Del
escritorio del pastor: Una iglesia madura adora en espíritu y en
verdad (Juan 4:21-24).
Cuando hablamos de caminar en
espíritu y en verdad, nos referimos a la reflexión que Jesús le hace a la mujer samaritana y tiene que ver con la
verdadera adoración. Cuando hablamos de
adorar, es cuando reconocemos quién es
Dios. Es rendir nuestras vidas, sueños,
planes ante Él y que si es Su voluntad se hagan realidad. El término más usado en el NT es proskuneo, y significa: reverencia, arrodillarse. No podemos adorar a Dios si no tenemos una
actitud de reverencia y reconozcamos Su grandeza.
Veamos dos principios en la
adoración a Dios. Según Salmos 100:1
debe hacerse con alegría. No podemos adorar al Señor llenos de
tristeza. Es una contradicción. Así también debemos reconocer la grandeza de
nuestro Dios. Apocalipsis 4-5 describen: A Dios Padre
sentado en Su trono y al Cordero de Dios. Todas las personas junto al trono tienen una
actitud de adoración a Dios Padre y a Dios Hijo postrándose y describiendo las
razones de la adoración (Apoc. 4:11, 5:12-14).
En el diálogo de Jesús con la mujer
samaritana, el Señor le afirma que debemos adorar en espíritu y en verdad, el
Padre tales adoradores buscan que la adoren (Juan 4:23). Adorar en espíritu es cuando hacemos uso de
nuestros sentimientos, emociones y
corazón. No podemos hacer a un lado
nuestra parte humana en la adoración.
Contrario al ritual ceremonial del AT donde se presentaban animales
muertos, hoy en el nuevo sistema, Pablo nos dice en Romanos 12:1 que: presentéis
vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo y agradable a Dios, que es vuestro
culto racional. Nuestra vida debe
estar concentrada en nuestro Dios las 24 horas del día los 7 días de la
semana. Ya el Salmos 100:1 nos dice que
debemos adorar al Señor con alegría. Es
hacerlo llenos de buenos sentimientos, lealtad y homenaje por lo que Él
es. El Salmos 34:1 agrega: Bendeciré
a Jehová en todo tiempo, su alabanza estará de continuo en mi boca. Es mantener una actitud constante de
alabanza a nuestro Dios no importando las circunstancias que estemos
pasando. Así también, Jesús con su
diálogo con la mujer samaritana le hace ver que el lugar donde adoramos es
secundario. Un templo físico es
beneficio para nosotros no para Dios.
Nosotros somos el templo de Dios (1 Cor. 6:19). Es interesante que en la eternidad no habrá
templo (Apoc. 21:1, 22).
Adorar en verdad es cuando seguimos
los principios bíblicos ya establecidos para adorar al Señor. Nuestra adoración debe ser centrada
únicamente a Dios Padre y Dios Hijo.
Debemos ser cuidadosos en la introducción de elementos extraños a la
adoración a nuestro Dios. Hoy es muy
común querer ser creativos pero con el riesgo de introducir elementos extraños
no bíblicos. Podemos observar ese error
cuando David intentó trasladar el arca de Dios hacía Jerusalén. En 2 Samuel 6, describe el craso error del
rey cuando tomó la decisión de trasladar el arca de Dios y por no seguir las
reglas divinas, una persona muere. Uza
evitando que el arca cayese de la
carreta tocó el arca e inmediatamente murió.
La reacción de David fue de temor y enojo. ¿Qué es lo que falló? Sencillamente, David no siguió el principio
dejado por Dios mismo de cómo debía trasladarse el arca. Éxodo 25:10-15, Números 4:15 dice que eran
los levitas y específicamente los coatitas responsables de llevar el arca. Al mismo tiempo debía llevarse sobre los
hombros usando las varas para tal fin (1 Crónicas 15:15, Y los hijos de los levitas trajeron el arca de Dios puesta sobre sus
hombros en las barras, como lo había mandado Moisés, conforme a la palabra de
Jehová). Quizá algunos de nosotros
digamos que por un pequeño tecnicismo, Dios fue muy exigente, muy severo. Hermanos, Dios es Soberano y debemos respetar
Sus reglas al momento de venir a adorarle.
Reverencia, humildad, un corazón limpio son necesarios para una correcta
adoración. Al darse cuenta de su error,
David rectifica y como vemos en el pasaje sagrado no hubo nada que
lamentar. Adorar es un privilegio de los
hijos de Dios. Hagámoslo siguiendo Sus
reglas. Espíritu y en verdad no lo
olvidemos son las demandas divinas.
Bendiciones a todos.
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