lunes, 24 de diciembre de 2012

Consolados para consolar a otros (Lucas 1:39-56)


Consolados para consolar a otros (Lucas 1:39-56).
A pocos días para finalizar el año, es oportuno que como iglesia e hijos de Dios,  reflexionemos  de cuál debe ser una de nuestras mayores responsabilidades frente a un mundo en necesidad y revisarnos si lo estamos cumpliendo.  En Lucas 4:18-19, se sintetiza el proyecto de Dios para la vida de su Hijo Jesús aquí en la tierra.  Al hacerlo más breve todavía, usaremos el verbo consolar.  Esta acción significa,  aliviar la pena o el sufrimiento de otros.  Hacer algo más ligero, menos pesado, calmar, moderar etc.    En una conocida revista cristiana, uno de sus artículos mencionaba que nos hemos vuelto poco sensibles y menos compasivos.  La compasión, es la vinculación fraternal entre los seres humanos.  Es sentir con el otro.  La iglesia ha sido comisionada para extender el Reino de Dios hasta lo último de la tierra (Hechos 1:8).  Es llevar el evangelio de Cristo consolando al ser humano necesitado del amor de Dios.  Mateo 9:39 describe la actitud de Cristo con respecto a las necesidades de las personas:  Tuvo compasión de ellas….Todos en la vida, debemos enfrentarnos con el dolor, aflicciones, la decepción y el sufrimiento.  Es por ello la necesidad de estar listos para consolar a otros.
            El evangelio de Lucas, describe la anunciación. Experiencia única donde María, recibe la increíble noticia de parte del ángel Gabriel que tendría el alto privilegio de ser la madre de del Hijo del Altísimo donde su reino no tendría fin (1:32-33).  María como tal, es llamada por el ángel como favorecida que la presencia del Señor está con ella y que había hallado gracia con Dios.  El gran problema de este anuncio de ser madre, es que hasta ese momento aunque ya desposada (primera etapa del matrimonio que duraba un año antes de consumarse con la relación intima).    María estaba expuesta a ser rechazada por su esposo José y la misma ley judía la condenada a morir apedreada por adulterio.   Sin ningún tipo de temor alguno, esta jovencita responde:  He aquí la sierva del Señor, hágase conmigo conforme a tu palabra (1:38).  María creyó y estuvo dispuesta a obedecer el anuncio a pesar de los grandes riesgos que representaba el quedar embarazada sin haber consumado su matrimonio.  Para José, su esposo no era nada fácil recibir a su esposa.  Dios mismo interviene de nuevo y mediante un sueño la hace ver la realidad del embarazo de su joven esposa.  Mateo 1:18-20 dice:  No temas recibir a María tu mujer, porque lo que en ella es engendrado, del Espíritu Santo es. 
            Quizá nos estemos preguntando y ¿qué tiene que ver la consolación con el anuncio a María del nacimiento de Jesús?  Veamos la segunda parte del pasaje para dar respuesta a la pregunta.  ¿Cómo se encontraría María después que el ángel se va?   Recordemos que ella podría haber estado entre los 15-17 años de edad.  Una jovencita empezando su vida y ya con una situación complicada que enfrentar. ¿Qué hace María?  Ella toma la decisión de ir de prisa para descargar su corazón y ser consolada por su prima Elizabeth también en cinta de Juan llamado el bautista.  De ella la iglesia y todo hijo de Dios debemos aprender cómo debemos consolar a otros que están en necesidad.  Primero, la da una calurosa bienvenida.  Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre (v. 42).  ¿Qué necesitaba oír María? Ella necesitaba hablar, ser escuchada y consolada (estimulada).  No hubo palabras condenatorias.  No le recordó lo escandaloso de su  embarazo y lo peor sin haber consumado su matrimonio.  La recibió con amor y bendición.  ¡Todos necesitamos más de una vez ser consolados en la vida!   Elizabeth, aceptó sin duda alguna la versión de María.  Proverbios 12:18 dice:  ….la lengua de los sabios es medicina….la palabra a su tiempo, ¡cuán buena es! (Prov. 15:23)….Manzana de oro con figuras de plata, es la palabra dicha como conviene (prov. 25:11).  Una de nuestras grades fallas es que somos muy severos cuando son otros los que fallan y usamos palabras condenatorias.  Elizabeth sin envidia ni celos, coloca a María en un lugar especial (No para ser adorada).  Bienaventurada, ¡Tu eres la más feliz de todas! Aunque ambas mujeres  están pasando la misma experiencia (embarazo) Elizabeth, se identifica con ella y le consuela sabiamente.   ¡Hermosa y ejemplar experiencia que todos debemos imitar! Ella se goza y disfruta también del privilegio que María tiene.
            Finalmente en 2 Corintios 1:2 encontramos lo siguiente:  el  cual nos consuela en todas nuestras tribulaciones, para que podamos también nosotros consolar a los que están en cualquier tribulación….En pocas palabras, hemos sido consolados para hacer lo mismo con aquellos que los necesitan.  Gálatas 6:2 nos recuerda:  Sobrevellevad los unos las cargas de los otros.  Es el esfuerzo de ayudarnos con paciencia unos a otros.  Recordemos que somos el Cuerpo de Cristo.    ¿Estamos dispuestos a consolar al necesitado?    Sería un buen propósito de fin de año y consolidarlo para el 2013.  Bendiciones a todos y feliz navidad.  Que el Dios de toda consolación siga fortaleciendo nuestras vidas.  

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