Experiencias del Espíritu Santo en la vida del hijo de Dios
(Juan 14:15-26).
A
pocos días que el año 2013 sea historia e iniciar el 2014 con 365 a vivir, nos
preguntamos ¿qué ocurrirá el próximo año?
Cuando Jesús estaba por irse, les reveló una promesa que quizá en ese
momento no entendieron. Yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador,
para que esté con vosotros siempre (Juan 14:16). Otro Consolador, es importante saber que la
palabra otro, en el idioma original
significa otro de la misma clase, o sea, alguien como Jesús. Sin duda alguna, todos necesitamos alguien
así y nadie mejor que la presencia maravillosa y especial del bendito Espíritu
Santo en nosotros. Contrario a la
experiencia en el Antiguo Testamento donde la presencia del ES era temporal,
hoy es permanente (Ef. 4:30, Y no
contristéis al Espíritu Santo de Dios,
con el cual fuisteis sellados para el día de la redención). Esto nos confirma la presencia soberana del
ES en la vida de todos los hijos de Dios.
Hoy el ministerio del ES es sumamente variado. Entre otras cosas, convencer al mundo de pecado de justicia y de juicio (Juan
16:8-11). Nos sella, bautiza, mora en
nuestra vida y otorga dones al Cuerpo de
Cristo que es la iglesia (1 Cor. 12:11).
Sin embargo hay un ministerio fundamental en la vida de cada
creyente. Transformar, sí, transformar.
En 2 Cor. 3:18 encontramos, Por
tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria
del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por
el Espíritu del Señor. Tomando como
base Efesios 5:18 donde se nos pide que le permitamos al ES que nos llene y no
seremos los mismos, ahí inicia la verdadera transformación.
Una experiencia que el hijo de Dios
no debe permitir es contristar al ES (Ef.
4:30, Y no contristéis al ES…). Al leer el contexto del pasaje de Efesios
4:30, el apóstol Pablo describe una serie de obras de la carne entre
ellas: dejar de mentir y hablar verdad
(v. 25), de un enojo injusto y descontrolado a uno justo y controlado (v.
26-27), de robar a dar con generosidad (v. 28), de palabras corrompidas a palabras
edificantes (v. 29-30), de vicios naturales a virtudes espirituales
sobrenaturales (v. 31-32). ¿Nos hemos
puesto a pensar alguna vez que nuestras acciones o estilo de vida entristece al
ES de Dios? Eso es lo que Pablo afirma
en Efesios 4:30. Por ejemplo, un hablar
descontrolado entristece al ES. Nuestro
hablar debe ser para la necesaria
edificación, a fin de dar gracia a los oyentes.
Santiago 3:2, 10 nos recuerda, Porque todos ofendemos muchas veces….De una
misma boca proceden bendición y maldición.
Hermanos míos, esto no debe ser así. Una manifestación clara de la
transformación del bendito ES es una boca controlada como también nuestras
acciones, sentimientos y pensamientos que proceden del corazón.
Buen
uso de nuestro cuerpo. Una verdad
que a veces es desconocida por muchos creyentes es que Dios mismo vive en
nosotros. ¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual
está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros? (1 Cor. 6:19). Nadie
debe pasar por alto que debemos tener una correcta mayordomía es hacer un buen uso de nuestro cuerpo. El mundo de hoy ofrece tantas maneras de cómo
alejarnos de Dios. Las tentaciones son
variadas sin embargo en todo ello, el poder de decisión está en nosotros decir
¡no! a todo aquello que nos aleja de Dios haciendo mal uso de nuestro
cuerpo. No sois vuestros, afirma el apóstol Pablo. Hay tres detalles respecto a lo anterior.
Debemos vivir con temor y temblor (Fil. 2:12).
Debemos andar dignamente o sea, un fuerte llamado de atención a nuestra
conducta diaria (Ef. 4:1) y Cristo nos
compró por un precio muy alto (1 Pedro 18-19, sabiendo que fuisteis rescatados de vuestra manera de vivir, la cual
recibisteis de vuestros padres, no con cosas corruptibles, como oro o plata,
sino con la sangre preciosa de Cristo….).
Debido a ello, 1 Pedro 1:17 nos recuerda, ….conducíos en temor todo el tiempo de vuestra peregrinación. El decir que somos el templo de Dios,
significa que Dios por medio del ES habita en nosotros. Quizá resulte difícil
entenderlo, aceptarlo y creerlo. Pero la
Biblia así lo dice y así es. Hagamos el
mejor uso de nuestro cuerpo y así honramos la presencia de Dios en nosotros.
Finalmente, una experiencia del ES
en nuestra vida es que fácilmente se
somete. El mejor lugar para demostrar la sumisión
controlado bajo el ES es el hogar.
Veamos que Pablo nos pide en Ef. 5:18, …antes sed llenos del Espíritu. Los
resultados de esa experiencia no se dejan esperar. Un mejor hablar (v. 19), gratitud en nosotros (v. 20). Las relaciones en el hogar serán de paz y
armonía debido a que hay sumisión voluntaria y espontánea en la vida
hogareña. Entre los esposos (v. 21-22),
relación padres e hijos (v. 6:1-4) como también en nuestras relaciones
laborales (v. 5). Debemos entender que
una persona agresiva no permite ser llena del ES y no se someterá a nadie. Dios nos ha llamado a ser sumisos. Una caminar digno viene como resultado de ser
lleno del Espíritu Santo. Dejemos de
andar en la búsqueda de fórmulas mágicas o experimentales. La respuesta está en permitir seguir siendo
llenos del Espíritu Santo. Los
resultados se dejarán ver claramente.
Bendiciones a todos.
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