lunes, 7 de enero de 2013

Dios llama a Josué (Josué 1.1-9)


Dios llama  a Josué (Josué 1.1-9)
¡Feliz año nuevo!  Todo inicio de año, trae consigo nuevos retos, sueños, planes, ilusiones, compromisos y muchas cosas más.   En todo ello para que se logren, es menester tener un firme compromiso y especialmente en la vida espiritual tener un compromiso genuino con nuestro Dios.
            ¿Por qué Dios llamó a Josué y no a otro?  Dios llamó a Josué, porque demostró su firme compromiso.  Junto con Caleb, dieron un informe lleno de fe y confianza de que podían tomar la tierra prometida (Números 14:6-9).   Cuando hablamos de compromiso, nos referimos a los acuerdos que hemos adquirido para cumplir con lo pactado y asumir las responsabilidades respectivas.  El compromiso debe darnos tenacidad (persistencia, perseverancia, resistencia etc). Si todos queremos un mejor rumbo en nuestra vida matrimonial, estudio, laboral, ministerial, espiritual, debemos tener un firme compromiso con Dios y Su obra.  Sin duda alguna, es todo un reto adquirir compromisos.  Todo lo queremos fácil sin que nos cueste nada.  Lo barato casi siempre sale caro.  Hoy Dios anda en la búsqueda de hombres y mujeres con firme compromiso que seamos fieles cumplidores de nuestras promesas y que no importa las circunstancias que enfrentemos, seguiremos adelante.
            En medio del llamado de Dios para Josué, dice la palabra que Moisés había muerto (Josué 1:1).  A Moisés se le llama siervo de Jehová.  Sin duda alguna es todo un reto ser conocidos bajo ese título o cualidad.  La enorme influencia de Moisés en la vida del pueblo de Israel se dejó notar claramente  Reemplazarle no era muy simple.  Moisés dirigió el éxodo.  La gran liberación del pueblo judío después de 430 años de esclavitud en Egipto.  Fueron unos 2 millones de personas a través del árido desierto lleno de grandes dificultades por 40 años.  A Moisés le tocó establecer las instituciones religiosas del pueblo (El libro de Levítico es un manual de cómo el sacerdote y el pueblo debían acercarse a Dios).  Su muerte fue muy dolorosa para el pueblo.  En Deuteronomio 34:10-12 se dice de él:  Y nunca más se levantó profeta en Israel como Moisés, a quien haya conocido Jehová cara a cara, nadie como él….Desde luego que las comparaciones nunca son adecuadas.  Dios nos ha hecho de manera diferente y nos usa de la misma manera, diferente.  Sin embargo, es menester tener presente la estatura espiritual de Moisés y el gran reto de Josué en reemplazarle. 
            Josué se le identifica como el ayudante de Moisés (Éxodo 33:119.  Fue testigo ocular del éxodo y las plagas ocurridas en Egipto donde Dios demostró su gran poder sobre los falsos dioses de esa nación.  Durante los 40 años de travesía en el desierto, Josué demostró fe, firmeza de carácter y valentía.  Frente a la gran oposición, junto con Caleb, afirmó que mediante la ayuda divina, los israelitas serían capaces de conquistar la tierra  prometida.  Debido a lo  anterior y a una cualidad descrita en Números 27:18….Toma  a Josué hijo de Nun, varón en el cual hay espíritu….esa última expresión nos describe un Josué lleno del ES o por lo menos sujeto a la voluntad del ES (entendiendo el contexto dispensacional de entonces donde el ES no estaba de manera permanente en las personas sino temporalmente, situación que cambia en el NT en la vida de los creyentes que es permanente). 
            ¿Qué nos enseña la muerte de Moisés y el reemplazo de Josué?  Sencillamente que Dios tiene recursos ilimitados.  Que nadie es eterno y que la obra de Dios no depende de una sola persona.  La obra depende de Dios (1 Cor. 3:5-7).  Sólo Dios es eterno.  Moisés había muerto pero no el Dios de Moisés.    Estamos seguros que no dejó de ser una gran preocupación para el pueblo qué hacer ahora y quién nos va a dirigir.  Sin embargo Dios tiene y sigue todo bajo Su control.  Como hemos dicho, en medio de esa grave situación (digo grave a los ojos nuestros no a los de Dios) Josué recibe la orden divina de introducir al pueblo a la tierra prometida.  Jehová habló a Josué….ahora pues levántate y pasa este Jordán….a la tierra que yo les doy….(Josué 1:1-2).  Haciendo a un lado el gran compromiso, Josué tenía  en sus manos el gran privilegio de hacer realidad la promesa hecha a Abraham muchos años antes (Gn. 12:7, 13-14) sus descendientes heredarían esa tierra.   Josué es comisionado a dirigir al pueblo para pelear por la tierra prometida.  En medio del llamado divino, por un lado Josué recibe varias promesas divinas:  Recibirían la tierra como regalo (aunque debían pelear por ella), Yo os he entregado como lo había dicho a Moisés, todo lugar que pisare la planta de vuestro pie….será vuestro (v. 3-4).  Josué tendría una vida victoriosa, nadie te podrá hacer frente en todos los días de tu vida (v. 5).  A nadie le gusta perder.  Seguridad de la presencia divina, ….como estuve con Moisés, estaré contigo (v. 5b). ¡Eso hizo la gran diferencia con Moisés y ahora con Josué!  Dios honró su promesa en la vida de Josué.  No te dejaré, ni te desampararé (v. 5c).  Pero al mismo tiempo que vemos hermosas promesas hallamos también algunas demandas importantes:  Debía esforzarse y ser valiente (v. 6-7, 9).  La responsabilidad que Josué está tomando o le están entregando es enorme.  Recordemos que toda su vida fue el ayudante de Moisés, ahora no está más él y le toca asumir ese rol.  Ser el líder principal.  Eso pudo ser causa de desánimo y quizá abandonar todo.    Así también debía hacer buen uso de la Palabra de Dios.  Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley….meditarás en él.  La Biblia ha sido y sigue siendo, el mejor manual de instrucción de nuestra vida.  Harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien.  Estamos seguros que eso lo deseamos para este 2013.  Sigamos las recomendaciones dadas a Josué y hagamos de este año, un año diferente siendo valientes, esforzados,  siendo hombres y mujeres con firme compromiso y obedeciendo los principios bíblicos.  Bendiciones a todos.  

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