Cualidades de un andar digno (Efesios 4:1-3)
Según Rick Warren (autor de una iglesia con propósito y una vida con
propósito) afirma que la clave para el siglo XXI para el crecimiento de la
iglesia será la salud. No es mejor ser
grande o pequeña, sino saludable. Una
iglesia saludable tendrá crecimiento (es una ley de los seres vivos). Sin embargo para que haya salud en la vida de
la iglesia, cada miembro es responsable de ello. Todos tenemos una cuota de responsabilidad
desempeñando nuestra función dentro del Cuerpo de Cristo.
Andar
dignamente debe ser un propósito de todos (v. 1). Digno es que corresponde al mérito y condición
de alguien o algo. Que se comporta con
responsabilidad, seriedad y respeto o que inspira respeto. Hay varios pasajes donde el apóstol Pablo nos
recuerda que debemos vivir dignamente (Fil. 1:27, Col. 1:10). Nuestra vida debe estar moldeada de acuerdo
al propósito de Dios y no por cualquier cosa.
Es un desafío y retos para todos.
¿Andamos dignamente?. Andar,
no se refiere a la acción de caminar físico sino más bien a la conducta diaria,
la vida cotidiana, el diario vivir. Dios
nos ha llamado y colocado en el Cuerpo de Cristo (la iglesia) para que demos el
mejor testimonio. Vocación, es el
llamado soberano que Dios ha hecho en cada uno de nosotros (Ef. 1:4, fuésemos santos y sin mancha delante de él). Dios tiene un plan maravilloso para cada
uno de nosotros.
Frutos
de un andar digno (v. 2). Dios nos
ha llamado a vivir una vida cristiana en base a la relación unos con
otros. Crecemos en base a la relación
con los demás. No podemos vivir la vida
cristiana de forma aislada. Somos el
Cuerpo de Cristo por lo tanto somos interdependientes (1 Cor. 12:21,
25-26). Veamos algunos frutos que
debemos mostrar. La humildad,
significado literal es, pensar o juzgar
con docilidad. En tiempo del NT no
existía el término. No había una palabra
para este término. La humildad era una
debilidad digna de lástima y objeto de burla.
Para los griegos y romanos, una persona humilde era no natural (era
cobarde o innoble). En Mateo 11:19
describe el carácter de Jesús, manso y humilde de corazón. La humildad es un ingrediente poco
deseado. La mansedumbre es ser gentil o
suave. Esto viene como resultado de lo
anterior (humildad). Es tener un espíritu
afable y apacible (1 Pedro 3:3, Mateo 5:5).
La mansedumbre es poder bajo control.
La persona mansa es alguien controlado, pacificador por excelencia. No es vengativo. El fruto de soportarse en amor. El soportarse debe ser una acción continua. Es la capacidad de tolerarnos con aquellas
situaciones que tienden a ofendernos. No
es fácil soportarse. Sin embargo, somos llamados a tomar esa decisión. El amor es el ingrediente que facilita las
cosas (Mateo 5:43-46). La paciencia
(aguante o resistencia ante las adversidades a enfrentar). No podremos crecer si no tenemos la capacidad
de tolerancia mutua en amor (1 Pedro 4:8, …el
amor cubrirá multitud de pecados….).
Alguien falto de paciencia no tolera a nadie. ¿Cómo reaccionamos ante aquellos que no
nos simpatizan? (Mateo 5:46-47). ¡Debemos soportar a los insoportables! No andamos dignamente cuando no nos toleramos.
Algunas
responsabilidades a cumplir (v. 3).
Debemos ser solícitos (celo, diligencia). Debe haber un genuino interés en lo que Pablo
nos pide. Todos debemos trabajar
fuertemente para lograrlo. El resultado
de los versículos 1-2, vendrá por el cumplimiento del v-3. Debemos promover la unidad espiritual que s
el anhelo de Cristo para Su iglesia (Juan 17:11, 21-23). Se manifiesta por medio de la paz y mutua
edificación (Romanos 14:19, Hebreos 12:14).
La paz mutua, es un llamado
urgente a buscarla y promoverla en el seno del Cuerpo de Cristo y las familias.
Cuando no cumplimos el deseo del Señor el resultado es: iglesias vacías, graves conflictos
familiares, relaciones rotas (Romanos 12:18).
Promovamos el Shalom de Dios en nuestras vidas. Eso hará un andar digno en nosotros. Bendiciones a todos.
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