Consolados para consolar a otros (Lucas 1:39-56).
A
pocos días para finalizar el año, es oportuno que como iglesia e hijos de
Dios, reflexionemos de cuál debe ser una de nuestras mayores
responsabilidades frente a un mundo en necesidad y revisarnos si lo estamos
cumpliendo. En Lucas 4:18-19, se sintetiza
el proyecto de Dios para la vida de su Hijo Jesús aquí en la tierra. Al hacerlo más breve todavía, usaremos el
verbo consolar. Esta acción significa, aliviar la pena o el sufrimiento de
otros. Hacer algo más ligero, menos
pesado, calmar, moderar etc. En una conocida revista cristiana, uno de sus
artículos mencionaba que nos hemos vuelto poco sensibles y menos
compasivos. La compasión, es la
vinculación fraternal entre los seres humanos.
Es sentir con el otro. La iglesia
ha sido comisionada para extender el Reino de Dios hasta lo último de la tierra
(Hechos 1:8). Es llevar el evangelio de
Cristo consolando al ser humano necesitado del amor de Dios. Mateo 9:39 describe la actitud de Cristo con
respecto a las necesidades de las personas:
Tuvo compasión de ellas….Todos
en la vida, debemos enfrentarnos con el dolor, aflicciones, la decepción y el
sufrimiento. Es por ello la necesidad de
estar listos para consolar a otros.
El evangelio de Lucas, describe la
anunciación. Experiencia única donde María, recibe la increíble noticia de
parte del ángel Gabriel que tendría el alto privilegio de ser la madre de del
Hijo del Altísimo donde su reino no tendría fin (1:32-33). María como tal, es llamada por el ángel como
favorecida que la presencia del Señor está con ella y que había hallado gracia
con Dios. El gran problema de este
anuncio de ser madre, es que hasta ese momento aunque ya desposada (primera
etapa del matrimonio que duraba un año antes
de consumarse con la relación intima).
María estaba expuesta a ser rechazada por su esposo José y la misma ley
judía la condenada a morir apedreada por adulterio. Sin ningún tipo de temor alguno, esta
jovencita responde: He aquí la sierva del Señor, hágase conmigo conforme a tu palabra (1:38). María creyó y estuvo dispuesta a obedecer el
anuncio a pesar de los grandes riesgos que representaba el quedar embarazada
sin haber consumado su matrimonio. Para
José, su esposo no era nada fácil recibir a su esposa. Dios mismo interviene de nuevo y mediante un
sueño la hace ver la realidad del embarazo de su joven esposa. Mateo 1:18-20 dice: No
temas recibir a María tu mujer, porque lo que en ella es engendrado, del
Espíritu Santo es.
Quizá nos estemos preguntando y ¿qué
tiene que ver la consolación con el anuncio a María del nacimiento de
Jesús? Veamos la segunda parte del
pasaje para dar respuesta a la pregunta.
¿Cómo se encontraría María después que el ángel se va? Recordemos que ella podría haber estado
entre los 15-17 años de edad. Una
jovencita empezando su vida y ya con una situación complicada que enfrentar.
¿Qué hace María? Ella toma la decisión
de ir de prisa para descargar su corazón y ser consolada por su prima Elizabeth también en cinta de Juan llamado
el bautista. De ella la iglesia y todo
hijo de Dios debemos aprender cómo debemos consolar a otros que están en
necesidad. Primero, la da una calurosa
bienvenida. Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre (v.
42). ¿Qué necesitaba oír María? Ella
necesitaba hablar, ser escuchada y consolada (estimulada). No hubo palabras condenatorias. No le recordó lo escandaloso de su embarazo y lo peor sin haber consumado su
matrimonio. La recibió con amor y
bendición. ¡Todos necesitamos más de una
vez ser consolados en la vida! Elizabeth,
aceptó sin duda alguna la versión de María.
Proverbios 12:18 dice: ….la lengua de los sabios es medicina….la
palabra a su tiempo, ¡cuán buena es! (Prov. 15:23)….Manzana de oro con figuras de plata, es la palabra dicha como conviene
(prov. 25:11). Una de nuestras grades
fallas es que somos muy severos cuando son otros los que fallan y usamos
palabras condenatorias. Elizabeth sin
envidia ni celos, coloca a María en un lugar especial (No para ser
adorada). Bienaventurada, ¡Tu eres la más feliz de todas! Aunque ambas
mujeres están pasando la misma
experiencia (embarazo) Elizabeth, se identifica con ella y le consuela
sabiamente. ¡Hermosa y ejemplar
experiencia que todos debemos imitar! Ella se goza y disfruta también del
privilegio que María tiene.
Finalmente en 2 Corintios 1:2
encontramos lo siguiente: el
cual nos consuela en todas nuestras tribulaciones, para que podamos
también nosotros consolar a los que están en cualquier tribulación….En pocas
palabras, hemos sido consolados para hacer lo mismo con aquellos que los
necesitan. Gálatas 6:2 nos
recuerda: Sobrevellevad los unos las cargas de los otros. Es el esfuerzo de ayudarnos con paciencia
unos a otros. Recordemos que somos el
Cuerpo de Cristo. ¿Estamos dispuestos
a consolar al necesitado? Sería un
buen propósito de fin de año y consolidarlo para el 2013. Bendiciones a todos y feliz navidad. Que el Dios de toda consolación siga
fortaleciendo nuestras vidas.
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