Del escritorio del Pastor: El Dios del éxodo es el mismo de la conquista (Josué 5:13-15)
Cuando el pueblo de Israel bajo el liderazgo de Josué, se preparaba para cruzar el río Jordán, Dios les hace recordar que Él merece toda la reverencia absoluta de su pueblo y obviamente el nuestro hoy día. A través de los capítulos 3-5 del libro de Josué, veremos algunos elementos relevantes donde confirmamos que el Todopoderoso Jehová Dios de Israel que los liberó del éxodo, es el mismo Jehová Dios que los conducirá a la conquista de la tierra prometida.
El primer elemento que veremos es que Israel se prepara para cruzar el río Jordán (Josué 3). Tanto cruzar el mar Rojo como el río Jordán, representaban batallas espirituales donde los dos primeros representaban deidades de aquel entonces. En los Salmos hallamos varias veces como los escritores sagrados documentan esta victoria de carácter espiritual, Dividiste el mar con tu poder (Salmo 74:13), Alzaron los ríos, oh Jehová, los ríos alzaron su sonido….Jehová en las alturas es más poderoso que el estruendo de las muchas aguas (Salmo 93:3-4), Al que dividió el mar Rojo en partes….E hizo pared a Israel por en medio de él….Y arrojó a Faraón y a su ejército en el Mar Rojo (Salmo 136:13-15). El mar era representado por Yam, dios mitológico cananeo. Dios dividió el Mar Rojo por mano de Moisés. ¿Sería capaz Dios de repetir su poder en el Jordán? Josué debía seguir las instrucciones divinas las cuales fueron muy diferentes al paso del Mar Rojo. Los sacerdotes levitas debían llevar el arca del pacto y el pueblo debía seguirlos a una distancia de 900 metros aproximadamente. Al mismo tiempo, debían santificarse. Los sacerdotes debían llegar hasta el río y mojarse y al instante el Jordán se detendría. ¡Qué diferente es describirlo que vivirlo! La fe de todos ellos sería probada y fortalecida. El Dios viviente haría el milagro, … En esto conoceréis que el Dios viviente está en medio de vosotros (Josué 3:10). En cuanto las plantas de los pies de los sacerdotes que llevan el arca de Jehová….las aguas del Jordán se dividirán…(Josué 3:13). Josué y los sacerdotes junto al pueblo se les ordenó marchar directamente hacia el río. Las aguas se dividirían era la promesa divina y así fue, Mas los sacerdotes que llevaban el arca del pacto….estuvieron en seco, firmes en medio del Jordán hasta que todo el pueblo hubo acabado de pasar….Y todo Israel pasó en seco (Josué 3:17, Éxodo 14:29).
El segundo elemento que encontramos de similitud con el éxodo y la conquista de la tierra prometida es la celebración de la pascua. Josué 5:10, Y los hijos de Israel acamparon en Gilgal, y celebraron la pascua….La pascua simbolizaba la mayor liberación milagrosa del pueblo de Israel. Recordaba el cordero pascual cuya sangre untada en los postes y dinteles de las puertas de los hogares israelitas evitó que el ángel de la muerte matara al primogénito de cada familia del pueblo de Dios. La pascua es el acto redentor más grande de Dios para el pueblo de Israel (Éxodo 12:14, 21-28). Josué promueve un ambiente espiritual después de ser testigos del milagro asombroso de la división del Jordán. Oportunamente, él hizo recordar a esta nueva generación la fidelidad de Dios en sus vidas. Inmediatamente, Dios tal como lo había prometido, les provee los primeros frutos de la tierra prometida (Josué 5:11-12, Dt. 8:8-10). Se estaba haciendo realidad esta promesa.
El tercer elemento es el de la teofanía (es una manifestación visible de Dios. A menudo el ángel de Jehová ocasionalmente designa un ángel, pero también a menudo describe una persona cuyas características parecen concordar con Cristo únicamente). Tanto en el éxodo con Moisés (Éx. 3:5) como ahora con Josué (5:13-15) encontramos una teofanía. A ambos se les notifica que el lugar es santo (Éx. 3:5, Josué 5:15). Ambos tienen una actitud de reverencia (Éx. 3:6, Josué 5:15). Josué previo a dar el asalto militar contra el primer obstáculo, la ciudad de Jericó, se describe que mientras él daba un vistazo a la distancia a la ciudad, recibe la visita inesperada de un persona con una espada desenvainada. Con sumo valor, Josué le pregunta, ¿Eres de los nuestros, o de nuestros enemigos? La respuesta de este personaje hace ver a Josué, que estaba frente a una persona con mayor autoridad y rango que él. Postrándose sobre su rostro en tierra, le adoró….¿Qué dice mi Señor a su siervo? (v. 14-15). Con la respuesta recibida, Josué entendió que Dios estaba al frente del ejército de Israel y no él. Dios estaba en control de la batalla y hoy de nuestras vidas. Viviendo en mundo materialista y alejado de Dios, no es fácil aceptar la conexión que hay entre las batallas espirituales y físicas (2 Reyes 6:º16-17, efesios 6:10-13). Hoy tal como ayer en el éxodo, el cruce del Jordán, la toma de la tierra prometida, nuestro Dios sigue en control de todo y de nuestra vida especialmente. Jehová Dios de Israel es el Dios de la historia que sigue todo bajo su control, ¡amén! Bendiciones a todos.
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