La
parábola del hijo pródigo (III parte),
el hijo mayor rechaza el regreso de su hermano menor (Lucas 15:25-32).
Esta
es la tercera sección de esta hermosa parábola.
Como hemos ya visto, en la primera sección, recordemos que el hijo menor exige la parte
de los bienes que según él ya le corresponden.
Sin estar obligado, papá reparte los bienes entre sus dos hijos. El menor toma la decisión de irse lejos de su
hogar donde administra muy mal los recursos recibidos. Sin medios para subsistir, toma la decisión
de regresar a casa con la idea e ilusión de ser recibido por papá como un
jornalero no como hijo.
Papá contrario a lo esperado, recibe
al hijo menor con un espíritu de perdón, reconciliación y como hijo no como
jornalero. Debido a que el hijo regresa
en harapos y olor a cerdos, papá da una serie de órdenes que deben cumplirse
inmediatamente. Sacad el mejor vestido….y poned un anillo en su mano, y calzado en sus
píes. Y traed el becerro gordo y
matadlo, y comamos y hagamos fiesta….Y comenzaron a regocijarse (Lucas 15:22-24). No olvidemos que el recibimiento de papá
estuvo acompañado de besos, tierna misericordia y muestras genuinas de perdón,
reconciliación y bienvenida a casa.
Pero como hemos dicho anteriormente,
este papá tenía dos hijos. ¿Qué pasa con
el hijo mayor? Al regresar de sus
labores, escucha todo el sonido en casa y a uno de los sirvientes pregunta, qué
era aquello (v. 26). Con alegría y
entusiasmo responde, Tu hermano ha venido
y tu padre ha hecho matar el becerro gordo, por haberle recibid bueno y sano (v.
27). Para ser considerado, ¿por qué papá
no le informó inmediatamente de la alegre noticia? ¿Acaso la relación de este hijo con papá no
era la mejor? ¿Hubiera estado de acuerdo
con papá de recibir a su hermano menor?
Quizá la relación del hijo mayor no era mucho mejor que la de su hermano
menor cuando se marchó de casa. Surgen
una serie de preguntas sobre la relación que el hijo mayor tenía con papá. Quizá estaba separado del padre como lo había
estado su hermano menor. ¿Dónde estaba y
qué posición tomó cuando su hermano menor exigió la herencia? ¿Acaso disfrutó lo que hizo su hermano. No se describe que haya defendido el honor de
papá y de la familia.
El hijo mayor demuestra su verdadero
carácter (v. 28-30). Al enterarse por
medio de uno de los criados qué era aquello.
Que su padre había recibido a su hermano menor con una gran fiesta, se enojó.
Pensamos que si él hubiera tenido un buen corazón hubiera
respondido, ¡maravilloso! ¿Regresó sano
y salvo? Sin embargo la noticia no fue
de su completo agrado. Interesante, ambos hijos regresan al hogar con diferente
actitud. El hijo mayor hubiese deseado
que papá le tirase la puerta a su hermano.
No quería entrar, demuestra
resentimiento, inmadurez, se excluye él mismo.
La noticia fue inesperada y desagradable. Mientras todos los demás disfrutan la fiesta,
para él, la venida de su hermano era muy mala noticia. Para papá la venida de
su hijo menor, era sinónimo de gozo, fiesta, estabilidad, no lo era para el
hijo mayor.
Rivalidad, ¿qué había en el corazón
del hijo mayor? Falta de gratitud, He aquí tantos años te sirvo (v. 29). El
hijo mayor usa el término doulos que significa esclavo. Con total desprecio
le recuerda a papá todo su sacrificio en sus labores. Vemos una falta de aceptación, no se sentía
apreciado y más bien se sentía explotado y que papá se había aprovechado de
él. Se consideraba mejor que todos, no habiéndote desobedecido jamás (v.
29). Se describe personalmente como el
mejor hijo. Fingió ser bueno aunque internamente no lo era. ¿Acaso no estaba desobedeciendo a papá en ese
momento? Se consideraba muy justo. Por
el contrario, consideraba a papá malo y egoísta, ….nunca me has dado ni un cabrito para gozarme con mis amigos (v.
29). ¿Estaría molesto porque papá mató
el becerro gordo para su hermano menor y no para él?
Demuestra envidia, pero cuando vino este tu hijo…..has hecho
matar para él el becerro gordo (v. 30).
En tono de desprecio recuerda a su hermano, este tu hijo….no dice, mi hermano. Demuestra arrogancia e insulto a
papá. Descargó toda su ira, amargura y
resentimiento contra papá. En vez de
alegrarse, participar de la fiesta y apoyar a papá en ese momento, se enoja y
como niño consentido no desea participar
en la celebración. El perdón y la
restauración de su hermano menor le indignaba y confundía. Justamente hoy era el gran momento de honrar
a papá por lo bueno y especial que era.
Finalmente, papá demuestra su
verdadero carácter (v. 31-32). Demuestra
amor para su hijo mayor, ….Salió por
tanto su padre, y le rogaba que entrase (v. 28). Hijo únete a la fiesta y disfrútala. Ve y saluda a tu hermano. Mientras adentro hay gozo, fiesta y alegría,
afuera el hijo mayor está en tinieblas y lleno de amargura. El padre demuestra cariño y ternura, Hijo (mi niño). Tú has sido siempre fiel. Todo es tuyo.
Lleno de dolor por la actitud de su hijo mayor, el padre le trata con
cariño y ternura. Le suplica cambie de
actitud. Papá tenía mejor visión que su
hijo mayor. Tú siempre estás conmigo, y todas mis cosas son tuyas (v. 31). Aunque heredero de todo, el hijo no se sentía
propietario se nada. Papá le reafirma su
amor, afecto y que sus posesiones son también de él. Mas
era necesario hacer fiesta y regocijarnos, porque este tu hermano era muerto, y
ha revivido, se había perdido, y es hallado (v. 32). El desenlace de la parábola no lo
sabemos. Si el hijo mayor entró o
no. Lo ideal y tratando de fantasear un
poco pensemos que sí entró. Disfrutó la
fiesta y al día siguiente, juntos fueron al trabajo contentos y descubrieron
que era mucho mejor estar juntos como familia y desde luego, papá muy feliz……Bendiciones
a todos.