Haciendo
un pacto familiar con Dios (Josué 24:15).
La vida de Josué es fascinante. Se le recuerda como el servidor de Moisés, (pero
el joven Josué hijo de Nun, su servidor nunca se apartaba de en medio del
tabernáculo, Éxodo 33:11). Dios le
usó en un momento clave de la historia del pueblo de Israel. Junto con Caleb dieron un informe positivo y
lleno de fe para ir a conquistar la tierra prometida (Números 13:30,
14:6-9). Vivió en un momento de
transición. De 400 años de esclavitud,
después 40 años en el desierto y otros después en la conquista y distribución
de la tierra prometida. Le tocó ser el
sucesor de Moisés, el gran líder de Israel (Deut. 34:7-129. Fue el instrumento divino para distribuir la
tierra prometida. Por estas y muchas
otras razones, Josué fue una persona especial.
Hoy, nuestro Dios anda en la búsqueda de personas que tengan sus mismas
cualidades y hacer de la familia de hoy, una familia comprometida con Sus
principios y que hagan un pacto con Él (pacto bíblico son los convenios o compromisos donde Jehová
Dios hizo con Su pueblo o algunas personas en particular)
Josué
les recuerda a un Dios que ha sido fiel (Josué 23.1-10). A modo de despedida, Josué ya en los últimos
días de su vida, reúne a todos los líderes de Israel y hace un repaso histórico de lo fiel que
Dios ha sido con ellos. Y vosotros habéis visto todo lo que Jehová
vuestro Dios ha hecho con todas estas naciones por vuestra causa (v.
3). Dios mismo había sido Su escudo y
defensor. El contexto de Israel era de
un pueblo con 400 años de esclavitud y no estaban preparados para la
batalla. En medio de todo ello, vemos
dos elementos relevantes. Primero, la
responsabilidad del pueblo: Esforzaos (v. 6)….Mas a Jehová vuestro Dios seguiréis (v. 8). Hay un llamado a la obediencia. Segundo, la responsabilidad divina: Jehová
vuestro Dios es quien pelea por vosotros, como él os dijo (Éx. 14:14, Deut.
3:2).
Josué
exhorta al pueblo hacer pacto de fidelidad con Dios (v. 11-16). Hay una serie de demandas que el pueblo
recibe. Amar a Dios (v. 11, Guardad,
pues, con diligencia vuestras almas, para que améis a Jehová vuestro Dios). La obediencia a los principios bíblicos es
demostración de amar a Dios (Deut. 6:4-7, Juan 14:15). No a
los matrimonios mixtos (v. 12, Deut. 7:1-4, 2 Cor. 7:14, Números
25:1-2). Tristemente esta demanda no ha
sido obedecida y los resultados los hemos visto con nuestros propios ojos. Creyentes uniendo sus vidas con inconversos
al final separándose por no tener los mismos principios. Dios es Sabio y sabe por qué de esta
prohibición. Hay advertencias si el
pueblo no obedecía (v. 13-16): las
mismas naciones que no expulsen serían sus mismos azotes. Dios mismo les castigaría, Entonces la ira de Jehová se encenderá contra
vosotros. Toda desobediencia tiene
su consecuencia.
Josué
describe cómo Dios ha sido fiel (Josué 24:1-14). Dios mismo les ha hablado (v. 1-2, Así dice Jehová, Dios de Israel….). Josué como líder de turno con autoridad
venido de lo Alto, dice claramente que lo que está a punto de compartir viene
de Dios mismo. Dios ha estado presente
en la historia del pueblo desde siempre.
Desde el llamado de Abraham (v. 3, Gn. 12, 15, 17). Dios llamó a Moisés y Aarón y estuvo presente
en el éxodo (v. 5-7, Éx. 13:21-22). Les
acompañó en la travesía del desierto (v. 8-10, Yo os introduje….). Fue el Dios de la conquista (v. 11-13,
5:13-15). Pasasteis el Jordán….y YO los entregué en vuestras manos y envié
delante de vosotros tábanos (Éx. 23:28, Deut. 7:20-21). Tábanos son avispas. Josué describe las demandas divinas (v. 14, ….temed a Jehová….servidle con integridad y
en verdad….quitad de entre vosotros lo dioses….y servir a Jehová). Era parte del pacto que el pueblo debía
hacer: obediencia, servicio, honra y
fidelidad en adorarle sólo a Él.
Josué
anima al pueblo hacer un pacto de servir a Dios (v. 15-28). Un reto a cumplir: escogeos
hoy a quién sirváis…(1 Reyes 18:21)…..si
mal os parece (quizá habría oposición a las demandas). No se puede imponer servir a Dios. Debe salir del corazón. Josué ya había tomado su firme y clara
decisión (v. 15b, ….pero yo y mi casa
serviremos a Jehová). Debido al buen
ejemplo de sus líderes, el pueblo responde solemnemente (v. 19-21, él es
Dios santo, y Dios celoso….No sino que a Jehová serviremos). Finalmente vemos cómo el pueblo hace un
pacto con Dios. A Jehová nuestro Dios serviremos, y a su voz obedeceremos. Entonces Josué hizo pacto con el pueblo, el
mismo día, y les dio estatutos y leyes (v. 24-25, Éx. 15:25, Deut.
29:1). Hemos dicho al principio, que
pacto es un compromiso que se hace entre dos o más personas. Le invitamos a usted que haga lo mismo junto
con su familia comprometernos a servir al Señor con toda fidelidad. Bendiciones a todos.
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