Superando nuestras culpas (2 Corintios 10:3-5).
Todos en la vida más de alguna vez nos hemos sentido mal frente a
Dios. Quizá hay alguna situación que nos
hace sentirnos mal y obviamente nos sentimos culpables. Las culpas, son aquellas faltas cometidas
voluntaria o involuntariamente que nos hacen sentir mal. Pablo, en el pasaje arriba citado usa algunos
términos como ser: militamos, armas,
milicia, fortalezas, derribando,
cautivos, castigar etc. Todos estos términos nos llevan al ejército. Aunque usted no lo crea, tenemos una batalla
espiritual que libramos diariamente. Esa
batalla se libra en la mente mayormente frente a un enemigo común con un
ejército bien organizado (Ef. 6:10-13).
Satanás, nuestro adversario desea controlar nuestros pensamientos y
argumentos. Usted y yo podemos vencerle
usando herramientas espirituales que nuestro buen Dios nos proporciona para
asegurar nuestra victoria.
El término diablo
significa calumniador o acusador. En Apocalipsis 12:10 se dice sobre este
oscuro personaje, …Ahora ha venido la
salvación, el poder, y el reino de nuestro Dios, y la autoridad de su Cristo,
porque ha sido lanzado fuera el acusador de nuestros hermanos, el que los
acusaba delante de nuestro Dios día y noche.
Como hemos visto, tenemos un adversario que tiene como labor
acusarnos de día y noche ante nuestro Dios.
La vida de Job, en cuyo libro del mismo nombre se describe en los
capítulos 1 y 2 cómo este adversario acusa al justo Job de llevar una vida
supuestamente agradable a Dios porque le convenía, ¿Acaso teme Job a Dios de balde? (Job 1:9). Sin razón alguna, Job debe enfrentar las
envestidas del acusador. ¿Cómo debemos
enfrentar esa acusaciones?
No militando en la carne (v. 3, Pues aunque andamos en la carne, no
militamos según la carne). Militar
significa combatir en el ejército. O sea, no andamos sirviendo en la carne. El apóstol Pablo en Romanos 8:5-8 nos hace
una reflexión y nos muestra los dos
lados de la moneda, vivir en la carne y vivir en el espíritu con sus
consecuencias. El caminar en el Espíritu cambia nuestra
forma de pensar (v. 5, Los que son de la
carne piensan en las cosas de la carne, pero los que son del Espíritu, en las
cosas del Espíritu). ¿Cuáles son
nuestros pensamientos? Pablo afirma, el
ocuparse de la carne es muerte, pero el ocuparse del Espíritu es vida y paz (v.
6). Sin duda alguna, el tener
pensamientos inadecuados facilitan la obra de culparnos de parte del diablo.
Por ello, ocupémonos en situaciones espirituales. Ocuparse dice Pablo, significa patrones de pensamiento en la mente. Si en nuestra mente tenemos pensamientos
espirituales, viviremos en paz y vida espiritual. Andar en la carne es
enemistad contra Dios (v. 7-8). Es
imposible estar en ambos lados simultáneamente.
No podemos estar en el Señor y con el mundo. Y los
que viven según la carne, no pueden agradar a Dios (v. 8). Si no damos evidencia de la presencia del
fruto del Espíritu Santo en nuestra vida debemos examinarnos si somos de Cristo
(2 Cor. 13:5, Examinaos a vosotros mismos
si estáis en la fe, probaos a vosotros mismos. Pablo agrega en Romanos 8:9, ….Y si alguno no tiene el Espíritu de
Cristo, no es de él). Sencillamente
debemos tener presente que andar en la carne nos esclaviza y estanca a una vida
pecaminosa. No podemos superar nuestras
culpas viviendo con un estilo de vida pecaminoso.
Debemos mantener
nuestra mente obediente a Cristo (2 Cor. 10:5, ….derribando argumentos…..y llevando cautivo todo pensamiento a la
obediencia a Cristo). Es menester
tomar el control de nuestros pensamiento.
Argumentos, son todo de tipo de pensamientos, ideas, filosofías,
razonamientos etc. que se oponen a lo
que Dios enseña y pide de nosotros. El
cuestionar nuestros razonamientos de parte de nuestro enemigo no es nada
nuevo. Pablo en 2 Corintios 11:3 nos
recuerda, Pero temo que como la serpiente
con su astucia engañó a Eva, vuestros sentidos sean de alguna manera
extraviados de la sincera fidelidad a Cristo.
Engañar significa, seducir
completamente, engañar. En Juan 8:44, Jesús califica al diablo como
mentiroso y padre de mentira. La
estrategia de Satanás no ha cambiado:
mentir, confundir, meternos duda, cuestiona nuestra fe, nos llena de
temor, angustia etc. ¡Somos
argumentativos por naturaleza! Desde
luego que nuestro Dios no nos pide ni está en contra que pensemos. Eso iría contra nuestra naturaleza. Él nos pide más bien que pensemos y razonemos
de acuerdo a lo que la Palabra de Dios nos pide. Salmos 14:1 nos recuerda: Dice el
necio en su corazón no hay Dios. La
filosofía de vida de hoy nos enseña: si te gusta hazlo. Cuando vivimos estos principios nuestra
mente está alejada de Cristo. Pablo nos
pide, ….llevando cautivo todo pensamiento
a la obediencia a Cristo. Sobre este
punto, el pastor John MacActhur dice, se
refiere a la destrucción total de las fortalezas de la sabiduría humana y
satánica y al rescate de los que están en ellas para que no sean condenados por
las mentiras que los esclavizan. De
forma deliberada pongamos nuestros pensamientos bajo el control y señorío de
Cristo.
Dios siempre desea lo mejor para nosotros (Jeremías
29:11-12). Podemos superar nuestros
complejos de culpas, confiando en que Dios siempre tiene mejores planes para
nuestra vida. Como hemos dicho, nuestro
enemigo espiritual, el diablo estará acusándonos delante del Padre (recordemos
a Job). Sin embargo en medio de todo,
Dios sigue en control. Yo sé los pensamientos que tengo de
vosotros. Aún cuando somos acusados y nos llenamos de culpas, Dios tiene
mejores planes para nuestra vida. Quizá como el pueblo de Israel cuando el
profeta Jeremías les escribe, no están pasando su mejor momento, nuestro Dios
siempre tendrá una mejor salida a nuestras situaciones de angustia. Nuestro
Señor, nos promete, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis (v.
11). En Dios nuestro futuro es mucho
mejor, él tiene para nosotros pensamientos
de paz, y no de mal…Eso sin duda nos ayuda a superar nuestros complejos de
culpa que podemos llevar en nuestra mente y corazón. Busquemos al Señor en oración y depositemos
nuestras cargas en él. Todo sentimiento
de culpa lo echamos fuera llenando nuestra mente de pensamiento a la obediencia de
Cristo. Eso nos llenará de paz, vida y
no daremos ningún espacio a nuestro enemigo común, el diablo, el acusador que
es calificado de mentiroso y padre de la mentira. Llevemos todo pensamiento cautivo a la
obediencia a Cristo y liberémonos y superemos de todo complejo de culpa que
podamos llevar. Bendiciones en sus
vidas.
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