Respondamos afirmativamente al llamado
que Dios nos hace (Isaías 6:1-8).
El profeta Isaías, se le conoce como uno de los grandes siervos
del Señor en el AT. El contenido de su
libro es el mayor de todos los profetas.
Su ministerio abarcó cuatro reyes de Judá: Uzías, Jotan, Acaz y Ezequías (1:1). La tradición cuenta que murió al ser cortado
en dos con una sierra de madera bajo el rey Manasés (Hebreos 11:37, Fueron….aserrados). De manera enérgica, Isaías condenó la
religiosidad vacía del pueblo de Israel (1.10-15) lo mismo que la idolatría
(40:18-20). Nadie como él en el AT en
cuanto al amplio cumplimiento profético:
la sanidad del rey Ezequías (Is. 38:5).
Nombró a Ciro como libertador de Judá de la cautividad babilónica mucho
antes que apareciese en escena (Is. 44:28, 45:1). Ninguno como él tocante a la Persona de
Cristo en el anuncio de Su nacimiento y sufrimiento (Is. 7:17, 53).
El capítulo 6,
describe la respuesta que da al llamamiento e invitación que Dios hace. El v. 1, indica que En el año que murió el rey Uzías…..la muerte de este rey no pasó
desapercibido en la vida de Isaías. Uzías tuvo un reinado de más de cincuenta
años. El libro de segunda Crónicas 26,
describe su brillante ascenso como también su triste final. Tuvo un inicio muy prometedor, hizo lo recto ante los ojos de
Jehová…..Persistió en buscar a Dios en los días de Zacarías….y en los días en
que buscó a Jehová, él le prosperó (v. 4-5). Se hizo altamente poderoso (v. 8). Tuvo un ejército numeroso (v. 11). Se hizo muy famoso (v. 15). Como hemos dicho ya, tuvo un mal final, Mas cuando ya era fuerte, su corazón se
enalteció para su ruina, porque se rebeló contra Jehová su Dios, entrando en el
templo de Jehová para quemar incienso en el altar del incienso (v.
16). Este atrevimiento de Uzías al
pretender hacer labores limitadas al sacerdocio resultó en contra de él un
castigo severo de lepra (v. 19-23).
Aunque Uzías
había muerto, Dios seguía en su trono gobernando y dirigiendo la historia. Los reyes humanos y los hombres en general
somos temporales, Dios es eterno. ¿Acaso
Isaías se sintió turbado, afligido y temeroso porque aunque leproso Uzías ya no
estaba vivo? Esto debe servirnos de
reflexión en nuestra vida y ministerio.
Posiblemente haya personas que por diversas razones se han apartado de
nuestra vida, nos sentimos débiles, desprotegidos como si fuese el final de
todo. Es en ese momento y circunstancia
que Dios se le aparece mostrándole su gloria.
Vi yo al Señor sentado sobre su
trono alto y sublime, y sus faldas
llenaban el templo (v.1). En
Josué 5:13-15, se describe también una teofanía (manifestación divina en forma
visible o corpórea). Hoy tenemos la
promesa de la presencia en medio nuestro del bendito Espíritu Santo (Juan
14:16-18). El que este sentado Dios en
su trono, podemos interpretarlo como en control, no afligido o triste. Alto y sublime (Apoc. 4) inalcanzable y en
control de todo. Trono simboliza
gobierno, autoridad y gloria. Por encima de él había serafines….Y el uno
al otro daba voces, diciendo: Santo,
santo, santo, Jehová de los ejércitos, toda la tierra está llena de su gloria (v.
2-3). Uzías había muerto, pero nuestro
buen Dios sigue recibiendo alabanzas y adoración.
La reacción de
Isaías se puede entender como normal de todo ser humano. Reconoce su condición de pecado y la gran
separación con el Dios santo. Ay de mi, siendo hombre inmundo…..han visto mis ojos al Rey, Jehová de los
ejércitos (v. 5). Así como Isaías,
todos debemos estar conscientes de nuestra propia condición pecaminosa. Labios
inmundos….somos indignos. ¿Cómo
reaccionáramos ante una visión como tal?
Sencillamente, ¡caer postrados ante Su presencia! Necesitamos ser
revestidos de humildad . Adoramos,
servimos y seguimos a un Dios santo y que nos llama e invita a imitar ese
modelo. 1 Pedro 1:15 nos dice: sino, como aquel que os llamó es santo, sed
vosotros también santos en toda vuestra manera de vivir. La respuesta divina a la condición de
Isaías es inmediata, Voló hacia mi uno de los serafines, teniendo
en su mano un carbón encendido….He aquí que esto tocó tus labios, y es quitada
tu culpa y limpio tu pecado (v. 6-7).
Así como Isaías que humildemente reconoce su condición, hoy nosotros
también debemos hacerlo. Recordemos
siempre, en Cristo alcanzamos perdón y salvación de nuestras vidas.
El compromiso y
llamado de Dios, viene después de contemplar la visión celestial. Dios prepara a su siervo para el llamado y
compromiso a contraer. Lo limpia y da el
mensaje. ¿A quién enviaré, y quién irá por nosotros? (v. 8). Nuestro Dios sigue haciendo la misma
pregunta, en Mateo 9:37-38 Jesús dice, ….A
la verdad la mies es mucha, mas los obreros pocos. Rogad, pues, al Señor de la mies, que envíe
obreros a su mies. Isaías con
certeza responde: Heme aquí, envíame a mí. ¡Esa
debe ser también nuestra respuesta al llamado divino! Cristo sigue en la búsqueda de obreros
fieles que sigamos extendiendo el Reino de Dio hasta lo último de la
tierra. Bendiciones a todos.
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