De
esto ¡mejor no hablemos! (Por Esly
Carvalho, Apuntes Pastorales, vol.
XXI, # 1).
En
la iglesia hablamos y enseñamos sobre prácticamente todos los asuntos
relacionados con la vida espiritual, sin embargo, uno de los temas que muy rara
vez se menciona es el ejercicio de la mayordomía de nuestros bienes porque
entendemos, que, en realidad son de Dios.
Pero, surge el tema del cuidado de nuestra salud física parece que nos
inmiscuimos en algo sobre lo cual, aparentemente, existe un pacto de
silencio. Nuestro cuerpo también le
pertenece a Dios, pues es el templo del Espíritu Santo. Merece que le dediquemos la misma
consideración que le damos a la buena administración de nuestros recursos
económicos y materiales.
Somos enseñados a cuidar y amar
nuestros cuerpos. De hecho, el apóstol
Pablo usa esto a modo de ejemplo para ilustrar cómo los maridos deben amar a
sus esposas, porque nadie odia su propia
carne, sino que la cuida…(Ef. 5:28).
Si el Espíritu Santo vive dentro de nosotros, como de hecho lo hace, entonces
debemos cuidar este templo con el
mismo respeto y reverencia que los israelitas tenían hacía el templo de Dios en
Jerusalén.
¿Cómo debemos cuidarlo?. Evitar
la tendencia a minimizar la atención.
Creemos que la preferencia de las iglesias evangélicas ha sido reducir
este cuida a dos simples instrucciones:
o tomar bebidas alcohólicas y no fumar.
Desde luego lo anterior es dañino y deben ser evitadas. Pero el cuidado del cuerpo no deben en
ninguna manera limitarse a ello. Buscar información sobre nutrición. Actualmente estamos bien informados sobre
cuestiones de nutrición: qué comidas nos hacen daño. Por eso, debemos buscar información apropiada
sobre cuáles comidas evitar para el bien de nuestra salud, y cuáles ingerir
(una dieta balanceada que incluya todos los nutrientes necesarios). Vigilar
nuestro cuerpo. Muchos líderes viven
con un importante sobrepeso lo cual puede llevarlos a serios problemas de salud
física. Proverbios 23:2 dice, Aunque tengas mucha hambre, controla tu
apetito (VP). El sobrepeso trae
complicaciones de colesterol, diabetes y otras enfermedades que perfectamente
pueden evitarse si se tienen buenos hábitos alimenticios. Además, pone en riesgo la salud de quienes
tienen mayor responsabilidad en la iglesia.
Muchos de ellos mueren prematuramente por lo cual dejan de alcanzar su
máximo potencial personal y ministerial.
Comer sin control es un claro testimonio de que no nos hemos sujetado al
Espíritu en esa área de nuestra vida, pues el fruto del dominio propio y la templanza
mencionados en Gálatas 5 están ausentes.
La disciplina en la comida también es el fruto de la obra del Espíritu
Santo. La salud siempre se encuentra en
procurar el equilibrio y la moderación.
Practicar
ejercicio físico. El ser humano en
este siglo siglo goza de muchos avances tecnológicos que le facilitan el
trabajo y el quehacer cotidiano. Pero
esos avances nos han hecho perder las oportunidades para ejercitarnos
físicamente. Por eso, el pastor y
creyente en general debe tomar tiempo semanalmente para hacer algún ejercicio
físico. No debemos menospreciar la
importancia del ejercicio físico. Una
buena administración de nuestro cuerpo permite que llevemos adelante nuestros
ministerios más eficaces y con menor desgaste al habitual.
Realizar
exámenes médicos periódicamente. No
debemos permitir que el temor y la ansiedad nos impidan hacernos las pruebas
médicas básicas. Muchos de nosotros
somos negligentes confiando en que la buena salud va a durar para siempre. La presencia de trastornos y enfermedades
de riesgo pueden ser detectados a tiempo si se realizan las revisiones
necesarios. No debemos olvidar que
después de cierta edad una cita anual con el médico es altamente aconsejable.
Si logramos implementar estas
modificaciones en nuestro estilo de vida, podremos asegurarnos de que nuestros
ministerios estén construidos sobre un fundamento más sano y tengan una
proyección que nos permita invertir nuestros recursos largo plazo. Necesitamos lideres y creyentes que muestren
con su ejemplo cómo el cristianismo lleva los valores del reino al plano de la
expresión física de la vida. Bendiciones
a todos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario