¿Qué nos enseña la oración de Jabes? (1 Crónicas 4:9-10).
A
pocas horas que estemos recibiendo un nuevo año, cada uno de nosotros podemos
estar llenos de sentimientos encontrados.
Por un lado extrañando seres queridos que no están con nosotros o por no
haber hecho realidad planes o proyectos.
Por otro lado, con la incertidumbre de qué nos traerán los próximos 365
días del año nuevo. Creemos que la
pequeña oración de Jabes, nos enseña grandes cosas. Este hombre con un origen según la misma
palabra nos dice, vino al mundo con dolor para su madre. De ahí su nombre significa dolor o el que causa dolor. Como sabemos, en tiempos bíblicos, el
nombre estaba muy ligado a lo que los padres consideraban sería su futuro.
Un conocido escritor dice, si hemos tenido dificultades en la vida esto
no nos obliga a vivir limitadamente. No
permitamos que el enemigo de nuestras vidas nos meta eso en la cabeza. Jabes vino al mundo quizá en condiciones
adversas pero Dios le llevó a lugares de honor. ¿Qué pidió Jabes y qué nos enseña su
oración?
Jabes pidió abundante bendición divina,
E invocó Jabes al Dios de Israel,
diciendo: ¡Oh, si me dieras bendición…Es sumamente interesante que en el
idioma hebreo se añade la expresión: en verdad….la oración sería: ¡Oh si
me dieras bendición en verdad….Jabes nos enseña a orar con convicción, fe y
seguridad. Jabes, estaba seguro y creía
fervorosamente que Dios le tendría nuevos retos y mejores cosas en su vida de
adulto. Santiago 1:17 nos dice, Toda buena dádiva, y todo don perfecto
desciende de lo alto, del Padre de las luces, en el cual no hay mudanza, ni
sombra de variación. Bendición es el
favor sobrenatural que viene únicamente de nuestro buen Dios. Proverbios 10:22 nos recuerda, La bendición de Dios es la que enriquece, y
no añade tristeza con ella. Jabes
dejó en las manos de Dios que decidiera cuáles serían esas bendiciones así
también cuándo, cuáles, cómo y
dónde. En este sentido debemos
aprender a depender de la voluntad de Dios.
Pongamos nuestros planes y proyectos del próximo año en las manos de
Dios y que Él los bendiga sobremanera. Nuestro futuro será diferente y mucho
mejor con la bendición sobrenatural de nuestro buen Dios.
Segundo, nos enseña a pedir ensanchamiento
divino, y ensancharás mi territorio. ¿De qué está hablando Jabes? Jabes está pidiendo prosperidad. La tierra es sinónimo de poder y riqueza. Sin embargo, la tierra también es sinónimo de
tener más oportunidades en la vida.
Lucas 12:15-21, describe la
parábola del rico insensato que tenía una mentalidad avarienta (egoísta). Así es
el que hace para sí tesoros, y no es rico para con Dios (v. 21). Si Dios nos ha bendecido con bienes
materiales ¿qué estamos haciendo con ellos?
Jesús nos hace una profunda reflexión en esta parábola del trágico fin
de un hombre que quizá había ganado con honestidad todo lo logrado. Tenía maravillosos planes para su
futuro. El problema está que este hombre
no tenía a Dios en sus planes. Tenía una
mentalidad egoísta. Todos sus planes se
derrumban y tiene un fin trágico e inesperado.
Permitamos que nuestro Dios haga uso de lo que él nos ha dado y no solo
pensemos en nuestras necesidades.
Apoyemos Su obra. Seamos
instrumentos para Su gloria y extendamos el Reino de Dios hasta lo último de la
tierra. Seamos actores y no solamente
espectadores.
Tercero, nos enseña a pedir poder
divino, y si tu mano estuviere
conmigo. Jabes entendió muy bien que
necesitaba el poder divino para realizar sus planes. Jesús en Juan 15:5 nos recuerda, separados de mi, nada podéis hacer. Todos necesitamos y debemos pedir el
toque de la grandeza de Dios. Cuando
Dios comienza a ensanchar nuestros planes es importante tener en mente que Dios
no nos está haciendo grandes sino mas bien es que Dios nos está mostrando su
grandeza. Si Dios nos ha mostrado su
grandeza ¿cómo hemos reaccionado a ello?
El rey Nabucodonosor es un mal ejemplo a seguir. Daniel 4:29-37 describe su orgullo y vanidad
como también el castigo divino debido a ello.
En el v. 30 exclama, ¡Qué grande
es Babilonia! ¡Yo fui quien la hizo
grande y hermosa, para mostrar mi poder a todo el mundo! (TLA).
Las consecuencias no se hacen esperar.
Dios mismo le castiga quitándole el reino y haciendo que su mente
retroceda volviéndose como un animal, El
reino ha sido quitado de ti, y de entre los hombres te arrojarán, y con las
bestias del campo será tu habitación, y como a los bueyes te apacentarán…hasta
que reconozcas que el Altísimo tiene el dominio en el reino de los hombres, y
lo da a quien él quiere, v. 31-32).
Así mismo vemos el otro lado de la moneda en la persona de Juan el bautista. El evangelio de Juan 1:19-27 relata el
diálogo entre él y una comisión integrada por sacerdotes y levitas a
preguntarle quién era él. Juan pudo
haber respondido sencillamente que era primo del Cordero de Dios el Mesías
prometido. Sin embargo a pesar de ellos
dijo, Yo no soy el Cristo…yo no soy digno
de desatar la correa del calzado (v. 19, 27). Juan sabía que su ministerio se debía al
poder de Dios únicamente. Jesús honró la
vida de Juan afirmando, Entre los que
nacen de mujer no se ha levantado otro mayor que Juan el bautista….(Mateo
11:11). Jesús nos indica, aprended de mi, que soy manso y humilde de
corazón (Mateo 11:29). Hemos pedido
y recibido poder de Dios, démosle gloria a Él.
Finalmente, Jabes nos enseña a pedir
protección divina, y me libraras del
mal. Tenemos un enemigo que no
duerme y que siempre está listo hacernos daño.
1 Pedro 5:8 dice, Estén siempre
atentos y listos para lo que venga, pues su enemigo. El diablo, anda buscando a
quien destruir, ¡Hasta parece un león hambriento! (TLA).
Un buen consejo para todos, sepamos manejar los éxitos. Un buen motivo de fracaso en el ministerio es
el mal uso de la fama. Decimos
popularmente que las alturas marean.
Sepamos manejar la fama y nos dejemos engañas por el diablo y nos
llenemos nuestra mente de vanidad. Así
también pidamos la protección divina para ser
valientes en enfrentar las adversidades de la vida. No caigamos en el desánimo, quejas,
murmuraciones y lamentos. Sepamos vivir
siendo fuertes con lo que venga o estemos viviendo. La oración de Jabes termina así, Y le otorgó Dios lo que pidió (v.
10). ¡Maravilloso! ¿Cuál es nuestra petición para el año
2016? Para Dios no hay nada imposible y
así como a Jabes, sea nuestra misma experiencia, Dios nos otorgó lo que le pedimos.
Bendiciones a todos y un bendecido año 2016 con la presencia divina
a favor nuestro. ¡Amén!