lunes, 3 de marzo de 2014

Llamados a ser influencia, un perfil del libro de Levítico (Levítico 11:44-45).

Llamados a ser influencia, un perfil del libro de Levítico (Levítico 11:44-45).
Influir es la acción de afectar o producir alguna clase de cambio en la actitud, conducta o circunstancia de alguien.  Levítico, era el manual de uso para los sacerdotes tiene principios de cómo el pueblo debía acercarse a Dios para adorarle y servirle como también, normas de cómo el pueblo debía vivir.  Israel como pueblo de Dios, debía tener un estilo de vida diferente a todos los demás pueblos que vivían a su alrededor.  No haréis como hacen en la tierra de Egipto….ni haréis como hacen en la tierra de Canaán, a la cual yo os conduzco, ni andaréis en sus estatutos (Levítico 18:3).  Egipto representaba el pasado y Canaán el futuro.  Ni uno ni otro debían marcarles su estilo de vida.  
Levítico tiene como tema principal, un llamado a la santidad (Levítico 11:44-45, Porque yo soy Jehová vuestro Dios, vosotros por tanto os santificaréis, y seréis santos, porque yo soy santo….Porque yo soy Jehová, que os hago subir de la tierra de Egipto para ser vuestro Dios, seréis, pues santos, porque yo soy santo).  La santidad es la doctrina de Dios que está separado del pecado y dedicado a buscar su propio honor.  La santificación es la obra progresiva de Dios en el hombre que nos hace más y más libres del pecado y más semejantes a Cristo en nuestra vida diaria.  Ser santos es separados o consagrados para él.  No tiene nada que ver con imágenes o algo semejante.  Es más bien un llamado a vivir de acuerdo a los propósitos de Dios.  ¿Por qué debemos vivir en santidad?  Hay dos razones básicas.  Primero, Dios es santo (Lev. 11:44-45, 1 Pedro 1:16).  Segundo, la santidad como estilo de vida para impactar al mundo (Romanos 12:1-2).  Pablo dice en Mateo 5:16, Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos.   Dios es honrado por nuestro estilo de vida.
            La santidad demanda obediencia en nosotros.  Levítico 18:5 dice,  Por tanto,  guardaréis mi estatutos y mis ordenanzas, los cuales haciendo el hombre vivirá en ellos.   Yo Jehová.    El conocimiento bíblico en sí no cambia a nadie (Mateo 23:2-3).  El simple hecho de saber la Palabra no basta ni cambia a nadie.  Debemos amarla y aplicarla en nuestro diario vivir.  Santiago 1:22 agrega, Pero sed hacedores de la palabra, y no tan solo oidores, engañándoos a vosotros mismos.  Sin duda alguna, tenemos enormes beneficios al obedecer la Palabra de Dios.  Levítico nos ofrece una serie de principios de vida que tienen sus aplicaciones para el día de hoy.  Por ejemplo el capítulo 18 nos enseña cómo influir en nuestra sociedad por medio de una vida sexual correcta.  Una vida moral para ser sal y luz en una sociedad llena de inmoralidad y perversión.  Este capítulo regula la vida sexual donde hallamos una serie de prohibiciones como por ejemplo: no al incesto (v. 6-18), no a las relaciones íntimas con familiares cercanos y desde ese momento, se regula el matrimonio con parientes cercanos.  La ciencia misma ha descubierto que el emparentamiento con familiares  cercanos logra en un porcentaje grande:  Impedimentos a tener hijos, abortos espontáneos, riesgos de malformaciones, pérdida auditiva, retrasos mentales.  Hay incidencias de malformaciones entre primos o familiares cercanos es el doble que en parejas no emparentadas.  Esto se debe a la homocigosidad (genes son iguales).  La prohibición está en la poligamia, el incesto.  Los pueblos cananeos tenían esas costumbres.  Para los egipcios era permisible casarse entre hermanas y medio hermanos.  Los persas permitían el casamiento entre la madre e hijo y hermanas.  Los griegos y romanos, aborrecían tales matrimonios. 
            Vemos otras prohibiciones que hoy no causan ningún tipo de reacción ni censura alguna.  Por ejemplo, el adulterio, no tendrás acto carnal con la mujer de tu prójimo…. (v. 20).  El adulterio es la relación íntima con alguien que no es su esposo o esposa.  Un estudio sociológico hecho en diferentes sociedades antiguas, reveló que en aquellas donde la monogamia se lograba al máximo alcanzaron una gran energía social y era una sociedad dominante.  A la inversa, en los casos en que la monogamia disminuía su energía social también disminuía.  El estudio determinó que si una sociedad desea mantener su energía productiva por largo tiempo, debe regular las relaciones entre los sexos mediante la monogamia.
            No a la homosexualidad (v.  22, No te echarás con varón como con mujer, es abominación).  Hoy la homosexualidad es una práctica que la sociedad ha llegado a considerarse como normal y es aceptada.  Sin embargo el principio bíblico es claro y actual.  Levítico 20:13 legislaba,   Si alguno se ayuntare con varón como mujer, abominación hicieron, ambos han de ser muertos…  No a la bestialidad (v. 23, Ni con ningún animal tendrás ayuntamiento…..es perversión).  Si la Biblia condena el homosexualismo no digamos el tener relaciones íntimas con animales.  Es algo inimaginable.  Todo esto destruye la moralidad, la sociedad, conducen a enfermedades y sobre todo ofenden a Dios.  Es totalmente fuera de lo normal y lógico.   Levítico 18:24-25 concluye, En ninguna de estas cosas, os amancillaréis, pues en todas estas cosas se han corrompido las naciones que yo echo de delante de vosotros, y la tierra fue contaminada…..  Sin duda alguna, el pecado tiene sus graves consecuencias.  Por ello, el llamado a una vida de santidad es algo que debemos tener siempre en mente.  Sed también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir (1 Pedro 1:15).  Hemos sido llamados a ser influencia por medio de nuestro estilo de vida puro y agradable a nuestro buen Dios.  Bendiciones a todos. 

            

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