Del
escritorio del pastor: Una iglesia madura camina en la palabra y la
comunión unos con otros (Hechos 2:42-47).
Nuestro cuerpo está cubierto de
alrededor de más de 500 músculos que se extienden por todo nuestro cuerpo como
una sábana sobre el colchón. Nuestros
brazos, piernas, manos, pies y cara tienen un pequeño estrato de músculos sobre
ellos. Estos son de diferentes tamaños y
formas pero cada uno tiene un trabajo importante. Nuestros huesos no podrían trabajar si los
músculos no los controlan. Ellos nunca
tienen vacaciones ni siquiera duermen.
Si abandonan su trabajo, nuestra cara se caería y hasta dejaríamos de
respirar. Si acostumbramos a los
músculos mediante la práctica, pueden ser usados por períodos prolongados y
algunas veces crecen. Hablando
espiritualmente, hoy veremos dos disciplinas necesarias para que una iglesia
madure y crezca. El buen uso de la
Palabra de Dios y la comunión unos con otros.
Desde los mismos inicios de la
iglesia en Hechos 2.42-47, Lucas describe cuales fueron sus prioridades.
Perseveraban en la doctrina de los
apóstoles, en la comunión unos con otros, en el partimiento del pan y en las
oraciones. Los buenos resultados de esas prioridades no
se dejaron esperar: el Señor añadía cada día a la iglesia los que habían de ser salvos
(Hechos 2:47). Cuando analizamos el
orden de las prioridades notamos que la primera era la doctrina de los apóstoles. Lucas
afirma que ellos perseveraban (ocupados asiduamente, constantes, apunta al
fervor y dedicación de los primeros cristianos). Para ellos fue una prioridad, algo de
importancia y valor. No es accidental
que se mencione en primer lugar la enseñanza.
Generalmente el orden en la Escrituras es muy importante el nombre,
sucesos y experiencias. Hermanos y amigos, la enseñanza da dirección y
propósito a nuestras vidas. Hechos 4:4
dice: Pero muchos de los que habían oído
la palabra, creyeron, y el número de los varones era como cinco mil. Debemos reconocer que la iglesia
contemporánea hemos descuidado esto y hoy día ya no es una prioridad. La enseñanza de la sana doctrina ha sido
reemplazada por otras opciones quizá llamativas pero que en muchos de los casos
no edifican. 1 Pedro 2:2 nos recuerda, desead como niños….la leche espiritual NO
adulterada, para que por ella crezcáis para salvación. La lectura y enseñanza bíblica debe ser
una necesidad en nuestras vidas. Tenerlo
presente.
El desarrollar la comunión unos con otros, debe ser otra prioridad en nuestras
vidas como iglesia. Koinonia es el
término griego para comunión. Esta
palabra significa compañerismo, asociación, comunidad, copartipación etc. La comunión con mi prójimo viene como
resultado de nuestra correcta relación con Dios. La comunión es una ordenanza divina y no
debemos descuidarla. Una iglesia madura y
sana estimula a sus miembros a crecer en su caminar con Dios y en sus
relaciones interpersonales (Hebreos 10:24-25).
Cuando nos congregamos es para que nos estimulemos para buenas cosas (el
amor y buenas costumbres). Somos
llamados a promover la paz y mutua edificación.
1 Juan 4.20-21 dice claramente: el que no ama a su hermano….¿cómo puede amar a Dios a
quien no ha visto? El que ama a Dios,
ame también a su hermano. No hay
opción alguna y debemos obedecerla de todo corazón. Efesios 4:15 dice, de quien todo el cuerpo bien concertado y unido entre sí. La comunión es indispensable para que la
iglesia se mantenga bien unida entre sus miembros. Para ello no olvidar algunos elementos a
modo de condimento y hacer la comunión enriquecedora: hablar con la verdad (Ef. 4:15), es la
capacidad de decir la verdad para edificar.
Recibirnos unos a otros (Romanos 15:7), es la capacidad de aceptarnos sin
ningún tipo de distinción alguna. Una
congregación que tiende a la división, pleitos y emitir juicios sin
misericordia demuestra falta de comunión y amor unos a otros. Saludándonos unos a otros (Romanos 16:16), la
práctica de abrazar y besar a amigos en la frente o la mejilla era común en el
tiempos del AT. Hoy algunos países lo
acostumbran. Se recomienda en aquellos
medios donde se acostumbra hacerlo con toda pureza y sin ningún tipo de malicia
para no dar una mala interpretación.
Cristo quiere una iglesia bíblica y con buenas relaciones
interpersonales. Tenerlo presente,
bendiciones a todos.
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