La
Parábola del hijo pródigo (Lucas 15:11-32).
Probablemente
esta sea la parábola más conocida del Señor Jesucristo. El tema descrito es pertinente para el día de
hoy. Como sabemos, la situación familiar
con todas sus crisis, no deja de ser una problemática que la iglesia debe
afrontar y tratar de dar una salida usando para ello los principios
bíblicos. Dios ha estado, sigue y
seguirá interesado en el bienestar familiar.
No debemos olvidar que Dios es el Creador de la familia, nadie como él
para saber su mejor funcionamiento y cómo hacerle frente a las dificultades
diarias. Estamos seguros que muchas de
las situaciones que hoy enfrenta la familia, pueden ser manejables sin llegar a
situaciones extremas cuando obedecemos esos principios bíblicos.
La parábola del hijo pródigo es en
realidad un drama en tres actos. La
historia se desarrolla en el seno de una familia monoparental ( un solo padre)
y dos hijos. El primer acto (v. 11-20)
describe al hijo menor pidiendo la parte de la herencia que la
correspondía. Normalmente la herencia se
entrega cuando el que da a heredar ha muerto.
En la cultura del medio oriente la petición de este muchacho se
interpretaría de la siguiente manera: padre, estoy ansioso que te mueras. Un típico padre de esa región le
respondería con una bofetada y lo echaría de la casa. El otorgar la herencia antes, era potestad
del padre y no del hijo como era el caso que nos ocupa. El hijo al recibir la herencia se va lejos y
de forma irresponsable malgasta todo lo recibido. Al quedar sin dinero, se ve obligado a buscar
empleo. Lo único que se le ofrece es
cuidar cerdos y es lo que debe hacer. Al
llegar a una situación desesperante, reflexiona y toma la resolución de
regresar a casa y pedir perdón a papá por su mala decisión (v. 15-20).
El segundo acto (v. 20-24), relata
la respuesta amorosa del padre hacia el
hijo que regresa al hogar. Después de
haber muy mal administrado todo el capital recibido, el hijo menor regresa a
casa humillado y con una clara decisión, pedir perdón a papá y a solicitarle
ser recibido nuevamente ya no como hijo
sino como uno de sus tantos empleados.
Jesús mantiene la atención de sus oyentes (Lucas 15:1-3, Se acercaron a Jesús todos los publicanos y
pecadores para oírle, y los fariseos y los escribas murmuraban….Entonces él les
refirió esta parábola), todos ellos
esperaban que papá le diera su merecido a este joven irresponsable,
inmaduro y que con su acción había
deshonrado el nombre de la familia.
Contrario a lo esperado por sus oyentes, el papá hace lo
inesperado: Y cuando aún estaba lejos, lo vio su padre, y fue movido a
misericordia, y corrió, y se echó sobre su cuello, y le besó (Lucas
15:20). ¿Qué merecía este hijo? Tomando en cuenta la manera cómo este
muchacho exigió su parte y cómo despilfarró todo, papá no estaba obligado a
recibirle. El hijo recibe de papá una
calurosa bienvenida. No permite ser
avergonzado por nadie. Ordena que se le
coloque en la posición que siempre ha tenido:
Sacad el mejor vestido, y
vestidle, y poned un anillo en su mano, y calzado en sus pies (v. 22). Había regresado en harapos y con olor a
cerdos. El mejor vestido no
cualquiera. El anillo es símbolo de
autoridad y poder. El hijo regresaba
para ser un jornalero más, pero papá tenía mejores planes. Solamente los esclavos andaban
descalzos. Al calzarlo, papá restituye a
su hijos como hijo no como un jornalero.
Y desde luego, la ocasión era para celebrarlo, traed el becerro gordo y matadlo, y comamos y hagamos fiesta porque este
mi hijo muerto era, ya ha revivido, se había perdido, y es hallado (v.
23-24). Esta fiesta era una excelente
ocasión para que papá demostrase amor, perdón y aceptación incondicional a su
hijo a pesar de….
El tercer acto, tiene que ver con la
reacción del hijo mayor al regreso de su hermano y la respuesta de papá a ese
regreso (v. 25-32). Contrario al gozo y
júbilo de papá, el hijo mayor no se conmueve en lo más mínimo por el amor del
padre a su hermano menor. Su inflexible
resentimiento por la misericordia del padre contrasta con el tema dominante de
la parábola como también de todo el capitulo 15 de Lucas el cual es el gran
gozo en el cielo por el regreso de los perdidos (v. 15:10, Así os digo que hay gozo delante de los ángeles de Dios por un pecador
que se arrepiente). Cuando el hijo
mayor regresa del trabajo y escucha la música y las danzas en casa, pregunta qué era aquello. Creemos que la respuesta no era la que
esperaba y deseara. Tu hermano ha venido y tu padre ha hecho matar el becerro gordo, por
haberle recibido bueno y sano (v. 27).
¿Por qué papá no le informó inmediatamente de la alegra noticia? Podemos llegar a la triste conclusión
que: este hijo mayor no tenía una mejor
relación con papá de la que tenía su hermano cuando se fue de casa. Este hijo mayor, estaba separado del padre
como su hermano menor. ¿Qué posición tomó el hijo mayor a la exigencia de su
hermano menor? ¿Defendió el honor de
papá y la familia? La Biblia no lo
dice. El hijo mayor demuestra su
verdadero carácter cuando se enoja no quiere participar de la fiesta. Pobre
papá, debe salir para convencer a su hijo mayor. Salió
por tanto su padre, y le rogaba que entrase (v. 28). El hijo mayor muestra su corazón. No tenía gratitud hacia su padre, He aquí tantos años te sirvo. Jesús usa el término doulos que significa esclavo.
Lo que quiere decir, que este muchacho en tono de reclamo y con total
desprecio le dice a papá que ha trabajado como esclavo. Se consideraba explotado y se había
aprovechado de él. Se consideraba mejor
que todos y que su papá había sido un egoísta.
No habiéndote desobedecido
jamás…..nunca me has dado ni un cabrito para gozarme con mis amigos (v.
29). Tiene una gran envidia contra su
hermano, Pero cuando vino este tu
hijo….has hecho matar para él el becerro gordo (v. 30). Descargó toda su amargura y resentimiento
contra su padre. No hay gozo por el
regreso de su hermano. Todo lo
contrario, enojo, ira, rebeldía y egoísmo.
No estaba de acuerdo con el regreso de su hermano peor cómo papá lo
había recibido, ….ha consumido tus bienes
con rameras, has hecho matar para él el becerro gordo. Como vemos, esta parábola relatada por
Jesús, describe la vida familiar de hoy día.
Llena de conflictos, malas relaciones interpersonales, falta de perdón y
amor, amargura, egoísmo y tantas cosas mas.
El final Jesús usa una palabra clave, era necesario….(v. 32). Este
término significa obligatorio,
conveniente, deber, necesidad, preciso etc.
Reconciliación, amor, perdón y humildad, son factores necesarios en mantener una vida familiar
saludable. Lamentablemente, estamos muy
alejados de hoy. Le invitamos a que
todos imitemos la actitud del padre. Hagamos fiesta cuando promovamos el
espíritu de reconciliación y perdón. Así
es el carácter del corazón de nuestro buen Padre celestial. Bendiciones a todos.
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