lunes, 7 de abril de 2014

Jesús restaura a Pedro (Mateo 26:30-35)

Jesús restaura a Pedro (Mateo 26:30-35)
La vida del apóstol Pedro, es descrita en los evangelios con enormes contrastes.  Pedro era ansioso, agresivo, valiente, franco, hacia muchas preguntas.  Fue censurado varias veces por Jesús.  Pedro fue capacitado por el ministerio del Señor y es mencionado más veces en los evangelios que todos los demás discípulos.  Pedro ninguno que otro hizo la confesión determinante en Mateo 16:16, Respondiendo Simón Pedro, dijo:  Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente.  Por el otro lado, Pedro fue el único  a quien Jesús llamó Satanás (Mateo 16:23).    Su figura es determinante en el nacimiento de la iglesia, donde se convierten 3 mil personas (Hechos 2). 
            En el pasaje arriba citado, Jesús le da una serie advertencia a Pedro y a los demás discípulos.  Advertir es, prevenir, llamar la atención sobre algo. Hoy día, se usa mucho los símbolos para advertirnos ya de algún peligro, llamarnos la atención o de cómo usar ya sea un aparato, tomar algún medicamento, dirección que debemos tomar para un rumbo especial.  Cristo con amor advierte a sus discípulos que se escandalizarían de él (v. 31), lo abandonarían, tropezarían.  Pedro queriendo o no, desmiente a Jesús (v. 33, aunque todos…..yo nunca).  Jesús con amor advierte a Pedro que lo negará conocerle no una, ni dos sino tres veces (v. 34).  Nuevamente Pedro y los discípulos también desmienten a Jesús (v. 35). 
            Jesús advierte a Pedro que le negará (v. 30-35).  Estos eventos ocurren inmediatamente después de la cena en el aposento alto. Para Jesús eran momentos especiales ya que eran sus últimas horas con ellos.  Es interesante la respuesta que Pedro da al Señor.  Aunque todos se escandalicen de ti, yo nunca me escandalizaré….aunque me sea necesario morir contigo, no te negaré.  Y todos los discípulos dijeron lo mismo (v. 33, 35).  Pedro comete una serie de errores.   Creemos que lo mejor hubiera sido tener temor reverente a la advertencia de Cristo.  Se compara como mejor que los demás.  Prometió algo que no pudo cumplir.  Su ego no le dejó ver una verdad espiritual.  Seguir a Cristo hay que pagar un precio:  hacer a un lado nuestro yo.  Pedro, pretendió demostrar cuán fuerte.  En realidad, sin Cristo somos débiles.  Lleno de su propia confianza afirmó que podía llegar hasta las ultimas consecuencias:  Morir por Cristo.  Pedro contradijo a Cristo en vez de reflexionar y considerar seriamente lo que se le estaba diciendo.  Todos ellos, no aceptaron esa realidad. 
            Pedro sufre una crisis de fe y niega conocer a Jesús (Mateo 26:69-75).  El desarrollo de la negación de Pedro sucede esa misma noche.  No fue una semana o mes después y lo negó no solo una vez sino tres.  No sé lo que dices (Mateo 26:72).  Su negación fue en tono tan alto que no solo la mujer que le pregunta le oye, todos los presentes le escucharon.   Pero él negó otra vez con juramento.  No conozco al hombre (Mateo 26:72).  Hasta donde había caído Pedro, que invoca a Dios mismo como testigo de no conocer a  Jesús.  Entonces él comenzó a maldecir, y a jurar:  No conozco al hombre (Mateo 26:74).  Pedro acompañó su tercera negación maldiciendo contra sí mismo, expresando morir voluntariamente en las mismas manos de Dios si eran mentirosas sus palabras.   Según Lucas 22:57-58, transcurrió apenas un momento  entre la primera y segunda negación.  Sin embargo, la tercera, según Lucas 22:59-60, había transcurrido una hora.    La escena tiene un final conmovedor, lleno de compasión, amor y lágrimas.  Lucas 22:61-62 describe que Jesús mira a Pedro y se recuerda de su advertencia.   Y saliendo fuera, lloró amargamente.  ¿Cómo sería la mirada de Jesús?  ¿Acusatoria?  ¿De amor y comprensión?  Estamos seguros que fue de amor y comprensión. 
            Jesús restaura a Pedro (Marcos 16:6-7).  Pedro demostró un genuino arrepentimiento cuando sale del lugar y llora amargamente. Pasados pocas horas, las mujeres llevan la noticia:  Jesús ha resucitado y les ordena que se verán en Galilea.  Pero debe resaltarse en Marcos 16:7:  Pero id, decid a sus discípulos, y a Pedro….Jesús sabiamente nombra a Pedro específicamente y lo hace con intención.  Pedro no importa lo que hayas hechos, te amo y eres perdonado.  La gracia de Dios es mayor que todos nuestros errores, fracasos y pecados. Su gracia es suficiente y Jesús lo demuestra en la vida de Pedro.  Su negación debe ser como un espejo que nos muestra nuestras fracasos y cómo recuperarnos sobre ellos.  Debemos aceptar que sin Jesús y Su gracia nada somos.  Bendiciones a todos.   

            

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