lunes, 2 de diciembre de 2013

Principios bíblicos de cómo dar a Dios (Deuteronomio 16:10-17).

Principios bíblicos de cómo dar a Dios (Deuteronomio 16:10-17).
            No le parece extraño como un billete de $ 100 se ve tan grande cuando lo llevamos a la iglesia para darlo como diezmo y tan pequeño cuando lo llevamos a la tienda a comprarnos algo para nosotros.  ¿Por qué hablar del diezmo o dinero hoy día?  Debemos reconocer y aceptar que para muchos creyentes nos ponemos incómodos cuando la iglesia habla de asuntos de dinero.  El diezmo es la décima parte de nuestros ingresos los cuales dedicamos a Dios para sostener la obra en Su iglesia como expresión de adoración a Él.  Mucho se cuestiona la validez del diezmo para hoy día aduciendo que el mismo es parte de la ley mosaica y nosotros vivimos en la gracia.  Hay parte de razón en ello.  Sin embargo la Biblia describe por lo menos dos personas que ofrecieron sus diezmos unos 600 años antes de la ley.  En Génesis 14:16-20, Abraham, padre de la fe, después que nuestro Dios le dio la victoria como gratitud ofrece los diezmos de todo lo que había logrado.  Así mismo en Génesis 28:22,  Jacob cuando iba huyendo de su hermano Esaú promete:  esta piedra que he puesto por señal, será casa de Dios, y de todo lo que me dieres, el diezmo apartaré para ti.    Jesús en Mateo 23:23, resalta la importancia del mismo cuando confronta a la fariseos de sus prácticas, ¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas porque diezmáis la menta y el eneldo y el comino, y dejáis lo importante de la ley, la justicia, la misericordia y la fe.  Esto era necesario hacer, sin dejar de hacer aquello.  Aquello a lo que se refiere Jesús es al diezmo.  El diezmar, debe ser como una respuesta a una mayordomía correcta que inicia reconociendo que todo lo que tenemos es y viene de Dios.  David en 1 Crónicas 29:14 dice, …..Pues todo es tuyo, y de lo recibido de tu mano te damos.    Así también no olvidemos que Dios nos llama a ser generosos, ….Más bienaventurados es dar que recibir (Hechos 20:35.
            Un principio bíblico al darle a Dios es que le honramos cuando le damos lo mejor.  El profeta Malaquías 1:6-9,  hace un fuerte reclamo al pueblo y a los sacerdotes debido a la mala calidad de sus ofrendas.  ¿Dónde está mi honra?....¿dónde está mi temor?....Y cuando ofrecéis el animal ciego para el sacrificio ¿no es malo?  Así mismo cuando el cojo o el enfermo, ¿no es malo?....¿cómo podéis agradarle, si hacéis estas cosas?.    Sin duda alguna, así como en el tiempo del profeta, hoy día tenemos una fuerte tendencia a darle a Dios no siempre lo mejor.  Como creyentes, somos llamados a ser honestos con el darle a Dios.  Dios mismo había establecido cómo debía ser las ofrendas de animal, Deut. 17:1, No ofrecerás en sacrificio a Jehová tu Dios, buey o cordero en el cual haya falta o alguna cosa mala.  Dios no aceptaba como ofrenda ningún animal enfermo, debía ser perfecto, completamente sano (Lev. 1:10, …macho sin defecto lo ofrecerá).
            En Lucas 21:1-4, Jesús honra a una viuda pobre que en contraste de otros que dieron dice, En verdad os digo, que esta viuda pobre echó más que todos.  Porque todos aquellos echaron para las ofrendas de Dios de lo que les sobraba, mas ésta, de su pobreza echó todo el sustento que tenía.  Nada hay oculto a la vista de nuestro Dios.  El ve nuestro corazón como también las intenciones cuando damos.  ¿Qué movería a esta viuda pobre a dar todo?  Estamos seguros nunca buscó el reconocimiento de nadie.  Únicamente el deseo de honrar y servir a Dios.  Dar cuando no hay abundancia es sacrificar para Dios y honrarle.  ¿Qué representa lo que damos a Dios?  ¿Lo que nos sobra?
            Otro principio para darle a Dios es hacerlo con alegría.  En Deut. 16:11, 14-15  hallamos lo siguiente,   Y te alegrarás delante de Jehová tu Dios….y estarás verdaderamente alegre.  Encontramos el mismo principio en 2 Cor. 9:7, Dios ama al dador alegre.  No con tristeza ni tampoco bajo ningún tipo de presión alguna.  No estamos de acuerdo con ofrecer promesas porque damos alguna cantidad esperando recibir el doble.  Así mismo, no encontramos bíblicamente hablando, hacer pactos con Dios de tipo financiero.  Cuando damos con la esperanza de recibir nos alejamos del principio bíblico, con alegría, no por necesidad alguna.  Es ahí donde el creyente debe ir al texto bíblico y documentarse qué dice la Biblia y no dejarse engañar bajo promesas de recibir algo.  Desde luego que nuestro Dios bendecirá nuestra fidelidad pero lo hará en su voluntad y no siempre la bendición será material.  Nuestro dar debe ser voluntario.  Tampoco estamos de acuerdo con forzar al creyente que debe dar.  La generosidad debe salir de un corazón agradecido y que da como gratitud por la fidelidad de nuestro Dios.  Finalmente, debemos dar como adoración al Señor.  La forma cómo manejamos nuestras finanzas es una expresión externa de nuestra condición espiritual interna.  David es un buen ejemplo en 1 Crónicas 29:11-14, ….Ahora pues, Dios nuestro, nosotros alabamos y loamos tu glorioso nombre….Pues todo es tuyo, y de lo recibido de tu mano te damos.  Nunca nos parecemos a Dios como cuando damos.  En Juan 3.16 dice, Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.  El mejor ejemplo en dar lo encontramos en nuestro Dios.  Dio lo mejor que tenía, Su Hijo Jesús.  Dios les bendiga a todos. 


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