lunes, 20 de agosto de 2012

Consecuencias al servir a Cristo (una evaluación bíblica del servicio cristiano) 2 Cor. 4:7-18


Consecuencias al servir a Cristo (una evaluación bíblica del servicio cristiano)  2 Corintios 4:7-18.
Creí que a religión me haría feliz.  Siempre supe que una botella de vino podría lograrlo.  Si lo que usted busca es una religión que lo haga sentirse confortable, no le recomendaría el cristianismo (C.S.Lewis, apologista cristiano, literario y académico nacido en Irlanda del Norte, autor de Las crónicas de Narnia).  Cuando leemos la vida de los grandes hombres de la Biblia y fuera de ella que sirvieron a Cristo, nos damos cuenta que el común denominador es que no tuvieron una vida cómoda (Hebreos 11:36-40).  Sin caer en un pesimismo es menester que nos enfoquemos en el mensaje bíblico sobre el precio a pagar en el servicio al Señor.  Dos detalles importantes que todos debemos tener presente:
            1.  A través de la Biblia hay una enseñanza y advertencia a enfrentar el sufrimiento (2 Timoteo 2:3, Tú, pues, sufre penalidades como buen soldado de Jesucristo).  1 Pedro 4:12-13 nos advierte a no tener ningún tipo de sorpresa cuando venga la prueba.
            2.  Nada, pero nada de lo que experimentemos aquí se compara a lo que usted y yo disfrutaremos en la gloria (Apoc. 21:1-5, Romanos 8:18, Tengo por cierto que las aflicciones del tiempo presente no son comparables con la gloria venidera…).
            Hay sufrimiento por hacer el bien (1 Pedro 2.20-24).  El apóstol Pedro nos hace una observación.  No debemos sorprendernos cuando hacemos mal y debemos pagar por ello.  Al mismo tiempo, cuando hagamos lo correcto y no somos recompensados nos recuerda, Pues para ello fuisteis llamados….hay una prohibición a la venganza como también a que debemos servir al Señor para Su gloria y Honra.  En Cristo encontramos el mejor ejemplo de sufrimiento,   padeció por nosotros, dejándonos ejemplo para que sigáis sus pisadas. 
            Tendremos tribulación (2 Cor. 4:8).   Tribulación es, estar apretados, puestos en estrecho.  En pocas palabras una vida nada fácil.  Presión de múltiples problemas que debemos soportar.  Tensión provocada por las diferentes circunstancias de la vida (económicas,  espirituales, emocionales, sentimentales, empleo, migratorias etc).  Debemos aceptar la vida con todos aquellos capítulos que vienen sin caer en el fatalismo, resentimiento o amargura contra nadie ni contra Dios tampoco.  Hay apuros (2 Cor. 4:8).  Es el cuadro de confusión en que no se sabe dónde ir ni a quién acudir en busca de ayuda.  Es como cuando estamos sin recursos, nos sentimos acosados por las deudas y no sabemos qué hacer.  Hoy y siempre, el mejor recurso de auxilio debe ser Dios (Salmos 46:1-2, Isaías 41:10, 40:28-31).  Qué tragedia sería que a Dios se le frustraran sus planes respecto a nosotros después que hayamos sufrido.  ¡Sería espantoso!  Pero que alivio, nada escapa al control soberano de nuestro Dios y al final su tratamiento hacia nosotros triunfará.  Tranquilos, nada puede malograrse ni se frustrará nada al plan perfecto de Dios (Romanos 8:28).
            Hay persecución (2 Cor. 4:9).  La esclavitud en tiempos del imperio romano era enorme.  Según los estudios, entre el 25-40% de la población eran esclavos.  Sus tareas eran variadas.  Habían amos que les trataban bien otros no.  Para hoy, la esclavitud como también la persecución suena un poco raro.  Si embargo tristemente hay lugares que todavía hoy ser cristiano es sinónimo de persecución y amenaza de muerte.   Países musulmanes, asiáticos, africanos y hasta en América encontramos persecución (iglesias cristianas en USA quemadas).  Una verdad incuestionable, la iglesia ha sido perseguida desde sus mismos inicios (Hechos 8:1-4).   Hay rechazo (2 Cor. 4:9).  Desechados.  Es la experiencia donde podemos sentirnos rechazados o derribados (catástrofes naturales, un accidente de vehículo, muerte de un ser querido, divorcio o separación, una grave enfermedad).  ¿Cómo hacerle frente a todo lo anterior?  Es un alivio que la Biblia tiene una respuesta de cómo usted y yo debemos enfrentar las tribulaciones o adversidades en la vida por servirle. Según Santiago 1:2-4, debe haber aprendizaje como también una actitud de gozo (Fil. 4:4, 1 Tes. 5:16, 18). No debe ningún tipo de sorpresa y debemos estar preparados para ello (1 Pedro 4:12-13).  Al final el propósito de Dios al permitir cualquier adversidad en nosotros es:  perfección, afirme, fortalezca y establezca (1 Pedro 5:11).  No hay nada al azar.  Dios sigue en control de todo.  Una palabra de ánimo, el sufrimiento es temporal, las recompensas son eternas (Romanos 8:18).   Bendiciones a todos.    

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