¿Cómo
estamos respondiendo al llamado de Dios en nuestras vidas? (Mateo 25:14-30).
La parábola de los talentos, es un
pasaje que debe llamarnos la atención a todo hijo de Dios, de cómo estamos
invirtiendo nuestras diversas capacidades.
Sea mucho o poco, todos tenemos la responsabilidad de invertir lo
recibido y así, seguir extendiendo y edificando el Reino de Dios hasta lo
último de la tierra (Hechos 1:8). ¡Nadie
está exento de tal labor!
Jesús inicia su relato, describiendo
a una persona con muchas riquezas que antes de salir de viaje, delega a tres de
sus siervos recursos o dinero para que ellos lo pongan a trabajar. A uno dio cinco, a otro dos y a otro uno, cada uno conforme a su capacidad (v.
15). Dos detalles relevantes surgen de
esta distribución de recursos. La
soberanía de Dios en dar a quién él quiere. Así también, la sabiduría de Dios
en saber cuánto dar a cada uno. Debemos
aceptar que no todos tenemos las mismas habilidades y debemos estar contentos y
satisfechos con lo recibido. No estar
molestos, celosos o envidiosos por lo que otros tienen descuidando lo
recibido. 1 Pedro 4:10 nos
recuerda: Cada uno según el don que ha recibido, minístrelo a los otros, como
buenos administradores de la multiforme gracia de Dios. Aquí lo que notamos, es el llamado del
apóstol a todos a disponernos a servir al cuerpo de Cristo con aquello que Dios
nos ha dado. Las capacidades enterradas
de nada sirven y no son de provecho para nadie.
Después de entregarles los bienes
materiales, el amo parte de viaje. La
NVI agrega: ….fue en seguida y negoció
con ellas….(v. 16-17). Los dos
primeros siervos no esperaron ni perdieron el tiempo. Tomaron la firme decisión de invertir los
bienes recibidos por su amo. Debemos
indicar que un talento equivalía a 6,000 denarios (16 años y medio de
trabajo). Un denario era el salario de
un día. Ellos honran la confianza depositada.
¿Lo estamos haciendo nosotros?
Todos los dones o capacidades recibidos son para provecho y edificación
del cuerpo de Cristo. Los dos primeros siervos
entienden por qué el amo les dejó ese gran capital. ¿Por qué Dios nos ha dado capacidades? Sencillamente para ponerlas a su servicio en Su obra y que la iglesia sea
bendecida con ello. Por el contrario, el
mayordomo infiel va y esconde lo recibido (v. 18). Debemos estar conscientes que esconder nunca
ha sido la finalidad de Dios. Todo lo
contrario. Este siervo, no se molestó en
cumplir la tarea encomendada (lo dos primeros sí lo entendieron).
En la administración, hay una regla
que nunca debe olvidarse. Es la de dar
cuentas. Debemos confesar, que este
último detalla ha sido olvidado por muchos creyentes. Después
de mucho tiempo vino el señor de aquellos siervos, y arregló cuentas con ellos (v.
19). En 2 Corintios 5:10, Pablo
dice: Porque es necesario que todos nosotros comparezcamos ante el tribunal
de Cristo, para que cada uno reciba según lo que haya hecho mientras estaba en
el cuerpo, sea bueno o sea malo. El
tribunal de Cristo, es el lugar donde el
hijo de Dios será recompensado por su fidelidad en el servicio a la obra de
Dios. Bema, es el nombre original de ese
lugar. Cuando el atleta era coronado al
haber triunfado en su competencia (1 Cor. 3:11-15). Al regresar de su viaje, el amo pide cuentas
a sus siervos. Los dos primeros tuvieron
ganancias del 100% y con satisfacción agregan, Señor, cinco talentos me
entregaste, aquí tienes, he ganado otros cinco talentos sobre ellos (v. 19,
22). Humildemente reconocen que lo
recibido viene de la mano de Dios y que también las ganancias son propiedad de
nuestro Señor, no nuestro. Bien
buen siervo y fiel (v. 21, 23), ambos reciben el mismo elogio como también
en sus nuevas responsabilidades, sobre
mucho te pondré. Todo lo contrario,
el último siervo dice: Señor tçe conocía…..sin ninguna
consideración le dice: eres hombre duro…..tuve miedo, y fui y lo
escondí. Debido a su falta de
fidelidad el amo le recrimina con un siervo malo y perezoso….Sabías…(v.
26)…..debías (v. 27)…..quitadle (v. 28). ¿Dónde nos ubicamos nosotros? Fidelidad es nuestro llamado al servicio que el Señor demanda de nuestras vidas. No es opcional y tampoco hay discriminación
alguna. Pongamos en acción todas
nuestras capacidades y disfrutemos en el futuro de todos los galardones que
están preparados. Bendiciones a todos.
Muy cierto, buen mensaje!
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