Del escritorio del pastor: Amonestaciones
bíblicas contra el amor al dinero (Lucas 12:13-21).
Comer, beber y darse la buena vida o
sea vivir sin límite alguno, despreocupado de todo es algo que quizá todos
quisiéramos vivir así. Cuando leemos
este pasaje de la parábola del rico insensato, notamos que esa fue la
aspiración de este hombre. Pero notamos
algo más. Este hombre quiso vivir su
vida lejos de Dios y viviendo su vida alrededor de sus bienes materiales
únicamente pero al mismo tiempo lleno de egoísmo. No fue generoso y tampoco tuvo en sus planes
futuros a Dios.
Enriquecerse legalmente no es un
pecado. El pecado viene cuando el dinero
o los bienes materiales ocupan el primer lugar.
1 Timoteo 6:10 nos recuerda: porque raíz de TODOS los males es el amor al
dinero, el cual codiciando algunos, se extraviaron de la fe, y fueron
traspasados de muchos dolores. Dos
elementos básicos nos enseña este versículo.
Cuando el dinero se convierte en nuestro primer amor (afecto por la
plata) tendremos serios problemas y segundo, el amor al dinero puede
extraviarnos de la fe (2 Timoteo 4:10, Demas se apartó de la fe amando más este
mundo). ¿Hemos pensado alguna vez que
tarde o temprano daremos cuenta de nuestra vida al Señor? Este hombre rico pero insensato no había
pensado en ello. ¡Cuidado con edificar
nuestra vida alrededor de las riquezas!
El mundo de hoy le ha dado a las riquezas un primer lugar.
Quien
ama al dinero confía más en él y no en Dios (Lucas 12:15). La
vida del hombre NO consiste en la abundancia de los bienes que posee. Todos debemos saber que la codicia nos hace
olvidarnos de Dios. La codicia es la sed
de tener más, más y más y nunca estar satisfechos. Sin duda alguna es un grave error confiar en
las riquezas y no en Dios. Job 31:24-28
dice al respecto: Si puse en el oro mi esperanza y dije al oro: Mi esperanza eres tú. Si me alegré de que mis riquezas se
multiplicasen y de que mi mano hallase mucho....Esto también sería maldad
juzgada porque habría negado al Dios soberano.
Proverbios 11:28 agrega, El
que confía en sus riquezas caerá, mas los justos reverdecerán como ramas. Estos pasajes nos dan una nota de seria
advertencia, ¡cuidado con confiar en las riquezas y no en Dios! El rico insensato tenía tanto pero no estaba
contento porque Dios no estaba en sus planes únicamente sus riquezas. Otro detalle importante, poseer riquezas no
es sinónimo de felicidad. La bendición de Jehová es la que enriquece,
y no añade tristeza con ello (Prov. 10:22).
Las
riquezas dan una sensación de seguridad .
El rico insensato tenía todo programado para disfrutar de un futuro
seguro y lleno de comodidades. Él pensaba....Esto haré. Con todo derecho, este hombre planea
expandir sus negocios y disfrutar de sus riquezas. Sin embargo, no vemos en sus proyectos a
Dios. No hay nada malo planificar el
futuro pero el error está en confiar más en lo que poseemos y no en Dios
mismo. Muchos bienes tienes aguardados para muchos años...Pero Dios dijo:....Una
vez más, no hay nada malo en planificar nuestro futuro, pero consideremos a
Dios en esos planes y no hacerlo a un lado.
No
edificar sobre un cimiento inestable y breve (Lucas 12:20). Necio,
esta noche vienen a pedirte tu alma....Las riquezas NO aseguran una vida
larga. Sin que lo esperase, Dios mismo
lo tilda de necio y le da una noticia inesperada. Esa misma noche moriría. Aunque lleno de riquezas era una persona
ignorante y hasta presumido por todo lo que tenía. Una persona sabía no cae en el afán de
enriquecerse. Proverbios 23.4-5 dice, Sé
prudente, y desiste....se harán alas como alas de águilas, y volarán al
cielo. Edificar la vida sobre el
dinero no es lo más recomendable. Los
bienes materiales son inestables e inciertos.
La bolsa de valores con su inestabilidad es una prueba de ello. Hay miles de personas que tienen su esperanza
en sus inversiones y no en Dios.
Edifiquemos nuestra vida en Dios.
Que nuestra confianza esté en el Dios de Israel no en las riquezas. Bendiciones a todos.
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