El significado de la palabra Biblia (Tomado de la Revista La Biblia en las Américas, # 5, Vol.
276).
Biblia es una palabra de origen griego biblion que significa literalmente libros. Del griego, este
término pasó al latín, y a través de él a las lenguas occidentales. Con este término se designa ahora a la
colección de escritos reconocidos como sagrados por el pueblo judío y por la
iglesia cristiana.
La Biblia está
dividida en dos partes de extensión bastante desigual, llamadas Antiguo
Testamento y Nuevo Testamento. La
palabra testamento, se presta a un
equívoco, porque no se ve muy bien en qué sentido puede aplicarse a la
Biblia. Sin embargo, la dificultad se
aclara si se tiene en cuenta la vinculación de la palabra latina testamentum con el hebreo berit, pacto o alianza. Berit, es
uno de los términos fundamentales de la teología bíblica. Con él se designa el lazo de unión que el Señor estableció con su
pueblo en el Sinaí. A este pacto o
alianza de unión establecido por intermedio de Moisés, los profetas contrapusieron
una nueva alianza que no estaría escrita, como la antigua, sobre tablas de
piedra, sino en el corazón de las personas por el Espíritu del Señor (Jer.
31:31-34, Ez. 36:26-27). De ahí la
distinción entre la nueva alianza y la
antigua alianza. La primera sellada
en el Sinaí, fue ratificada con sacrificios de animales, la segunda,
incomparablemente superior, fue establecida con la sangre de Cristo.
Ahora bien, el
término berit se tradujo al griego
con la palabra diatheke que significa
disposición, arreglo y de ahí última disposición o última voluntad es
decir testamento. De ese modo, la versión griega de la Biblia,
conocida con el nombre de la Septuaginta o traducción de los Setenta (LXX),
quiso poner de relieve que el pacto o alianza era un don y una gracia de Dios,
y no el fruto o el resultado de una decisión humana. La palabra griega diatheke fue luego traducida al latín por testamentum, y de allí pasó a las lenguas modernas. Por eso se habla corrientemente del
Antiguo y del Nuevo Testamento. A la Biblia se le da también el nombre de Sagradas Escrituras. En el Judaísmo, en cambio se le suele
designar con la palabra tanak, que en
realidad es una sigla formada con las iniciales de Torah, Neblim y Ketubim, es decir, de las tres partes o secciones
en que se divide la Biblia hebrea: La
Ley, los Profetas y los Escritos.
La Biblia es la
palabra de Dios. En ella encontramos
mensajes de los profetas, palabras de Jesús y testimonios de los
apóstoles. Los profetas, Jesús y los
apóstoles actuaron y hablaron en distintas épocas y en circunstancias muy
diversas. Pero todos anunciaron la
palabra de Dios. Los profetas se
presentaron como testigos y mensajeros de la Palabra, y así lo expresaron
muchas veces de manera inequívoca, por ejemplo, cuando introducían sus mensajes
con la frase: Así dice el Señor (Jer. 1:9-10).
Después de haber comunicado su palabra por medio de los profetas, Dios
se reveló en la Persona y en la obra redentora de Jesús, como lo expresa la
carta a los Hebreos (1:1-2, En tiempos
antiguos Dios habló a nuestros antepasados muchas veces y de muchas maneras por
medio de los profetas. Ahora, en estos
tiempos últimos, nos ha hablado por su Hijo).
Jesús, la Palabra
hecha carne (Jn. 1:14), dio testimonio de lo que había visto y oído junto al
Padre (Jn. 1:18, Mateo 11:27), y envió a sus discípulos diciéndoles: El que
los escucha a ustedes, me escucha a mí, el que los rechaza a ustedes, me
rechaza a mí, y el que me rechaza a mí, rechaza al que me envió (Lucas
10:16). Los apóstoles a su vez, fueron
testigos oculares y servidores de la Palabra (Lc. 1:2). Ellos fueron elegidos de antemano por Dios
(Hechos 10:41-42) y a ellos se les confió la misión de anunciar la palabra de
Dios a todo el mundo (Mar. 16:15). Este
mensaje de los profetas, y de los apóstoles fue luego consignado por escrito y
así nació la Biblia, que es la palabra de Dios encarnada en un lenguajes
humano. Ella como Jesús, es plenamente
divina y plenamente humana, sin que lo divino ceda en detrimento de lo humano,
ni viceversa. Gracias a nuestro Dios
por Su palabra que hoy día podemos leerla y vivirla. Bendiciones a todos.
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