Transformados
para amar (Romanos 12:17-21).
Febrero
se le conoce como el mes del amor. Tratando de no ser parte de la
comercialización con este tema, veamos cómo Pablo lo enfoca en este maravilloso
capítulo 12 del libro de los Romanos. A
modo de introducción veamos dos detalles relevantes para desarrollar los
versículos arriba citados.
En el v. 2 Pablo nos pide que
debemos ser transformados. El término viene de metamorfosis. Como todos
sabemos, metamorfosis, es el conjunto de transformaciones que experimentan
algunos vertebrados y ciertos insectos como la mariposa por ejemplo y se
manifiestan en la variación de forma como de funciones en el género de
vida. Realmente la petición de Pablo es
más bien que dejemos ser transformados.
En 2 Corintios 3:18 encontramos, Por tanto, nosotros todos, mirando a cara
descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de
gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor. La transformación debe venir como
producto del cambio interno en la mente al obedecer los principios
bíblicos. El poder la palabra viviente
en nosotros. Así también, deseamos
agregar otra petición del apóstol en el v. 9, El amor sea sin fingimiento. Fingimiento
significa hipocresía. Es un claro llamado al amor puro,
sincero, sin egoísmo y genuino. Es una
contradicción el amar con hipocresía.
Como el amor debe ser práctico y
demostrado, veamos por lo menos cuatro formas de amar. Como ya vimos en el inicio, esto viene cuando somos transformados y amamos sin
hipocresía. En el v. 17 Pablo nos
pide, procurad lo bueno delante de todos
los hombres. Bueno significa, lo sano, útil, hermoso, atractivo, encantador,
lo bello etc. Es tener una buena
actitud con nuestro prójimo y eso lo demostraremos no pagando a nadie mal por mal. La ley del Talión en el Antiguo Testamento
era un tipo de justicia que permitía no caer en la venganza (Éx. 21:24, Lev.
24:20). Tito 2:10 agrega, no defraudando, sino mostrándose fieles en
todo, para que en todo adornen la doctrina de Dios nuestro Salvador. Es una exhortación en el buen trato que
todos debemos tener mediante relaciones interpersonales sanas y
edificantes. Sin embargo para ello,
recordemos que toda relación es de doble vía.
Demos bien y eso mismo recibiremos.
Si
es posible, en cuanto dependa de vosotros, estad en paz con todos los hombres (v.
18). Esto está muy ligado al versículo
anterior. No esperamos tener paz con los
demás si no tengo buena actitud. Favor
de asegurarnos que de nuestro lado estemos cumpliendo con nuestra
responsabilidad en el buen trato y así la paz puede ser una realidad. Jesús en
Mateo 5:44 nos pide cómo debemos tratar a aquellas personas que no son fáciles
y quizá no nos agradan, Amad a vuestros
enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y
orad por los que os ultrajan y os persiguen.
En un mundo tan competitivo vemos a diario que la petición de Jesús
es olvidada y tristemente aún en medio de círculos religiosos no se busca ni
promueve la paz. Desde luego no siempre
será posible lograr la paz pero que no sea de nuestra parte. Dios nunca nos culpará por ello. Nuevamente Jesús en Mateo 5:9 sobre la paz
nos dice, Bienaventurados los
pacificadores, porque ellos serán llamados hijos de Dios.
No
os venguéis vosotros mismos (v. 19).
Como vemos, hay una reiteración en no caer en el error de tomar la
justicia en nuestras propias manos.
Desde luego no es fácil cuando alguien nos hace un daño y tratamos de
tomar la justicia nosotros mismos.
Estamos de acuerdo no siempre será fácil. Nuestro mejor ejemplo a seguir es Jesús. La vida cristiana es un llamado a la gloria
por medio de una travesía de sufrimiento.
Muchas veces Dios permitirá el sufrimiento para que maduremos y así
nuestra fe crezca y podamos honrar y glorificar a nuestro Dios. Pues
para esto fuisteis llamados, porque también Cristo padeció por nosotros
dejándonos ejemplo, para que sigáis sus pisadas, el cual no hizo pecado….quien
cuando le maldecían, no respondía con maldición…sino encomendaba la causa al
que juzga justamente (1 Pedro 2:21-23).
Finalmente, debemos procurar hacer bien (v. 20-21). Un buen consejo es que no debemos permitir
que lo malo de otros nos afecte y seamos vencidos haciendo lo malo. Una persona transformada para amar, lo
demuestra poniendo en práctica estos dos últimos versículos. Nuevamente Pablo agrega el detalle de no
buscar el mal de la otra persona aunque nos haya hecho daño. Cuando usted y yo hacemos lo correcto,
haremos que nuestro prójimo reflexione y vea un cambio en nosotros. Recordemos que hemos sido transformados para
amar aún aquellos que a nuestro parecer tienen un trato difícil. No seas
vencido de lo malo, sino vence con el bien el mal. La transformación consiste en el proceso
de cambio en nuestras vidas por medio del poder la palabra viva en
nosotros. Lo demostraremos con un amor
no fingido, todo lo contrario, honesto, veraz y puro. Bendiciones a todos.
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