lunes, 14 de enero de 2013

Jesús vino a buscar y a salvar lo perdido (Lucas 19:1-10)


Jesús vino a buscar y a salvar lo perdido (Lucas 19:1-10)
El ministerio de Jesús se caracteriza, por haber llegado a las personas con múltiples necesidades no importando su condición social, económica o religiosa.  Mateo 9:36 afirma que Jesús al ver las multitudes, tuvo compasión de ellas.  El termino compasión significa, ser conmovido interiormente, gemir con tierna misericordia, afecto, piedad y empatía.   Es ser tocado y movido en la parte más profunda del ser  de una persona.  Jesús tuvo encuentros con personas de diferentes trasfondos.  Eso no importó y el Señor mostró su misericordia tocándoles para ser sanados, salvos y perdonados sus pecados.  La historia de Zaqueo es muy conocida y popular especialmente en las clases de escuela dominical con los niños.  De hecho hay una canción que muchos la sabemos que dice así:  Zaqueo era un chaparrito así que vivía en Jericó, y para ver a Jesús a un sicómoro subió…..Zaqueo, bájate de ahí, porque a tu casa voy a ir.  Respecto a nosotros mismos, ¿de qué contexto nos sacó Jesús? 
            ¿Por qué es importante y pertinente la historia de Zaqueo?  Sencillamente porque describe y reafirma la razón de la venida de Jesús al mundo, buscar y a salvar lo que se había perdido.  Jericó, se cree que es la ciudad más antigua del mundo.  Fue la primer ciudad tomada por Josué (Josué 6, sus muros fueron derribados por el poder de Dios).  Marcos 10:46 describe la sanidad del ciego Bartimeo.  Lucas describe a Zaqueo como jefe de los publicanos.  Un publicano, era un cobrador de impuestos y derechos aduaneros.   Eran empleados del odiado opresos romano.  Debido al abuso del sistema donde imponían más de lo estipulado por el imperio, era despreciados por los judíos y considerados ceremonialmente impuros (Mateo 18:17).  Los subordinados inferiores solían ser nativos del lugar donde trabajaban y tenían mala fama.  Eran excomulgados de las sinagogas y excluidos del trato normal con sus compatriotas.  Debido a que Zaqueo era jefe llegó a ser muy rico (Lucas 18:24-27).  Debido a su riqueza mal habida y el cómo era despreciado. 
            En medio de todo, hubo una gran expectación en Jericó por la llegada de Jesús.  Zaqueo dice el pasaje, procuraba ver quién era Jesús (v. 3).  Zaqueo era un hombre lleno de posesiones pero con un vacío espiritual que no podía ser llenado por nada ni por nadie.  Zaqueo tuvo que enfrentar dos limitantes para satisfacer su curiosidad.  Había una gran multitud y era de baja estatura (v. 3, pero no podía a causa de la multitud, pues era pequeño de estatura).  Sin embargo, eso no fue razón para que él corriese y sube a un árbol y así ver a Jesús.  Era el momento adecuado para tomar una decisión y lo hizo.  Zaqueo se olvidó de todos los demás y se centró en a necesidad de ver a Jesús.  Ya había oído acerca de él y quizá había comenzado a creer en su mensaje. Tuvo un despertar espiritual y lo demostró con su valerosa acción.  La vida se trata de tomar decisiones. No solo es de buenas intenciones. 
            La historia de Zaqueo tiene un final feliz. Jesús se interesa por él.  Zaqueo puede representar el hombre moderno.  Lleno de comodidades  y bienes materiales pero con grandes vacíos y necesidades espirituales.  Todos de una u otra forma somos Zaqueo con nuestras propias limitaciones, prejuicios y vacíos de cualquier naturaleza.  Date prisa, desciende, porque hoy es necesario que pose yo en tu casa (v. 5).  Fueron las palabras de Jesús llamándole por su nombre.  Lo que nunca esperó que el mismo Jesús se quedase en su casa.   Es necesario, afirmó Jesús.  La respuesta de Zaqueo fue de gozo al recibirle en su casa.  Este hombre solo deseaba ver a Jesús y ahora tiene la valiosa oportunidad de conocerle cara a cara.
            Tristemente la reacción del pueblo fue de crítica.  Al ver esto, todos murmuraban, diciendo que había entrado a posar con un hombre pecador (v. 7).  El sistema religioso lo consideraban que no era digno de ser salvo.  Lo que les hubiera agrado era que Jesús lo criticase y lo rechazase.   Lucas 5:31-32 dice, Los que están sanos no tienen necesidad de médico…..No he venido a llamar a justos, sino a pecadores al arrepentimiento.  Hoy ese sigue y debe ser la responsabilidad de la iglesia.  Dar la palabra de gracia al mundo perdido  y que vengan al arrepentimiento y conozcan a Jesús como Señor y Salvador de sus vidas.  Que gran contraste, Jesús salva y los religiosos critican y destruyen.  Los frutos de la salvación de Zaqueo no se dejan esperar.  He aquí, Señor, la mitad de mis bienes doy a los pobres, y si he defraudado a aluno, se lo devuelvo cuadruplicado.  Hizo lo contario del joven rico (Lucas 18:18-24).  La ley establecía que cuando se robaba había que restituir o devolver lo robado más una quinta parte del precio (Lev. 6:4-5, Núm 5:5-7).  Lo hizo como fruto de su conversión y no como requisito (Ef. 2:8-9).  Zaqueo no fue salvo por haber dado parte de sus riquezas a los pobres o devolver lo robado.  Todo fue un acto voluntario.  Este hombre pecador, rechazado  y con prejuicios dio frutos de su conversión genuina en Cristo.  Un hombre con una nueva relación con Dios.  Un hombre con un corazón cambiado por la gracia de Dios.  Hoy ha venido la salvación a esta casa….Porque el Hijo del Hombre, vino a buscar y a salvar lo que se había perdido.  ¿Cuántos Zaqueos hay todavía que necesitan de Jesús?   Ese es nuestra responsabilidad, hablarles de la gracia de Dios en Cristo Jesús.  Bendiciones a todos.  

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