Principios bíblicos de cómo darle a Dios (2 Cor. 9:6-8).
Nelson Rockefeller se lamentó de que aunque había hecho muchos
millones no le habían traído felicidad
alguna. La forma cómo administramos
nuestras finanzas es una expresión externa de nuestra condición espiritual
interna. No le parece extraño como un
billete de $100 parece tan grande cuando se lleva a la iglesia y tan pequeño
cuando lo llevamos al centro comercial.
Sabe usted, que de las 38 parábolas de Cristo, 16 nos hablan de
dinero. El NT habla mas del dinero que
de la gloria y el infierno juntos. Se
habla 5 veces mas del dinero que la oración.
Hay unos 500 versículos que hablan de la fe y la oración y unos 2000
versículos del dinero y las posesiones materiales (John MacActhur, ¿A quién pertenece el dinero?
El primer
principio a considerar es, ¿cuándo y cómo
darle a Dios? (1 Cor. 16:2, Cada
primer día de la semana cada uno ponga aparte algo, según haya prosperado….Dos
detalles relevantes de este versículo.
Primero, la ofrenda a Dios debe ser sistemática, cada primer día de la semana. Una
de nuestra mayores fallas radican en esto.
Damos esta semana y nos olvidamos de hacerlo tal como lo pide el apóstol
y volvemos a dar quizá en unos meses después si es que nos acordamos. Segundo, la ofrenda debe ser consecuente, según haya prosperado. La mayoría de nosotros debemos trabajar
en este aspecto. Si Dios nos ha
prosperado, así démosle. La viuda pobre
es un buen ejemplo en cómo dar. Jesús la
elogia porque aún en medio de su pobreza, echó
todo el sustento que tenía. El
término generoso significa, ser
determinado, sin doble ánimo al momento de dar.
Proverbios 11:24 nos dice, Hay
quienes reparten, y les añadido más, y hay quienes retienen más de lo que es
justo, pero vienen a pobreza. La
tacañería siempre nos llevará a la pobreza en lugar de la esperada
riqueza. Aunque nadie notó la
generosidad de la viuda pobre, Cristo sí y él la honra y la elogia por ello.
El segundo
principio, dar con alegría (2 Cor.
9:7, Cada uno dé como propuso en su
corazón, no con tristeza, ni por necesidad, porque Dios ama al dador alegre). Es importante hacer notar lo que dice la Escritura, dé como propuso. El darle a Dios debe ser una acción y
decisión premeditada no impulsiva u obligatoria. Así también, no con tristeza (no de mala gana) ni por necesidad (no por obligación) porque Dios ama al dador alegre.
Dar con un corazón entusiasta alegra el corazón de nuestro buen
Dios. Eso mismo modelo encontramos en el
AT. Deuteronomio 16:11 dice, Y te alegrarás delante de Jehová tu Dios….Y
te alegrarás en tus fiestas solemnes (Dt. 16:14)…..y estarás verdaderamente alegre (Dt. 16:15)……Y ninguno se presentará delante de Jehová con las manos vacías (Dt.
16:16). ¿Usted desea ser
prosperado? Proverbios 11:25 nos da la
respuesta y el secreto: El alma generosa será prosperada. La prosperidad viene como fruto de ser
generosos y alegres de corazón al darle a Dios.
El tercer
principio es dar lo mejor a Dios. En
el libro del profeta Malaquías 1:6-8, encontramos un fuerte reclamo de nuestro
Dios a la clase sacerdotal y al pueblo en general. ¿Dónde
está mi honra? ¿dónde está mi temor?
Dice Jehová de los ejércitos a vosotros, oh sacerdotes, que menospreciáis mi
nombre….En que ofrecéis sobre mi altar pan inmundo…..Y cuando ofrecéis el
animal ciego para el sacrificio, ¿no es malo?
Asimismo cuando ofrecéis el cojo o el enfermo, ¿no es malo?... Honrar es tener en alta estima y
considerar con el máximo respeto y
aprecio. Pablo en Efesios 6:2 nos pide a
los hijos, Honrar a sus padres. Dios nos demanda que le honremos por
medio de la calidad de nuestras ofrendas.
Los sacerdotes se hacían los ciegos y no veían la calidad de los
animales que el pueblo traía a los sacrificios olvidando que nada escapa el ojo
de Dios. Aún sabiéndolo, los sacerdotes
de forma atrevida responden y cuestionan, ¿En
qué te hemos deshonrado? Dios les
responde en el v. 8, Y cuando ofrecéis el
animal ciego….¿No es malo?. Asimismo
cuando ofrecéis el cojo o el enfermo, ¿no es malo?. La ley mosaica era muy clara al respecto
y exigía animales saludables y sin defecto alguno. Levítico 22:20-21 dice, Ninguna cosa en que haya defecto ofreceréis, porque no será acepto por
vosotros. Ciego, perniquebrado,
mutilado, verrugoso, sarnoso o roñoso, no ofreceréis éstos a Jehová, ni de
ellos pondréis ofrenda encendida sobre el altar a Jehová. Desde luego Dios nos advierte la parte
negativa cuando no le damos prioridad al darle a él. Nuestra intención en ningún momento es
infundir temor pero como una moneda que tiene dos caras, hay un lado negativo
al no darle a Dios según sus principios.
El profeta Hageo 1:5-7, Meditad
bien sobre vuestros caminos. Sembráis
mucho, y recogéis poco, coméis y no saciáis, bebéis, y no quedáis satisfechos,
os vestís, y no os calentáis, y el que trabaja a jornal recibe su jornal en
saco roto. Todo esto viene como
negligencia y por la falta de responsabilidad en la obra del Señor. Como vemos
hay consecuencias la cual es andar siempre en limitaciones no somos
prosperados.
Finalmente veamos
dos hombre con dos actitudes diferentes a los bienes materiales y que ambos
tuvieron dos finales eternos muy diferentes. El publicano Zaqueo demuestra su salvación
afectando sus bienes materiales. Lucas
19:8-9 dice, Entonces Zaqueo, puesto en
píe, dijo al Señor: He aquí, Señor, la
mitad de mis bienes doy a los pobres….Jesús le dijo: Hoy ha venido la salvación a esta casa…..
En cambio el joven rico se fue triste y sin la valiosa salvación debido a que
no quiso compartir sus bienes que eran muchos por cierto (Lucas 18:22-23). Dios nos da principios de cómo debemos darle. Seamos obedientes a esos principios y los
frutos los veremos. Honremos al Señor
con nuestros bienes (Prov. 3:9-10).
Bendiciones a todos.
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