¿Cuál es mi lugar dentro de la orquesta? (1 Cor. 12:11-27).
Creo que todos hemos tenido la grata experiencia de ver volar mas de alguna vez a los gansos. Cada otoño veremos grandes filas de ellos
volando hacia el sur. Su formación en V
la ciencia ha descubierto cosas interesantes sobre este asunto:
1. Las alas de los gansos que vuelan en la
delantera crean una succión que hace que los que vuelan detrás puedan hacerlo
mas descansados.
2. Al volar en V, el grupo aumenta su avance por
lo menos en un 71% mas si lo hicieran en forma individual.
3. Cada vez que un ganso se sale de la formación
siente de inmediato el efecto de la resistencia del aire. Se da cuenta de la dificultad de volar solo y
rápidamente regresa a la formación para beneficiarse del poder del compañero
que va delante.
4. El ganso que va delante o en el vértice de
la formación (el líder) es el que realiza el mayor esfuerzo. Cuando se cansa, uno de los gansos que le
sigue toma su lugar (relevo) . Los
gansos que van a la retaguardia graznan
para alentar a los que van adelante a
que mantengan la velocidad.
5. Cuando un ganso se enferma o cae herido por
un disparo, otros dos gansos salen de la formación y lo siguen para ayudarle y
protegerlo. Permanecen con él hasta que esté nuevamente en condiciones de
volar o hasta que muere. Solo entonces,
los dos compañeros vuelven a la bandada o se unen a otro grupo de gansos.
Como iglesia
tenemos una enorme enseñanza en la forma y los beneficios del vuelo de los
gansos. Sin duda alguna, los beneficios
del vuelo de esta ave si tan solo les imitáramos, la iglesia tendría otra clase
de vuelo. La primera carta a los
Corintios, escrita por el apóstol Pablo, nos describe una serie de conflictos
que la iglesia estaba experimentando.
Pablo, con su autoridad apostólica, les escribe con el deseo de corregir
esos conflictos. Debemos mencionar, que esos conflictos todavía la iglesia los
vive y deben ser corregidos. ¿Cuál es
nuestro lugar dentro de la orquesta? La
orquesta es una figura de la iglesia. Primero, nuestro lugar es de mantener una buena conducta (1 Cor. 1:10-13). En este pasaje, Pablo debe corregir el
problema de la formación de diferentes grupos que se habían levantado dentro de
la congregación. Pablo les pide, que habléis todos una misma cosa, y que no
haya entre vosotros divisiones. Sino que estéis perfectamente unidos en una
misma mente y en un mismo parecer (v. 10).
Debido a los diferentes grupos, la iglesia se había dividido en por lo
menos 4 grupos. Unos seguían a Apolos,
otros a Cefas (Pedro), otros a Pablo y otros a Cristo. Cada uno de ellos tenían una causa porque
seguir a esos líderes. Hay entre vosotros contiendas, riñas,
enemistades, rivalidad (v. 11), ninguna iglesia se beneficia cuando suceden
este tipo de incidentes. La iglesia se
debilita y el ambiente no glorifica a Dios.
Segundo, debemos recordar nuestra posición (1 Cor. 3:5-9). ¿Qué es
Pablo, y qué es Apolos? Servidores….viene
del término diácono que significa servidor.
Pablo nos pide corregir el concepto
y opinión que se puede tener de los líderes o servidores. El escritor sagrado hace resaltar la función
no la persona en sí. Somos servidores no
señores. Yo planté, Apolos regó….(v. 6), aquí vemos las diferentes funciones
que podemos desempeñar, Pablo fundó la
iglesia y Apolos colaboró. Cualquiera
puede fundar una iglesia (sembrar y regar).
Nuestra labor es transitoria, la de Dios por el contrario, es permanente
y continua. Dios da el crecimiento, esta labor solo Dios puede hacerla. Es importante honrar a nuestros líderes y
servidores pero con el cuidado de no levantar pedestales o fomentar culto a la
personalidad de ellos. Así que ni el que planta es algo, ni el que
riega, sino Dios, que da el crecimiento….Y el que planta y el que riega son una
misma cosa (v. 7-8). No al espíritu
de competencia entre nosotros mismos.
Dios nos ha llamado a ser sus
colaboradores (v. 9). No trabajamos
o servimos para nosotros mismos sino para Dios únicamente. Nuestras vidas no pertenecen al líder de
turno sino a Dios. Todos debemos tener
esa misma mentalidad en donde el Señor nos tiene sirviéndole. Tener una mentalidad de servicio hará la
diferencia en un ministerio. Las buenas actitudes entre los jugadores no garantizan el éxito de
un equipo, pero las malas actitudes sí garantizan el fracaso.
Finalmente, todos somos valiosos en la orquesta (1
Cor. 12). Dios es el director de la
orquesta. Pero todas las cosas las hace
uno y el mismo Espíritu, repartiendo a cada uno en particular como él
quiere….Mas ahora Dios ha colocado los miembros cada uno de ellos en el cuerpo,
como él quiso (v. 11, 18). Desde
luego que podemos orar y pedir determinado don espiritual. Sin embargo, es el Espíritu Santo quien tiene
la última palabra. Todos los miembros
del equipo de una iglesia, hemos sido llamados a servir al Señor con un
espíritu de equipo. En la vida de una iglesia, no debe haber lugar para el
individualismo. Así mismo, debemos
aceptarnos todos tal como somos (v. 20-21, Pero
ahora son muchos los miembros, pero el cuerpo es uno solo. Ni el ojo puede
decir a la mano: No te necesito, ni
tampoco la cabeza a los píes: No tengo
necesidad de vosotros). Somos
llamados a hacer labores distintas de forma armoniosa. El cuerpo humano es interdependientes no
independientes. Todos nos necesitamos
unos a otros. De esa manera funciona el
cuerpo y así debe hacerlo la iglesia también. Recordemos el vuelo de los gansos
y aprendamos de los beneficios de su vuelo.
Bendiciones a todos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario