Del
escritorio del pastor: La obediencia de un siervo (Juan
13:1-5).
Cierto
renombrado escritor dijo: la amenaza más grande a la iglesia de
Jesucristo en el mundo de hoy día, no viene de afuera como muchos suponen, sino
de adentro, de su propio liderazgo. Aunque
suene duro, este escritor no deja de tener razón. Pablo en Hechos 20:30 afirma, Y de vosotros mismos se levantarán hombres
que hablen cosas perversas para arrastrar tras sí a los discípulos. Jesús mismos sobre el mismo tema dijo, Guardaos de los falsos profetas, que vienen
a vosotros con vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces (Mateo 7:15). ¿Cuál es la motivación de buscar servir al
Señor? Cristo propone una filosofía de
ministerio completamente novedosa y contrario a lo ofrecido por el mundo. Él dice en Mateo 20:26, Mas entre vosotros no será así, sino el que quiera hacerse grande entre
vosotros será vuestro servidor. ¿Cómo se mide el éxito ministerial hoy
día? Estamos de acuerdo que todos
deseamos ser exitosos. El problema
radica que el éxito espiritual no se debe medir como lo hace el mundo. Una iglesia o ministerio se considera
exitosa cuando crece rápidamente (no importando si son creyentes
genuinos). Deseamos ser el pastor más conocido de la ciudad etc.
Un
siervo obediente sirve sin ambicionar posiciones (Mateo 20:20-28). Es interesante la petición recibida por el
Señor de parte de la madre de dos de sus discípulos y que nos sirve de base en
esta sección. Concédenos que en tu reino nos sentemos….(Marcos 10:37). ¿Cuál es
el espíritu de la petición? Fue una
petición con fe en el futuro Reino de Dios per muy ambiciosa. Los solicitantes (Juan y Jacobo), anhelaban
posiciones de honor. Ser populares,
conocidos. A ellos también les había
picado el síndrome del éxito. A decir
verdad todos buscamos el éxito y en muchos casas no importante el precio a
pagar. Queremos impresionar a nuestros
oyentes. La reacción de los diez no se
deja esperar. Se enojaron contra los dos hermanos.
Debemos estar de seguro de algo, el enojo de los otros diez, no fue
motivado por ningún celo santo. Todo lo
contrario, ellos también anhelaban esos puestos y el enojo era debido que estos
dos se les habían adelantado. Jesús les
hace ver a ellos y hoy a nosotros que el ser grande en el reino de Dios debe
servir (v. 25-28). Mas entre vosotros NO será así….(v. 26).
Un
siervo obediente sirve a pesar de….(Juan
13:1-5). El marco de este hermoso pasaje es conocido
como la última cena. Esa misma noche
Jesús fue entregado como producto de la venta traicionera de Judas Iscariote,
uno de sus discípulos cercanos. En medio
de la cena Jesús toma el trabajo que debe hacerse por un esclavo contratado
para ese tipo de trabajo. Lavar los pies
era una labor encargada al esclavo de más bajo nivel. Lavar los píes era necesario como medida de
higiene (las calles de Jerusalén era polvorientas y sucias y las personas
usaban sandalias). Era señal de
hospitalidad también. Lucas 22:24
describe un detalle interesante, Hubo
también entre ellos una disputa sobre quién de ellos sería el mayor. Esta discusión ocurre en plena cena. Todos los elementos para lavar los píes están
disponibles: el agua, el lebrillo y la
toalla. Falta quién haga la labor. Para sorpresa de todos, Jesús toma ese lugar y
empieza a lavarles los píes a todos incluyendo a Judas que por cierto, ya había
recibido el pago de su traición (Lucas 22:3-6).
¿Qué hubiéramos hecho nosotros?
¿Lavaríamos los píes de ellos?.
¿Lavaríamos los píes de Judas?
Jesús demostró con ello: amor,
abnegación (renunciar voluntariamente a los propios deseos). Ninguno de ellos hizo lo que Jesús hizo. Servicio, como hemos dicho, esa labor era por
un esclavo de baja categoría. Demostró
humildad. Todos peleaban por los
primeros lugares. Pero nadie por la
toalla, el agua y el lebrillo.
Un
siervo obediente no busca los primeros lugares (3 Juan 9). El apóstol Juan describe una persona llamada
Diótrefes, y agrega una característica
que le gusta tener el primer lugar entre
ellos, no nos recibe. Juan usa un
término que significa amor a los primeros
lugares. ¿Qué peligros notamos
aquí? No respetar la autoridad, no nos recibe. Se resiste a reconocer autoridad
superior. Ignora los consejos de los
demás. El liderazgo para muchos es
atractivo. Gusta recibir palabras de
adulación lo cual es muy peligroso. No
caer en el error de colocar a nadie en ningún
pedestal,. Lo anterior llena de vanidad
a la persona, se le enferma y puede ser
un buen motivo para ser descalificado para el ministerio. ¿Cómo está nuestro llamado para el
servicio? ¿Cuál es nuestra motivación al
servir? Es nuestra oración y anhelo que
en cada uno de nosotros haya el mismo sentir que hubo también en Cristo Jesús. Él vino a servir y no a que le sirvan. Favor recordémoslo siempre.
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