Principios
bíblicos para enfrentar la ansiedad (Filipenses 4:4-9).
Cuando
hablamos de la ansiedad, nos referimos a una de las situaciones emocionales de
tanta actualidad. La ansiedad, es la
inquietud o desasosiego causado por un hecho futuro o incierto. En muchos de los casos, la ansiedad es
acompañada por alguna enfermedad como por ejemplo la neurosis (enfermedad
nerviosa) entre otras. Normalmente la
ansiedad se nota por un estado de tensión según la persona, debido a que hay que enfrentar un peligro
indeterminado lo cual nos da un sentimiento de inseguridad. Es interesante que la generación actual, es
la que más consumimos píldoras para dormir,.
En muchos de los casos, la falta de sueño se debe a la ansiedad la cual
acompaña el insomnio (falta de sueño).
Debemos saber, que el afán y la preocupación no elimina la aflicción del
mañana más bien, nos quita la fuerza del día de hoy. Durante la segunda guerra mundial de
1941-1945 murieron en combate unos 250,000 soldados de Estados Unidos. En el mismo período, murieron dos millones de
personas por enfermedades de corazón.
¡Asombrosamente, murieron más personas por enfermedades que por las
balas!
Pablo, en este maravilloso pasaje,
nos da algunos principios de cómo hacerle frente a la ansiedad. El primero es, debemos desarrollar una correcta actitud frente al afán (v.
4-5). La actitud, es la disposición de
ánimo o la forma cómo le hacemos frente a las diversas situaciones de la
vida. Es la actitud lo que hace la
diferencia entre una y otra persona.
Dios siempre tiene una razón del por qué permite toda situación en
nuestras vidas. Nadie puede cambiar las
circunstancias de la vida, pero sí podemos cambiar nuestras actitudes. Proverbios 15:15 dice, Todos los días del afligido son
difíciles mas el de corazón contento tiene un banquete continuo. Regocijaos en el Señor siempre …..(v.
4). El gozo es un fruto del ES (Gál.
5:22). Debe ser la marca constante del
creyente. Salmos 16:11 afirma,….En tu presencia hay plenitud de gozo… El gozo bíblico se demuestra manteniendo una
correcta actitud de estar contento no importando las circunstancias que estemos
enfrentando. Es la confianza profunda
de que Dios sigue en control de todo (aunque no lo parezca). Por el otro lado, el afán y las
preocupaciones dañan nuestra salud física y espiritual. Perdemos la paz y la tranquilidad. Nos volvemos negativos. Nos distrae y hacemos más énfasis en lo
humano sobre lo divino.
Debemos
orar con gratitud (v. 6, Por nada
estéis afanosos). Es un fuerte
llamado a confiar y decir no al afán.
Afán significa entre otras cosas, nos
jalan en diferentes direcciones, ser estrangulados, mente dividida). Por el contrario, la confianza quiebra el
poder de las preocupaciones en nuestras vidas y nos da la victoria. Isaías 41:10 dice, No temas, porque yo estoy contigo, no desmayes, porque yo soy tu Dios
que te esfuerzo, siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi
justicia. Sean conocidas vuestras
peticiones delante de dios en toda oración.
La oración es la disciplina espiritual de sentarse calmadamente en
las rodillas de Dios y colocar nuestras manos al volante. Ruego, es suplicar seriamente o
implorar. La oración, es la mejor
disciplina para enfrentar nuestros afanes y preocupaciones. Peticiones, ruegos específicos y
definidos. La oración nos inclina a
depender de Dios y no de nosotros.
Reconocemos que sin Él no podemos hacer nada. Cuando venga el afán, nuestra primera reacción
debe ser la búsqueda de Dios por medio de la oración. Normalmente hacemos lo contrario. ¿Cuántas veces las situaciones nos irían
mejor si obedeciéramos las recomendaciones de Pablo en este pasaje? Estamos seguros que podríamos enfrentar las
circunstancias, adversidades y conflictos de mejor forma y nuestra salud
estuviese mejor. No olvidemos en la
oración agregar ser agradecidos. Sin
duda alguna, es un elemento olvidado por la mayoría de nosotros. Dios en su amor nos responde afirmativamente
y olvidamos darle gracias. ¿Se nos
distingue por ser agradecidos? La
gratitud junto con la alabanza, son armas espirituales poderosas contra el afán
y la preocupación.
Finalmente, debemos pensar correctamente (v. 7-8). El resultado maravillosos de haber tomado la
decisión de confiar en Dios y no caer en el afán y preocupación es disfrutar de
la paz de Dios. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento….La obediencia a
Dios siempre promueve la paz y elimina las preocupaciones. La paz de Dios promueve una sensación de
bienestar absoluto. La paz de Dios no
siempre será entendida por el hombre.
Cuando la paz de Dios nos inunda podemos pensar correctamente. La importancia de desarrollar una disciplina
mental correcta. Pensaremos en loa
verdadero y no lo falso. Pensaremos
honestamente, todo lo que es digno de respeto.
Pensaremos con justicia.
Pensaremos con pureza aquello que es limpio y sin contaminación. ¿Cómo anda nuestra vida? El mundo moderno con todas sus comodidades no ofrece ninguna
seguridad todo lo contrario, el afán nos lleva a un mundo desordenado y lleno
de preocupaciones. Busquemos la paz de
Dios que sobrepasa todo entendimiento.
Que en todos haya la mejor actitud para hacerle frente a las
circunstancias de la vida correctamente.
Bendiciones a todos.
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