lunes, 27 de julio de 2015

Consideraciones a tener en cuenta (Efesios 5:27)

Consideraciones a tener en cuenta (Efesios 5:27)
La iglesia como el Cuerpo de Cristo e institución divinamente formada vive en una tensión entre lo que aspira y lo que somos en realidad.  Tensión entre lo que somos ahora y lo que llegaremos a ser algún día.  Ninguna iglesia es perfecta mientras estemos aquí en la tierra.  Desde luego que nuestro futuro será glorioso porque el Señor Jesús así lo afirma.  Efesios 5:27 dice que él viene por una iglesia gloriosa, que no tuviese mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que fuese santa y sin mancha.  Eso aspiramos todos aquellos que somos del Cuerpo de Cristo.
            Sin embargo siendo realistas cuando vemos nuestras vidas pensamos, ¿cuán lejos estamos de ese cuadro que describe el apóstol Pablo?  Debido a lo anterior, como creyentes en Cristo debemos tener algunas consideraciones oportunas y vivir de acuerdo al llamado que tenemos de parte de Dios.  El mundo con sus influencias muchas veces nos aparta del camino donde debemos andar.  Sin pretender caer en un legalismo, no podemos tener un pie en la iglesia y el otro en el mundo. 
            La primera consideración que debemos tener es no descuidar nuestro primer amor (Apoc. 2:4).  El llamado de atención que Jesús hace a esta iglesia es oportuno para todo tiempo.  Aunque la iglesia de Efeso recibe elogio por su arduo trabajo, paciencia, buena doctrina y discernimiento espiritual, el reclamo es fuerte.  Dejar el primer amor se da cuando nos hemos enfriado.  Hemos descuidado la relación con Dios.  Hemos caído en una religiosidad y todo es rutina.   Permitimos la erosión de los valores del cristianismo inclusive podemos caer en la falta de perdón y santidad.  1 Cor. 13:1-3, es un parámetro bíblico para saber cómo estamos y qué estamos haciendo.  El amor en la vida cristiana es la base de todo lo que hacemos.  Podemos ser muy diligentes en nuestras funciones pero sí no hay amor de nada sirve.  Pablo en Romanos 12:9 nos dice,   el amor sea sin fingimiento.  ¿Podemos fingir el amor?  Sí, sí se puede.  Mucho cuidado con nuestras relaciones fraternales dentro de la vida de la iglesia.  Estas deben ser basadas en un amor sincero.  Sigamos la verdad en amor (Ef. 4:15), no caer en lo riguroso, legalismo o religiosidad.  En 1 Cor. 16:14 encontramos Todas vuestras cosas sean hechas con amor.  El amor es lo que debe distinguirnos, Juan 13:35 Jesús dice, En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros. 
            La segunda consideración, sabiduría en el manejo del tiempo (Ef. 5:15-16).  Todos conocemos la expresión popular mas vale tarde que nunca, sin embargo no creen que es mejor ¡mas vale nunca tarde!   Estamos seguros que como iglesia debemos tomar muy en serio el tema de la puntualidad.  Hay personas que se ufanan afirmando, he trabajado en este lugar por 30 años y jamás he llegado tarde.  Eso es muy bueno.  Que pudiéramos decir  lo mismo al llegar al templo.  Dios nos ha dado a todos la misma cantidad de tiempo.   Para mejorar la puntualidad debemos empezar con la disciplina personal.   Creemos ahí está el problema.  La puntualidad es una demostración del aprovechamiento del tiempo en forma sabia.  La disciplina personal es cuando nosotros manejamos el tiempo y no el contrario.  No andamos siempre apurados, corriendo y afanados todo debido a la falta de disciplina.  Sepamos manejar el tiempo y no que el tiempo nos maneje a nosotros.  Debemos ser diligentes (cuidadosos, preciosos y exactos).  Así también Pablo nos pide, aprovechando bien el tiempo (v. 16).  Aprovechar significa invertir, emplear al máximo el tiempo que tenemos disponible y dedicarlo al Señor.  No robarle el tiempo al Señor y dedicarlos a otros quehaceres.  El éxito es un logro progresivo de una meta predeterminada.  La vida organizada es una vida aprovechada.  Decidamos nosotros qué hacer con nuestro tiempo y no los demás.  Salmos 90:12 dice, Ensáñanos de tal modo a contar nuestros días que traigamos al corazón sabiduría.  Logremos el máximo con nuestro tiempo. 

            Tercera consideración, ¿qué espera  Dios de nosotros?.  Primero, no desviarnos de nuestra carrera (Hebreos 12:2, puestos los ojos en Jesús).   Todo atleta sabe que cuando está en competencia  nunca debe desviar su vista de la meta.  Hace poco leía cuando un atleta antes de llegar a la meta y seguro de su victoria empezó a saludar a los espectadores.  Al darse vuelta, el corredor que le seguía le pasó velozmente por el otro lado y ganó la carrera.  En la vida cristiana los mayores errores los cometemos cuando ponemos nuestra vida en personas o cosas.  Puesto los ojos en Jesús, debe ser nuestra actitud constante.  Segundo, consagración (Romanos 12:1, presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional).  Dios pide de nosotros totalidad de nuestra vida no solo momentos parciales.  Nuestro servicio al Señor debe hacerse de forma completa al Señor dándole lo mejor, ese es nuestro mejor culto que podemos darle al Señor.  Favor tenerlo presente. 

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