lunes, 4 de noviembre de 2013

Confiemos en el Señor y él cumplirá Sus propósitos en nosotros (Hebreos 11:1-6)

Confiemos en el Señor y él cumplirá Sus propósitos en nosotros (Hebreos 11:1-6)
Sin duda alguna, el tema de la fe en la Biblia es sumamente importante.  Imaginémonos si quitásemos la palabra fe en las Sagradas Escrituras.  Todos estaríamos de acuerdo que haría falta un concepto vital, clave y necesario en la vida espiritual de todo creyente en el Dios de la Biblia.  La fe, sigue siendo un tema de actualidad porque si ella es imposible agradar a Dios (Hebreos 11:6).  Fe, es sinónimo de confianza, seguridad y tranquilidad.  Es necesario agregar, que Dios nos premia cuando nos acercamos con fe.  Y que es galardonador de los que le buscan (Hebreos 11:6).  Eso significa, que cuando usted y yo le buscamos con fe, Dios mismo se ha comprometido honrar esa búsqueda nuestra premiándonos.  ¿Cómo?  Podemos responder de tantas formas:  lo más lógico es respondiendo a nuestras peticiones.  La vida cristiana debe vivirse y edificarse sobre la fe en el Dios invisible y en lo que él nos ha prometido en Su palabra ¡lo cumplirá!  Hoy y siempre, nuestra relación con Dios debe vivirse por fe y no por vista.
            Hebreos 11:1 nos recuerda nuestra respuesta a la fe, la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve.  Certeza es sinónimo de seguridad y convicción es convencimiento de lo que creemos.  Así que fe, es creer y  estar convencidos que nuestro buen Dios está y sigue en control de todo.  La pelea entre David y Goliat es sin duda alguna, una de las historias más conocidas de la Biblia.  Es una batalla a todas luces desigual a los ojos humanos.  Goliat, era un soldado que media unos 2.7 metros.   Su estatura sería bien apreciada para cualquier equipo de basquet ball de la NBA.  Por otro lado, toda su armadura lo hacia temible y difícilmente encontrar un adversario capas de derrotarle.  Eso hizo que Goliat lleno de orgullo, autosuficiencia y mucha seguridad en sí mismo llega al frente de batalla con la siguiente propuesta:  Escoged de entre vosotros un hombre que venga contra mi….Hoy yo he desafiado al campamento de Israel dadme un hombre que pelee conmigo  (1 Samuel 16:8, 10). 
            La respuesta de parte del ejército de Israel fue que nadie se ofrecía a ir al frente y pelear contra semejante oponente.  Oyendo Saúl y todo Israel estas palabras del filisteo, se turbaron y tuvieron gran miedo (1 Samuel 16:11).  David era la persona menos indicada para responder al desafío de Goliat.  Era apenas un joven sin experiencia militar.  Sin embargo, este joven tenía lo que nadie más tenía.  Una gran fe y confianza en el Dios que todo lo puede.  Saúl, el rey de Israel trata de proteger lo más que pueda a David, equipándole de su propio armamento y vestidura y hacerlo a su parecer, más fuerte y capas para enfrentar tan colosal enemigo.  Fe, es saber que Dios sigue en control de todo.  Al momento de ir al frente, David lleno de seguridad reta a Goliat y le afirma, Jehová te entregará hoy en mis manos, y yo te venceré (1 Samuel 17:46).  Aunque Saúl pretendió proteger lo mejor que pudo a David, éste no aceptó todo lo que el rey le ofreció.  Saúl vistió a David con sus ropas, y puso sobre su cabeza un casco de bronce, y le armó de coraza…ciñó David su espada sobre sus vestidos, y probó a andar, porque nunca había hecho la prueba (1 Samuel 17:38-39).  Ningún arma humana puede ganar una batalla espiritual.  David cortésmente rechaza lo ofrecido por Saúl y usa lo que él sabía usar mejor.  Tomó su cayado….escogió cinco piedras….tomó su honda…y se fue hacia el filisteo (1 Samuel 17.40).  Eso es fe en acción y con autoridad.
            Goliat no podía creer lo que veía.  En torno de burla y lleno de sarcasmo miró y vio a David, le tuvo en poco….y dijo el filisteo a David:  ¿Soy yo perro para que vengas a mí con palos?   Y maldijo a David por sus dioses (1 Samuel 17:43).  David no dio importancia a las palabras de Goliat.  Este joven sabía en quien había creído.  Entendió que la batalla era de Dios y él lo respaldaría.  Con toda seguridad y convicción, le hace ver al gigante Goliat,   Jehová te entregará hoy en mi mano, y yo te venceré….tanto Saúl como todo el ejército y hoy nosotros debemos darnos cuenta que Jehová no salva con espada y con lanza, porque de Jehová es la batalla….(1 Samuel 17:47).

            ¿Cuál es nuestro gigante que estamos enfrentando?  ¿Deudas, problemas de salud, sentimentales, familiares?  Dios es más grande que cualquier gigante.  Pongamos en acción nuestra fe y con autoridad así como David, enfrentémoslo en el nombre de nuestro Todopoderoso Dios. Con él, ¡somos más que vencedores!  Así que todos debemos aprender a andar con fe. David es un buen ejemplo de cómo  enfrentar toda dificultad no importando su tamaño.  En Proverbios 3:5-6 dice, Fíate de Jehová de todo tu corazón, y no te apoyes en tu propia prudencia.  Reconócelo en todos tus caminos, y él enderezará tus veredas. Un buen consejo para vivir por fe en Dios y no en nuestras propias capacidades.  Favor tenerlo presente.  Bendiciones a todos. 

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