se ha acercado, arrepentíos, y creed en el evangelio.

3. El mensaje de la gran comisión: Lucas 24:47 dice, y que se predicase en su nombre el arrepentimiento y el perdón de pecados.

4. El mensaje de Pedro: Hechos 3:19, Así que, arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados.

5. El mensaje de Pablo: Hechos 17:30, Pero Dios, habiendo pasado por alto los tiempos de esta ignorancia, ahora manda a todos los hombres en todo lugar, que se arrepientan.

Como hemos visto en los pasajes anteriores, el término usado por todos los siervos descritos es arrepentirse. ¿Qué es arrepentirse? Viene del griego µετανοια, es una palabra compuesta de dos términos. µετανοια, significa cambio y νους mente. Por lo tanto, el arrepentimiento es sencillamente el cambio de mente, de estilo de vida y de pensar. Es un cambio de voluntad. Es importante tener presente que el primer paso a la conversión de la persona es el arrepentimiento.

Definición de evangelismo: Es el esfuerzo de la iglesia por persuadir a los hombres, a través de una confrontación con el evangelio de la gracia, a que éstos se sometan sus vidas por medio de la fe y del arrepentimiento de sus pecados, a Jesucristo, quien es el Salvador y Señor de la creación (Tomado del ministerio de Raúl Zaldivar, evangelismo aprendiendo a compartir la fe, p. 2).

La obra de Cristo como base de la salvación: la salvación de la humanidad tiene como base únicamente la obra de Cristo en la cruz del calvario (Hechos 4:12, 1 Timoteo 2:5-6). Por medio de esa obra, Cristo logró a favor nuestro lo siguiente:

a. La reconciliación (Romanos 5:10). Porque si siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo….Reconciliación significa, cambio de relación de hostilidad a la armonía y paz (Charles Ryrie, Teología Básica, p. 332). La reconciliación es necesaria debido al pecado del hombre.

b. La redención (Romanos 3:24, Efesios 1:7): el término redención significa, liberación a causa de un pago realizado.

c. La expiación (Romanos 3:25): Este término tiene varios significados: aplacarla ira de un Dios enojado y también el cubrimiento del pecado. La expiación tiene que ver con la reparación de un mal.

d. La justificación (Romanos 5:1, 9): La justificación es el acto judicial, por medio de Dios el cual absuelve o libera al hombre que se arrepiente. Sencillamente, la justificación es declarar justo o pronunciar un veredicto favorable al condenado.

e. La regeneración (Juan 3:3, Tito 3:5): El término significa nacer dos veces o nacer de nuevo. Esto ocurre cuando la persona tiene un encuentro personal con Cristo. Es un cambio instantáneo en la naturaleza del hombre (su parte interior).

Debido a las condición depravada del hombre (Efesios 4:22-24), éste necesita la salvación ofrecida por Dios. Cuando el hombre reconoce su condición y se arrepiente de sus pecados y reconoce su necesidad de un salvador que es Cristo, es salvo por la gracia del Señor (Efesios 2:8-9). Dios perdona sus pecados y lo absuelve de toda culpa y condenación.

Finalmente, como creyentes que compartimos el evangelio, nos podemos encontrar con varios tipos de personas:

1. Moralistas: se consideran que no necesitan a Dios. Dependen de su propia justicia y sus buenas obras para vivir e ir al cielo. Muchos de ellos llaman hipócritas a los que asisten a la iglesia.

2. Indiferentes: estos no tienen ningún interés de ser salvos y son indiferentes a la invitación. No están dispuestos a escuchar. Algunos de ellos se consideran demasiados malos y no hay salvación para ellos. Dentro de este gripo encontramos personas que: desean la salvación pero fue ofendido en el pasado y no ha perdonado la ofensa. Otro que desea ser salvo pero no está en condiciones de abandonar sus malas costumbres.

3. Temerosos: son aquellos que tienen temor a: no ser aceptados por Cristo, se consideran débiles para vivir de acuerdo a la Palabra de Dios. Temen ser abandonados por sus amistades o los que temen que ya es muy tarde para ser salvos.

Consejería para recién convertidos: la consejería es un factor importantísimo en el evangelismo. Es una labor delicada que no debe ser delegada a cualquiera. Para ejercer este trabajo se recomienda a: Alguien convertido. Conoce bien la Biblia. Debe ser entrenada para la consejería. Debe ser prudente y confiable. Debe tener buena presentación. Algunos pasos para la consejería: confirmar la decisión hecha por la persona. Llenar la tarjera de información personal y así mantener contacto o seguimiento con él o ella.


lunes, 8 de agosto de 2011

Pasos en la derrota espiritual en la vida de Pedro (Mateo 26:36-46)

Hablar de derrota espiritual en la vida del creyente quizá para muchos resulta una contradicción debido a que hemos sido llamados a ser mas que vencedores (Romanos 8:37). Sin embargo nuestra vida diaria no siempre refleja esa victoria espiritual que Jesús y la Biblia nos ofrecen. ¿Por qué será? Hay muchos factores que podíamos enumerar. La vida del apóstol Pedro y sus etapas previa a la negación del Señor sirven de ejemplo para cada uno de nosotros. Hay dos detalles que debemos considerar en esta experiencia desagradable. Primero, la Biblia nos llama a confiar en nuestro Dios y no en nosotros mismos, Proverbios 3:5 nos recuerda, Fíate de Jehová de todo tu corazón, y no te apoyes en tu propia prudencia. Por lo tanto, no tomemos la fatal decisión de no confiar en el Señor y hacerlo en otras cosas. Segundo, la derrota espiritual es un proceso que toma algún tiempo. La vida de Pedro antes de la negación comprueban ello.

Lo primero que hizo Pedro en su derrota espiritual fue su jactancia ante la advertencia de Jesús que le negaría (Mate 26:30-35). Con amor, Cristo le advirtió a Pedro, ….antes que el gallo cante, me negarás tres veces. ¿Cómo debió reaccionar Pedro ante esta clara advertencia? Presumiendo de autoconfianza y arrogancia, el apóstol se atreve a discutir con el Señor y le afirma, Aunque todos se escandalicen de ti, yo nunca me escandalizaré…..Aunque me sea necesario morir contigo, no te negaré. Juan 15:5 recuerda, …. Separados de mi, nada podéis hacer. Por lo tanto, cuando en la vida del creyente damos lugar al orgullo, recién comenzamos a separarnos del Señor. Alejemos de nosotros toda jactancia. Segundo, Pedro tuvo poca oración (Mateo 26:36-40). Esta noche descrita por el evangelista no era cualquier noche. Esa noche Jesús fue entregado para ser crucificado y debido a ello, buscó apoyo en oración de tres discípulos (v. 37, Pedro, Juan y Jacobo). Jesús en varias ocasiones los animó a orar (v. 40-41, Lucas 22:40, 46. Lamentablemente, los mismos discípulos no estaban conscientes de sus propias necesidades espirituales. ¿Por qué orar? La oración es el medio sobrenatural que me comunica con Dios. Mediante ella, mi relación con mi Señor Jesús se promueve y fortalece. La oración tiene poder (1 Juan 5:14-15, Y esta es la confianza que tenemos en él, que si pedimos alguna cosa conforme a su voluntad, él no oye). Tengamos presente, que la oración es una ordenanza y no una opción (1 Tes. 5:17, Orad si cesar). Es una falta de responsabilidad cuando descuidamos esta disciplina espiritual. Los resultados pronto se verán.

Tercero durmió mucho (Mateo 26:40, 43). No es malo dormir, pero sí cuando es en exceso y cuando deberíamos estar despiertos. Pedro hizo lo contrario a lo que debía hacer en ese momento. Debió mantenerse en oración y no durmiendo. Romanos 13:11 dice, Y esto conociendo el tiempo que ya es hora de levantarnos del sueño….Tiempo en el idioma original significa ocasión, tiempo fijo o apropiado. Hoy la iglesia debe mantenerse en una actitud de oración constante. Los tiempos son malos y la oración es nuestra arma indispensable para contrarrestar los ataque del enemigo y no durmiendo en exceso. Hay un contraste entre Jesús que estaba en agonía y sus discípulos que estaban profundamente dormidos, ajenos a todo lo que estaba por suceder. Debemos estar sabidos, que descuidar la oración y dormir en exceso contribuye a la derrota espiritual. Cuarto, actuó demasiado rápido (Juan 18:10). Entonces Simón Pedro, que tenía una espada, la desenvainó, e hirió al siervo del sumo sacerdote, y le cortó la oreja derecha….Veamos los pasos hasta en Pedro, sentido de orgullo, poca oración, mucho dormir. Así que no sorprende verlo actuando de esa forma. Trató de tomar el asunto en sus manos y confiar en su fuerza carnal. El Señor reprende a Pedro, Vuelve tu espada a su lugar. El uso de la espada era innecesaria y manifestó ignorancia. Jesús no necesitaba ese tipo de defensa (Mateo 26:53) y Jesús debía cumplir todo lo profetizado (Mateo 26:54). Pedro pudo haberse evitado todo eso si hubiera obedecido al Señor desde el principio. Finalmente, Pedro le seguía de lejos (Mateo 26:58). Esa fue la culminación de su proceso de derrota espiritual. ¿Por qué lejos? Algunas consideraciones al respecto. Quizá no quería que nadie sospechará que era discípulo de Jesús (Marcos 8:38). Tuvo temor de confesar al Señor delante de los hombres. ¿Estaría confundido Pedro por todo lo visto? Pedro no había entendido aún que Jesús debía pasar por la cruz y no era el momento de aniquilar sus oponentes. ¿Trataría Pedro de cumplir su promesa, yo nunca me escandalizaré de ti…..aunque me sea necesario morir contigo, no te negaré. Sea cual sea la razón, esa noche fue muy negra en la vida de Pedro. Pero, seamos considerados con él, 1 Corintios 10:12 nos advierte a nosotros, Así que, el que piensa estar firme, mire que no caiga. La derrota espiritual es una experiencia triste, amarga y desalentadora, sin embargo podemos tomar la otra opción, la victoria espiritual en Cristo Señor. Somos más que vencedores en Cristo Jesús. Tenerlo presente.