Cualidades de un buen ministro de Cristo (1 Timoteo 4:6-16).
El conocido escritor Oswald Sanders escribió: La
verdadera grandeza, el verdadero liderazgo, no se consigue obligando a los
demás a que nos sirvan, sino entregándose unos mismo en servicio generoso a los
demás. Jesús es nuestro mejor modelo
de servicio (Mateo 20:28, como el Hijo
del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en
rescate por muchos). Todo aquel que
ha tomado la decisión de seguir al Señor, debe también tomar la firma decisión
de servir siguiendo el modelo de Cristo.
Es un tipo de servicio donde muchas veces debemos arremangarnos la
camisa, arrodillarnos y ensuciarnos las manos como lo hizo Jesús lavando los
pies de sus discípulos. ¡Ese es nuestro
llamado, servir a los demás! El apóstol
Pablo ya en su vejez, escribe esta maravillosa carta a su hijo espiritual
Timoteo. En el pasaje descrito, le hace
una serie de demandas de cómo debe ser su servicio a los demás. Estos principios son permanentes y hoy en el
siglo XXI están vigentes como cuando los escribió Pablo en el I siglo de la era
cristiana.
La primera
demanda es sirve enseñando (v. 6, 11,
13). La autoridad del líder espiritual,
radica en la enseñanza de la Palabra de Dios. Si esto enseñas a los hermanos, serás buen ministro de Jesús. Buen, significa valioso, virtuoso, recto, honrado, útil. Ministro:
es diáconos, servidor,
sirviente, siervo. Para los griegos el
servicio era poco digno y poco apreciado. Según ellos, nacemos para
mandar. No para servir. El servicio abnegado encuentra poco
espacio. Nos gusta ser servido. Nutrido
con las palabras de la fe y de la buena doctrina que has seguido. Nutrido es alimentarse bien. Todo siervo del Señor debe ser un estudioso
diligente de la Palabra de Dios. En el
v. 13 vemos una exhortación que debemos tomar para nosotros también, ocúpate en la lectura. El que lee sabe y lo contrario, el que no,
no sabe. Es por ello una imperiosa
necesidad mantenerse documentado de lo que pasa en el mundo como también de
nuevas orientaciones teológicas. Enseña,
es recordar, sugerir, colocar ante, no es ordenar u obligar. Es una persuasión amable y humilde. Evita
las fábulas profanas y de viejas (v. 7).
Es aquella decisión que toma el siervo del Señor en no permitir en su
vida que falsas enseñanzas lo desvíen de la verdad.
Segundo, se ejercita para la piedad (v. 7-9). Piedad es, actitud y respuesta adecuada a Dios, conducta correcta, honesta. Es un llamado de atención de nuestro
andar digno del llamado que tenemos del Señor (Ef. 4:1, os ruego
que andéis como es digno del Señor….Col. 1:10 agrega, para que andéis como es digno del Señor, agradándole en todo, llevando
fruto en toda buena obra). Tenemos
un llamado a una vida que nos distinga de los demás. Pablo agrega, porque el ejercicio corporal para poco es provechoso, pero la piedad
para todo aprovecha, pues tiene promesa de esta vida presente, y de la venidera
(v. 8). Ejercicio, viene de
gimnasio, entrenamiento, practicar.
Entrenamiento riguroso, extenuante de mucho sacrificio que experimenta
un deportista. Pablo nos dice que el ejercicio corporal está limitado a esta
vida. Sin embargo el espiritual es provechoso para esta y la venidera. Son los músculos espirituales los que debemos
ejercitar constantemente.
Tercero, sirve
con dedicación (v. 10-14). Que por esto mismo trabajamos y sufrimos
oprobios….(v. 10). Los frutos y
beneficios de nuestro ministerio son celestiales pero el trabajo y esfuerzo se
hacen aquí y ahora haciendo lo mejor para el servicio en la obra de Dios. Sufrimos viene del termino agonizar. El servicio en la obra del
Señor nunca ha sido fácil, ni cómodo ni sencillo. Debemos ser un buen modelo a seguir. Ninguno
tenga en poco tu juventud, sino sé ejemplo….cuando somos ejemplo o modelo,
nos ganamos el respeto y autoridad.
Modelo en palabra (lo que hablamos y cómo lo decimos, Mateo 12:36-37). Conducta (una vida que modele los frutos el
ES). Amor (preocupación por los demás,
un amor que sirve a los demás, Juan 15:13).
Fe (fiel, se mantiene en el camino de la verdad, 1 Cor. 4:2). Pureza (una persona pura en su trato con los
demás especialmente con el sexo opuesto).
Nuestra vida debe ser un modelo a seguir por los que nos rodean. Cumple su llamado, no descuides el don que hay en ti (v. 14). Muchos comenzamos en el ministerio con mucha
ilusión pero lastimosamente no todos terminamos bien por tantas razones. Todos tenemos dones espirituales, ¿qué
estamos haciendo con ellos? (Mateo 24:15, 21, 24). No hagamos mal uso de los dones recibidos. 2 Timoteo 1:6 nos recuerda, avives el fuego del don de Dios que está en
ti. Avives, atizar las brazas para
que ardan y no se apaguen. Se ocupa de su crecimiento espiritual (v.
15-16). Deseamos terminar con tres
detalles importantes sobre el crecimiento espiritual. Primero,
ocúpate, es mantenerse
ocupado, planificando estrategias (Juan 5:15, Mi Padre hasta ahora trabaja, y
yo trabajo). Es mantenerse ocupado
en lo que Pablo describió en los versículos anteriores. Poner en ellas nuestro corazón, permanece en ellas (v. 15). Segundo, crecimiento espiritual, para que tu aprovechamiento sea manifiesto a
todos. Es un llamado al esfuerzo
diario que denota progreso. Y tercero,
cuidarse uno mismo, Ten cuidado de ti
mismo y de la doctrina, persiste en ello, pues haciendo esto, te salvarás a ti
mismo y a los que te oyeren (v. 16).
Un fuerte llamado a la santidad personal y enseñanza pública. Somos los instrumentos humanos que Dios usa
para llevar Su evangelio y que los oyentes crean en él para salvación de sus
almas. ¿Cómo está nuestro servicio en la
obra de Dios? Tenerlo presente, Dios nos
llamó para Su servicio, hagámoslo dando lo mejor.
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