Reflexiones sobre el sufrimiento (Éxodo
1).
Cuando hablamos del sufrimiento, nos referimos a aquella
experiencia donde todo ser humano será expuesto
en el transcurso de su vida sin excepción alguna. Según el pastor René Peñalba en su libro Entender el sufrimiento nos dice que
Dios permite el sufrimiento, para
despertar nuestras conciencias y poder evaluar el rumbo de nuestra vida. De lo anterior podemos afirmar, que según
el plan de Dios, él siempre tendrá un buen propósito en nosotros al permitir
que pasemos por momentos desagradables.
Hay algo que todo hijo de Dios debe estar seguro, y es que cuando
estemos pasando por esos momentos, es la oportunidad para que usted y yo,
acudamos al Señor buscando su pronto auxilio y oportuno socorro (Salmo 46:1).
El capítulo 1 del
libro de Éxodo, describe el sufrimiento del pueblo de Israel en manos de los
egipcios. ¿Cómo llegan los hebreos a
Egipto? En todo ello la mano soberana de
Dios se deja ver. José es llevado
cautivo a Egipto donde debe atravesar momentos complicados y difíciles que lo
llevan hasta la cárcel (Gn. 37). Desde
la misma cárcel Dios mismo le saca y lo coloca como primer ministro del país
más poderoso de entonces. Debido a una
gran hambre en Egipto y sus alrededores, los hermanos de José se ven obligados
ir a buscar comida donde José. Él les
reconoce y después de varios encuentros José se da a conocer a sus hermanos y
les invita con su padre a venir a vivir a junto a él. Según Génesis 46:27, fueron un total de
70 personas que entraron a Egipto. Después de algunos años, José muere como
también el faraón y se levantó sobre
Egipto un nuevo rey que no conocía a José (v. 8). A partir de ahí, se inicia un nuevo capítulo
con graves consecuencias en la vida del pueblo de Israel. Sin embargo, la mano y protección de Dios se
mantuvo sobre su pueblo.
El sufrimiento no anula las promesas de Dios. Faraón y su pueblo preparan un diabólico
plan, exterminar el pueblo de Israel (v. 11, 16, 22, Entonces Faraón mandó a todo su pueblo, diciendo: Echad al río a todo hijo que nazca, y a toda
hija preservad la vida). Dios había prometido a Abraham en Génesis 15:13-14, Ten por cierto que tu descendencia morará en
tierra ajena, y será esclava allí, y será oprimida cuatrocientos años. Mas también a la nación a la cual servirán,
juzgaré yo, y después de esto saldrán con gran riqueza, esta promesa lo
vemos en Éxodo 12:35-36. Aún en medio de
las adversidades que Israel enfrentaba, las promesas de Dios eran reales y se
confirman debido al crecimiento numérico y un detalle interesante, de manera que los egipcio temían a los hijos
de Israel (1:12). En medio de los
planes diabólicos contra el pueblo de Israel, la bendición de Dios se mantiene
sobre los planes de Faraón.
El sufrimiento no pasa desapercibido a Dios (3:7-8). Cuando estamos atravesando dificultades en la
mayoría de nosotros ¿cuál es nuestra reacción?.
Se debilita nuestra fe y
confianza en la bondad de Dios (Marcos 4:38, Maestro, ¿no tienes cuidado que perecemos?) entendemos que la situación de los discípulos
era crítica. Sin embargo no era para
hacer el reclamo teniendo la presencia de Cristo en medio de ellos. Nos llena de dudas, vacilaciones, temor y
hasta llegamos a perder el control de nosotros mismos. Como hemos dicho, el sufrimiento no pasa
desapercibido a Dios. Los hijos de Israel
gemían a causa de la servidumbre, y clamaron y subió a Dios el clamor de
ellos…..Y oyó Dios el gemido de ellos (2:23-25). El cristianismo tiene un Dios que está
pendiente de nuestras necesidades y nos responde de acuerdo a Su voluntad. Bien he
visto la aflicción de mi pueblo….he oído su clamor….he conocido sus angustias,
y he descendido para librarlos….y sacarlos de aquella tierra (3:7-8). Recordemos que esa era la promesa dada a
Abraham algunos cientos de años atrás con ello se comprueba que en medio de
nuestros sufrimientos Dios no anula sus promesas y tampoco nuestras
adversidades no pasan desapercibidos a nuestro Dios.
Finalmente, en
medio de nuestros sufrimientos Dios mantiene su interés en nosotros (2:23-25). Como humanos lo mas desesperante cuando
atravesamos el sufrimiento es tener que esperar y guardar silencio. Sin embargo eso es justamente lo que nuestro
buen Dios nos pide (Salmo 37:7). Pero
también no deja ser desesperante cuando Dios guarda silencio a nuestras
oraciones. Es bueno y oportuno tener en
cuenta el bien que Dios hace a las parteras al no obedecer la orden de Faraón, Cuando asistáis a las hebreas en sus partos,
y veáis el sexo, si es hijo, matadlo, y si es hija, entonces viva. Pero las parteras temieron a Dios, y no
hicieron como les mandó el rey de Egipto, sino que preservaron la vida de los
niños…..Y Dios hizo bien a las parteras, y el pueblo se multiplicó….Y por haber
las parteras temido a Dios, él prosperó sus familias (1:16-21). Dios siempre honra a quienes le honran. Si estamos atravesando algún momento difícil,
Dios está a nuestro lado y tarde o temprano tendremos respuesta a nuestra
necesidad. Bendiciones a todos.
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