lunes, 9 de noviembre de 2015

Josías el rey reformador (2 Crónicas 34.1-7).

Josías el rey reformador (2 Crónicas 34.1-7).
El diccionario define una reforma como la modificación de algo con el fin de mejorarlo.  Rehacer, enmendar o corregir.  En la historia de los reyes de Israel podemos encontrar unos buenos y otros malos.  Tristemente en su mayoría fueron malos.  Se desviaron de servir y adorar el Señor como el único y verdadero Dios.  La vida del rey Josías es cómo una pequeña luz en una gran oscuridad.  El ambiente espiritual heredado no era el mejor.  Su contexto familiar fue de mala influencia.  Veamos qué se dice de su abuelo y padre respectivamente.  Manasés fue su abuelo y la Biblia lo describe así:  De doce años era Manasés cuando comenzó a reinar….hizo lo malo ante los ojos de Jehová, conforme a las abominaciones de las naciones que Jehová había echado….Manasés, pues, hizo extraviarse a Judá y a los moradores de Jerusalén, para hacer más mal que las naciones que Jehová destruyó delante de los hijos de Israel (2 Crónicas 33:1-2, 9).  Amón fue el padre de Josías y de él leemos, De veintidós años era Amón cuando comenzó a reinar….E hizo lo malo ante los ojos de Jehová, como había hecho Manasés su padre, porque ofreció sacrificios y sirvió a todos los ídolos que  su padre Manasés había hecho (2 Crónicas 33:21-22). 
            Como hemos vistos, tanto el abuelo como el padre de Josías pudieron ser de muy mala influencia para él.  A modo de reflexión para todo padre de hoy.  ¿Qué tipo de influencia espiritual somos para nuestros hijos? No siempre malos padres tiene malos hijos o buenos padres tendrán buenos hijos.  ¿Por qué?  No lo sabemos.  Lo que sí podemos afirmar, es que la paternidad es una inversión a largo plazo.  Como padres, debemos estar conscientes es que la crianza o disciplina correcta, siempre construye patrones en los niños que continuará más allá de su infancia. 
            Josías tenía apenas 8 años de edad cuando comenzó a reinar y se dice de él, Este hizo lo recto ante los ojos de Jehová, y anduvo en los caminos de David su padre, sin apartarse a la derecha ni a la izquierda (2 Crónicas 34:1-2).  Hizo lo recto es sinónimo de obediencia a Dios.  A los ocho años de su reinado,  siendo aún muchacho, comenzó a buscar al Dios de David su padre y a los doce años comenzó a limpiar a Judá y a Jerusalén de los lugares altos,  imágenes de Asera, esculturas, e imágenes fundidas….y limpió a Judá y a Jerusalén (v. 3, 5).  Josías demuestra una conversión, regeneración y santificación profunda en su vida.  Pablo en 2 Corintios 7:1 nos dice,  Así que, amados, puesto que tenemos tales promesas, limpiémonos de toda contaminación de carne y espíritu, perfeccionando la santidad en el temor de Dios.  Limpiémonos es una acción que cada uno de nosotros debe hacer.  Esto lo haremos junto al verbo perfeccionando que significa llevar a término o completar.  Ambas acciones se logran obedeciendo al Señor por medio de una vida de santidad.  Nuestro mejor modelo en vida de santidad es Cristo.  Debido a su vida espiritual saludable, Josías siguió con su pueblo llevando a unas reformas religiosa profundas.
            Veamos a continuación las reformas iniciadas por Josías.  Reconstruye el templo de Dios (v. 8,  A los dieciocho años de su reinado, después de haber limpiado la tierra, envió a …..para que reparasen la casa de Jehová su Dios).  Recordemos que tanto su abuelo y padre dejaron de adorar a Jehová y el culto se había descuidado como también el templo.  Debido a ello, Josías promueve el cuidado al templo y ordena su debida reparación.  Es en esa acción que el libro de Dios es encontrado.  Yo he hallado el libro de la ley en la casa de Jehová (v. 15).  Después de haber leído el libro, Josías y sus cercanos colaboradores se dan cuenta del grado de desobediencia que habían incurrido como también de las graves consecuencias, se dan a la tarea de buscar del Señor no sin antes demostrar un genuino arrepentimiento.  Por cuanto oíste las palabras del libro, y tu corazón se conmovió, y te humillaste delante de Dios al oír sus palabras sobre este lugar y sobre sus moradores, y te humillaste delante de Dios al oír sus palabras sobre este lugar….y te humillaste delante de mí, y rasgaste tus vestidos y lloraste en mi presencia, yo también te he oído, dice Jehová (2 Crónicas 34:26-27).    Josías al tener  respuesta espiritual correcta ante los ojos del Señor, toma la siguiente decisión, hizo delante de Jehová pacto de caminar en pos de Jehová y de guardar sus mandamientos, sus testimonios y sus estatutos, con todo su corazón y con toda su alma, poniendo por obra las palabras del pacto que estaban escritas en aquel libro (v. 31).  En pocas palabras, el rey Josías hace un voto de compromiso en obedecer los principios que Dios estableció en Su libro sagrado.  Su primera acción  en sus reformas consistió en destruir todo aquello que incitaba a la adoración idolátrica.  Y derribaron delante de él los altares de los baales, e hizo pedazos las imágenes del sol….despedazó también las imágenes de Asera, las esculturas y estatuas fundidas, y las desmenuzó….y limpió a Judá y a Jerusalén….Y cuando hubo derribado los altares y las imágenes de Asera, y quebrado y desmenuzado las esculturas, y destruido todos los ídolos por toda la tierra de Israel, volvió a Jerusalén (2 Crónicas 34:4-7).  Debemos mencionar que según 2 Reyes 23:12, todos estos lugares de idolatría fueron hechos por su abuelo el rey Manasés.  A pesar del contexto familiar, Josías fue un instrumento poderoso en las manos de Dios.  Llevó la luz espiritual a su pueblo que estaba viviendo en oscuridad.  Es menester agregar que Josías tuvo personas piadosas que influyeron para bien.  ¿Cómo estamos influyendo en la vida de nuestros hijos? 

            Creemos que tomando el ejemplo de las reformas de Josías, es importante que nosotros hagamos lo mismo en nuestros propios hogares.  Salmos 127:1-2 nos dice,  Si Jehová no edificare la casa, en vano trabajan los que la edifican…..Por demás es que os levantéis de madrugada….La ausencia de Dios en los hogares trae el fracaso.  ¿Qué lugar ocupa Dios en nuestras familias?  La palabra vano significa, sin fruto, sin resultados.  El salmista agrega, por demás será (de nada sirve….).  En el AT se describe con claridad a la familia como la responsable en la educación espiritual y de la fe en los hogares.  Deuteronomio 6:2 dice, guardando todos sus estatutos, y sus mandamientos que yo te mando, tú, tu hijo, y el hijo de tu hijo….en el mismo libro 4:9 agrega, ….antes bien, las enseñarás a tus hijos, y a los hijos de tus hijos. Como vemos hay responsabilidades generacionales en transmitir la fe.  En el NT por razones de espacio, veamos dos pasajes.  La vida de Timoteo se describe como alguien que recibió sus primeras enseñanzas bíblica de parte de Loida y Eunice, abuela y madre respectivamente (2 Timoteo 1:5).  La vida de Moisés es el mismo caso.  Sus padres aunque lo tuvieron poco tiempo impactaron su vida para siempre al grado que hecho ya grande, rehusó llamarse hijo de la hija de Faraón, escogiendo antes ser maltratado con el pueblo de Dios (Hebreos 11:24-25).  Amram y Jocabed padres de Moisés como Loida y Eunice, abuela y madre de Timoteo pasaron la antorcha de la fe a la siguiente generación.  ¿Estamos impactando a nuestra generación y la siguiente con la fe en Cristo?  Hoy la iglesia necesita hombres como Josías.  Sintamos pasión y responsabilidad por transmitir y contendáis ardientemente por la fe que ha sido una vez dada a los santos (Judas 1:3).  Bendiciones a todos.

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