Predicando
a los que no se congregan (Rick Warren, Apuntes
Pastorales, Vol. XVIII, Núm. 1, p.18-24).
¿Este mensaje tendrá sentido para
una persona que jamás ha asistido a una iglesia evangélica? El estilo de predicación que uso en las
reuniones generales es muy distinto al estilo que uso cuando enseño a
creyentes. Cuando predico a los
creyentes me gusta enseñar versículo por versículo. La exposición basada en los libros de la
Biblia da grandes resultados cuando uno le habla a creyentes que se encuentran
motivados a aprender las Escrituras.
Pero, ¿qué me dice de los no creyentes que todavía no están motivados a
estudiar la Biblia? No creo que la
enseñanza de los libros de la Biblia, versículo a versículo sea la forma más
efectiva de evangelizarlos . Más bien,
debemos comenzar en el terreno en común, tal como hizo Pablo con su audiencia
en el Areópago de Atenas (Hechos 17:19-34).
En lugar de comenzar con un versículo del AT, él citó a uno de sus
poetas para captar su atención y establecer un terreno común. La palabra comunicación tiene en su raíz
latina la palabra communis, que significa común. Uno no se puede comunicar con la gente
hasta que no encuentra algo en común con ellos.
Con un no creyente, no se puede establecer una comunicación en un
terreno común diciendo: Abramos nuestras Biblias en…..
El terreno en común con los no
creyentes no es la Biblia, sino nuestras necesidades comunes, nuestros
sufrimientos e intereses como seres humanos.
Al comenzar con un tema que sea de interés para los no creyentes y al
mostrarles luego lo que la Biblia dice al respecto, uno puede captar su
atención, desarmar sus prejuicios y crear un interés en la Biblia que antes no
existía. Comenzar un mensaje basándose
en las necesidades de la gente es más que una herramienta de mercadeo. Se basa en el hecho teológico de que Dios ha
escogido revelarse al hombre de acuerdo a nuestras necesidades. Tanto el AT como el NT están llenos de
ejemplos al respecto. Predicar en base a
las necesidades es un enfoque sólidamente teológico para acercar a las personas
a Dios. La predicación que cambia las
vidas une la verdad de la Palabra de Dios con las necesidades reales de la
gente a través de la aplicación. La exposición de temas es mejor para el
evangelismo. Es importante planear
título atractivos para los no creyentes.
Jesús espera que seamos estratégicos en nuestro evangelismo: He
aquí, yo os envió como a ovejas en medio de lobos, sed, pues, prudentes como
serpientes, y sencillos como paloma (Mateo 10:16). Predicar en serie. Pocos pastores comprenden el poder que existe
en el desarrollo continuado de una serie de acontecimientos. La gente sabe a dónde se dirige su serie si
usted anuncia de antemano los títulos de los sermones y puede hacer planes para
traer a sus amigos en las semanas en las cuales los temas estén más de acuerdo
con sus necesidades. La mejor duración
para una serie es de cuatro a ocho semanas.
Cuando
predique una serie sobre algún aspecto de la madurez espiritual, debe
comunicarlo de manera tal que se encuentre conectado con las necesidades de los
nos creyentes. Cuando ellos tienen una
mala experiencia, es muy difícil atraerlos de vuelta.
Finalmente, siempre es importante
ofrecerles a los no creyentes la oportunidad de responder a Cristo. Explique con claridad cómo responder a
Cristo. Hay muchas invitaciones de salvación que no se
entienden. Extender una invitación para
que alguien venga a Cristo es algo demasiado importante como para improvisar al
final del mensaje sin haberlo planeado.
El destino eterno de las personas está en juego. Sea creativo al invitar a las personas a
recibir a Cristo. Guíe a las personas en
una oración modelo. Nunca presione a una
persona no creyente para que se decida.
Confíe en que el ES hará su obra.
Hemos visto que a pesar de los inconvenientes que hay en el mundo, las
personas han demostrado que están dispuestas a cargar con gran cantidad de
inconvenientes y limitaciones si los mensajes satisfacen genuinamente sus
necesidades. Bendiciones a todos.
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