lunes, 21 de mayo de 2012

Funciones bíblicas en la vida matrimonial (Ef. 5:21-33


Del escritorio del pastor:  funciones bíblicas en la vida matrimonial (Efesios 5:21-33)
            Las estadísticas son alarmantes. Estamos al borde que la familia desaparezca.  Estamos en crisis.    ¿Por qué hemos llegado a esta situación?   Debemos indicar que esta crisis se debe principalmente a que nos hemos alejado de los principios bíblicos donde se nos orienta cómo debemos funcionar para bien.   La Biblia describe el diseño de Dios para el matrimonio.  Las Escrituras son muy claras con respecto al lugar que Dios ha designado para los hombre y las mujeres en la familia.  Sin embargo, la meta de Satanás desde el comienzo ha sido destruir el diseño de Dios para la humanidad.  Para no seguir cometiendo los mismos errores, todos debemos acudir a la Biblia y ponerla en practica.
            El concepto humanista del matrimonio es que la familia, es el grupo social caracterizado por tener una residencia común.  Puede estar constituido por dos cónyuges (del mismo sexo si es el caso) o de diferente sexo.  Pueden estar casado legalmente o no.  Por el otro lado, el concepto bíblico del matrimonio es muy diferente.  Veamos algunos elementos importantes sacados del relato sagrado.  Dios creó una pareja de ambos sexos (Génesis 2:22,   hizo una mujer, y la trajo al hombre).   En la mente de Dios no hay lugar para matrimonios del mismo sexo.  Ese es el diseño de Dios.   Ambos somos imagen de Dios (Génesis 1:27, Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó, varón y hembra los creó). 
            Veamos algunas funciones bíblicas del hombre.  Como esposo,  el hombre es sacerdote de su casa.  Deuteronomio describe que es el hogar el centro de la educadora de la fe en los hijos siendo el padre el mayor responsable en ese papel.  La pascua era una de las fiestas principales del pueblo judío.  Era una fiesta familiar, celebrada en el hogar.  El padre era el encargado de dirigirlo.  Debe amar a su esposa (Ef. 5:25, maridos amad a vuestras esposas).  Toda relación matrimonial inicia en Efesios 5:18, sed llenos del Espíritu.  Hombres y mujeres renovados interiormente.  Eso producirá mejores matrimonios (no perfectos).  La espiritualidad del hombre se mide de la manera cómo trata a su esposa e hijos en casa cuando nadie lo observa.  En ningún lugar se prueba mejor nuestra relación con Dios que en la relación que llevamos en nuestra familia.  Como padres (Ef. 6:4), el padre debe implantar un modelo de disciplina bíblico. No provoquéis a ira a vuestros hijos, sino criadlos en disciplina y amonestación del Señor.  Criadlos, formarlos, nutrirlos, educar, dirigir etc.  Es una pena cuando los padres descuidamos la disciplina y estamos formando una generación rebelde que no respetan la autoridad de nadie. 
            La mujer también tiene su cuota de aportación.  Sujeción a su esposo (Ef. 5:21-22).  La sujeción es la disposición voluntaria de la esposa a estar bajo la autoridad de su esposo.  Esta situación fue diseñada por Dios en la creación y afirmada por su acto jurídico en respuesta a la caída (Génesis 3:16).  La sujeción ayuda para un mejor funcionamiento dentro del matrimonio.  Ella debe ser ayuda idónea (Génesis 2:18,  No es bueno que el hombre esté solo, le haré ayuda idónea para él).  Ella es alguien especial para él.  No es sinónimo de inferioridad.  Ella es la única persona que puede llenar ese vacío sentimental y la soledad del hombre.  Dios no se agrada de la soledad del hombre.  Prov. 18:22 dice, el que halla esposa, halla el bien.  Debe tener una conducta ejemplar (1 Pedro 3:1-3).  Buen testimonio, ganados sin palabra.  Es la capacidad de ganar al esposo que no conoce a Cristo por medio de un buen testimonio.  Su conducta es suficiente.  Buena reacción, considerando vuestra conducta casta y respetuosa (v. 2).  Es tener una vida pura, conducta irreprochable y fiel  a Dios y su esposo.  El esposo quizá estará observando cómo su comportamiento.  Vestimenta (v. 3-4).  El aspecto personal debe tenerlo muy en cuenta una esposa temerosa de Dios.  Pedro no está prohibiendo en ningún momento que ellas se arreglen.  Es un llamado al equilibrio de los valores.  El aspecto interno, mediante un espíritu afable y apacible.  La importancia de la belleza interna sin descuidar lo externo.  Una mujer tranquila a pesar de la tensión que pueda estar experimentando.  Una mujer controlado por el Espíritu Santo.  Todo lo anterior es de gran valor para Dios.  Para evitar la crisis matrimonial, sigamos y respetemos el diseño de Dios impreso en la Palabra de Dios.  Eso hará mejores matrimonios.  Bendiciones a todos. 

1 comentario:

  1. Excelente mi querido compañero de milicia.un abrazo de la familia Missly Panduro

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