lunes, 11 de mayo de 2015

Ana una mujer de oración, gratitud e integridad (1 Samuel 1:1-11).

Ana una mujer de oración, gratitud e integridad (1 Samuel 1:1-11).
¡Feliz día de las madres!  No hay influencia mayor en la vida de todo hijo que el de mamá.  Hoy sus roles con sumamente variados.  Ama de casa, chofer, enfermera, maestra, cocinera, esposa, ayudante de todo etc.  Por lo tanto, es sumamente importante que todo hijo y esposo, demos el valor que ellas merecen.  En esta sociedad moderna y demandante, las madres deben estar al día en la tecnología, internet y todo lo relacionado con ello.  Hoy como iglesia debemos reconocerles sus variados papeles y responsabilidad que toda madre tiene. Damos gracias al Señor por la vida de cada una de ellas.   
            La vida de Ana, mamá de Samuel es digno de ser estudiado.  Ella fue una mujer ejemplar como esposa, madre y sierva del Señor.  Como sabemos, no es nada fácil cumplir con todos esos roles.  Sin embargo Ana, es un patrón para toda mujer que anhela servir al Señor.    El pasaje descrito en el v. 2 nos indica que Elcana, esposo de Ana tenía dos mujeres.  Eso significa, que era un hogar dividido.  Desde luego que esto nunca ha sido la voluntad de Dios.  Jesús en Mateo 19:4-5 dice, ¿No habéis leído que el que los hizo al principio, varón y hembra los hizo….Por esto el hombre dejará padre y madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne?    Jesús afirma que desde el principio, Dios unió un hombre para una mujer. 
            ¿Quién era Penina?  En el v. 2, se le describe como la otra y en el v. 6, la rival… esto nos recuerda a algunos títulos de telenovelas.  Ella tenía hijos contario a Ana que los tenía.  A Penina se le describe como una mujer que irritaba, enojaba y entristecía a Ana (v. 6).  Ella, producto de sus celos y envidia, le hacia le vida difícil a Ana todo motivado porque Jehová no le había concedido tener hijos (v. 6).  Penina disfrutaba de la tristeza de Ana por no tener hijos.  Proverbios 24:17-18 dice, Cuando cayere tu enemigo, no te regocijes, y cuando tropezare, no se alegra tu corazón, no sea que Jehová lo mire, y le desagrade, y aparte de sobre él su enojo.  Para todos nosotros y en especial a nuestra madres a saber enfrentar con valentía aquellas circunstancias de la vida difícil.  Nuestras Peninas deben servirnos para retarnos a luchar y lograr por las promesas divinas.  Logremos los propósitos de Dios en nuestras vidas.  Enfocarnos en Dios no en las circunstancias de la vida.  Ser valientes y saber esperar en el Señor (Romanos 8:28).  Que las Peninas de la vida no nos quiten el gozo y la esperanza en el Dios Todopoderoso.  Penina puede ser un mal esposo, un hijo rebelde o pródigo, un pasado triste que no queremos recordar etc.  Sin embargo las Peninas también sirven para que retornemos a nuestras luchas por las promesas divinas.  Toda madre debe logar los propósitos de Dios en sus vidas. Enfocarnos en Dios no en las circunstancias de la vida.  Las Peninas deben provocarnos acercarnos más a Dios y creerle más en él.  ¿Por qué Penina tenía esa actitud?  Ella misma aún con hijos no era feliz.  Elcana amaba más a Ana y eso la hacia sentirse mal y no era una mujer realizada completamente.
            Ana significa gracia, era estéril y eso la hacia sentirse infeliz.  En el AT la esterilidad y costumbre judía era considerado como una vergüenza para toda mujer.  Los hijos eran parte importante en la estructura familiar.  Sin embargo Dios mismo tenía planes maravillosos para ella.  No es la primer mujer que la Biblia describe con esa experiencia.  Se menciona previamente a Sara, Rebeca y Raquel, todas ellas pasaron por períodos de esterilidad y tuvieron que rogar a Dios por un hijo.   Esta situación de Ana era aprovechada por Penina.  Y su rival la irritaba, enojándola y entristeciéndola….Así hacía cada año (v. 6-7).  Penina estaba ganando el pulso.  Amargura de alma (v. 10).  Su malestar estaba en lo profundo de su alma y esto debió provocar en ella una vida espiritual vacía.  Hay un punto favorable que debemos mencionar, Elcana su esposo la amaba (v. 5, Pero a Ana daba una parte escogida, porque amaba a Ana).  Sin embargo en medio de ese amor, Elcana no comprendía el sufrimiento de Ana, ¿Por qué lloras?  ¿Por qué no comes?  ¿Y por qué está afligido tu corazón?  (v. 8). Él trató de consolarla comparándose igual a tener diez hijos. Ana de cierto amaba a Elcana pero ella quería tener un hijo.
            La Biblia describe a Ana un mujer de oración (v. 10, ella con amargura de alma oró a Jehová, y lloró abundantemente).  Ana debía hacer un reajuste espiritual (v. 9,   Y se levantó….)  tal como el hijo pródigo tuvo que cambiar su mente, actitud y hacerle frente a Penina.  Su oración es definida y generosa (v. 11).  Definida, sino que dieres  a tu sierva un  hijo varón.  Generosa,   yo lo dedicaré a Jehová todos los días de su vida, y no pasará navaja sobre su cabeza.  Ana se compromete con Dios que ese hijo que esperaba y anhelaba no sería tanto para ella sino más bien para el servicio del Señor.  Ana estaba más interesada en que Dios tenga un instrumento para Su obra que ella misma quedarse con él.  El nacimiento de Samuel tuvo enormes beneficios para el pueblo de Israel.  Sin duda alguna, la oración cambia las cosas.  1 Pedro 5:7 dice, echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros.    Nuestros buen Dios permite las crisis para que le busquemos.  En el v. 18 vemos la clave del éxito en la vida de Ana, Y se fue la mujer por su camino, y comió, y no estuvo más triste.  Como vemos, Ana tomó la firme decisión de cambiar de actitud frente a su situación.  Sin haber recibido todavía respuesta, comió y no estuvo más triste.  Ana no siguió dándole lugar a Penina (quizá ella se sorprendió del cambió de Ana).  Ana se enfocó en Dios no en Penina.  Ana quedó convencida que Dios había escuchado su oración y le creyó.  Fue perseverante, paciente aunque ahí seguía Penina. 
            Ana no fue una mujer quejista ni reclamó a nadie por su situación.  A su hijo le llamó Samuel (Dios escuchó).  Fue un eterno recordatorio de su oración contestada y ella lo reconoció públicamente haberlo recibido del Señor (Por este niño oraba, y Jehová me dio lo que le pedí).  Ana cumplió su voto (1.26-28) Dios le bendijo con mas hijos (2:20-21).  ¿Y Penina?  Ana pasó a la historia como una madre ejemplar.  De Penina no se vuelve a mencionar nada de ella, únicamente que trató de ser una piedra de tropiezo.   Pero Romanos 8:28 es una verdad eterna, Todo ayuda a bien a los que aman a Dios….¡Feliz día de las madres!   Un abrazo y reconocimiento sincero por la gran labor que realizan cada día en sus hogares. 
           






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