La iglesia y su razón de ser (Material
compartido por el pastor Floriano Ramos, La
iglesia misional y simple).
Uno de los grandes conflictos en la vida de la iglesia de hoy, es
que tenemos una grave crisis de identidad (cualidades que nos hacen único sin posibilidades
de confundirnos con otro. Es lo que nos
identifica para confirmar lo que dice que somos). Por ejemplo:
1. Confundimos la iglesia (las personas) con el
edificio.
2. Según las encuestas, apenas entre el 6 y 10%
de los asistentes son cristianos
espiritualmente comprometidos.
3. Ser cristiano es un llamado al discipulado y
no un sistema de creencias religiosas (Mateo 23:3, Así que, todo los os digan que
guardéis, guardadlo y hacedlo, mas no hagáis conforme a sus obras, porque
dicen, y no hacen). Los fariseos era
un sistema religioso legalista en agregar cargas extra-bíblicas. Sin duda alguna, ¡grave crisis de identidad!
4. Es importante y vital entender y estar claro
con el carácter, naturaleza y misión de la iglesia. ¿Para qué estamos aquí? ¿Para qué nos dejó Cristo en la tierra?
5. Cuando la iglesia (nosotros) nos alejamos del
propósito por el cual estamos aquí, dejamos de ser efectivos y perdemos
terreno.
En Juan 20:21,
Jesús afirma, Como me envió el Padre, así
también yo os envió. Una de nuestras
crisis de identidad radica en que no estamos cumpliendo con esta orden. De ir.
Ya sea por olvido, ignorancia o desobediencia estamos viviendo un
cristianismo muy cómodo donde no estamos cumpliendo con lo que Jesús nos
pide. Pablo en 2 Cor. 5.19-19 nos
recuerda, ….nos dio el ministerio de la
reconciliación…..y nos encargó a nosotros la palabra de la reconciliación. Como iglesia y creyentes a nivel
individual debemos despertar a una realidad, la vida cristiana no es
estática. Todo lo contrario, es activa, somos enviados.
Jesús sigue siendo nuestro
mejor ejemplo en ir. Marcos 1:38 nos da algunas
pautas a seguir. Él les dijo: vamos a los lugares
vecinos, para que predique también allí, porque para esto he venido. Veamos algunas razones de la venida de
Jesús:
1. Propagación:
vamos a otros lugares.
2. Proclamación:
para que predique también allí.
3. Propósito:
porque para eso he venido. Veamos algunos pasajes que nos hablan del
por que´ vino Jesús. Lucas 19:10, Porque el Hijo del Hombre vino a buscar y a
salvar lo que se había perdido. Marcos
10:45, Porque el Hijo del Hombre no vino para ser
servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos. Juan 10:10, ….yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia. Juan 4:34, ….Mi comida es que haga la voluntad del que me envió, y que acabe su
obra. Como vemos, Jesús tenía muy claro el
propósito por el cual vino a la tierra y lo cumplió en su totalidad. Pero no debemos acabar ahí. Como iglesia, somos llamados a continuar con
la misión de seguir extendiendo el Reino de Dios hasta lo último de la tierra
(Hechos 1:8).
La estrategia de
Jesús en su tiempo no se interpretó correctamente. Morir en una vergonzosa cruz no era señal de
victoria, todo lo contrario, de derrota.
Pero ese era el instrumento que Dios Padre escogió para dar salvación a
la humanidad y ofrecer perdón, reconciliación y vida eterna. 1 Pedro 3:18 dice, Porque también Cristo padeció una sola vez por los pecados, el justo
por los injustos, para llevarnos a Dios, siendo a la verdad muerto en la carne,
pero vivificado en espíritu. Así también, su otra estrategia consistió en
escoger 12 personas para prepararlos y enviarlos con una misión. Marcos 3:13-15 dice, Después subió al monte, y llamó a sí a los que el quiso, y vinieron a
él. Y estableció a doce, para que
estuviesen con él, y para enviarlos a predicar, y que tuviesen autoridad para sanar enfermedades
y para echar fuera demonios. Sencilla,
clara y con resultados provechosos hasta hoy.
Como iglesia debemos estar conscientes que somos enviados a dar las
buenas nuevas de salvación.
¿Dónde está la
crisis de identidad de la iglesia de hoy?
Tomaremos como referencia Mateo 17:4 lo dicho por Pedro, Señor, bueno es para nosotros que estemos
aquí. La Traducción Lenguaje Actual
lo traduce así, Señor, ¡que bueno que
estemos aquí! Tristemente como
iglesia nos hemos vuelto muy cómodos en la vida cristiana olvidando nuestro
llamado que hemos sido enviados. Buscamos devoción sin misión. Algunos de nuestros males: templismo, cultismo y creyentismo. Hoy día preferimos los conciertos cristianos
(tienen su importancia) y olvidamos que hemos
sido enviados….como me envió el Padre, así también yo os envió. Hemos olvidado nuestra función: Porque
nosotros somos colaboradores de Dios (1 Cor. 3:9). ¿Qué clase de colaboradores somos? La iglesia del I siglo tiene pautas en su
estilo de vida que debemos imitar:
Hechos 2:42 describe que perseveraban
en la doctrina de los apóstoles, en la comunión unos con otros, en el
partimiento del pan y en las oraciones. Vida
de oración (Hechos 3:1, 4:31, 12:5).
Enfrentando conflictos con sabiduría (Hechos 5:1-11, 6:1-7). Persecuciones (Hechos 8:1-4).
Finalmente,
veamos nuestros retos y compromisos para hoy día:
1. Ya hemos recibido el poder y capacitación nos
falta el ser testigos hasta lo ultimo de la tierra (Hechos 1:8).
2. Debemos buscar primeramente el reino de Dios
y su justicia y todo lo demás vendrá por añadidura (Mateo 6:33).
3. Debemos responder: Heme
aquí, envíame a mí (Isaías 6:8).
4. Recodar que hemos sido enviados (Juan 20:21).
Bendiciones a todos.
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