Principios
de fe en la vida de Moisés (Hebreos 11:24-29).
Se llama GPS, siglas en inglés que significan sistema de posicionamiento global. Es un sistema creado que nos permite
determinar en todo el mundo la posición de un objeto incluyendo una persona con
la precisión de hasta centímetros. El
sistema está constituido por 24 satélites y funcionan en órbita sobre el
planeta tierra a 20,200 km de altura con trayectorias sincronizadas para cubrir
toda la superficie de la tierra. La
antigua URSS construyó un sistema similar llamado Glonass. La Unión Europea
está desarrollando su propio sistema denominado Galileo y la China también llamado Beidou. Debido al carácter
militar del sistema GPS, el Departamento de Defensa de los USA se reservaba la
posibilidad de incluir cierto grado de error que podía variar de los 15 a los
100 metros. Esta disponibilidad fue
eliminada en el año 2000. Muchas veces
la precisión de la señal depende de la posición de los satélites. Funciona las 24 horas del día sin costo
alguno por su servicio. Moisés necesitó
un GPS divino en las decisiones que debió tomar en el transcurso de su
vida. Según el libro de Hebreos, sus
decisiones debió tomarlas por fe, confiando en la dirección divina. Dios fue su GPS, usted y yo lo necesitamos
también.
El primer principio que veremos es
que Moisés dijo no al mundo (v.
24-25). Por la fe Moisés, hecho ya grande rehusó llamarse hijo de la hija de
Faraón, escogiendo antes ser maltratado con el pueblo de Dios, que gozar de los
deleites temporales del pecado. Favor pongamos atención al verbo rehusó.
En pocas palabras Moisés no quiso ser identificado con la familia de
Faraón. Hechos 7:23 nos dice, Cuando hubo cumplido la edad de cuarenta
años, le vino al corazón el visitar a sus hermanos, los hijos de Israel. Moisés tomó esta decisión siendo ya un
adulto consciente de sus acciones y decisiones.
Rechazar esta posición significaba decir no a las riquezas, fama, poder,
autoridad. Dijo no a los deleites temporales.
1 Juan 2:15-17 nos exhorta a no amar al mundo porque todo lo que
vemos aquí es temporal, pasajero. Así
también en Hebreos 11:13 nos dice que todas las personas descritas en este
capítulo son extranjeros y peregrinos como
lo somos nosotros también (1 Pedro 2:11).
Moisés por fe escogió lo eterno.
No quiso todo lo que el palacio de Faraón ofrecía e intencionalmente lo
cambio todo para identificarse con el pueblo de Dios. Humanamente no era la mejor decisión. Sin embargo Moisés había tomado la firme
decisión de caminar por fe y era su primer paso.
Segundo principio, Moisés tenía puesta su mirada en el galardón
(v. 26). Hebreos 11.6 nos dice, es galardonador de los que le buscan. Un galardón es un premio. Hermanos y
hermanas Dios premia nuestra fe. ¡Que
maravillosa verdad! En 2 Corintios 5:10
el apóstol Pablo nos dice, Porque es
necesario que todos comparezcamos ante el tribunal de Cristo, para que cada uno
reciba según lo que haya hecho mientras estaba en el cuerpo, sea bueno o sea
malo. Desde luego no hay ninguna
discusión alguna, la salvación es por gracia únicamente (Ef. 2:8-9). Sin embargo, después de nuestra salvación,
somos responsables de refrendar o autenticar nuestra salvación por medio de
frutos en lo que hagamos. Por ejemplo
sirviendo al Señor en la obra. Pablo en
este versículo usa el término en griego bema. El bema es sencillamente como el podio
que hoy se usa para premiar a los atletas ganadores. El bema de Cristo servirá para recompensar
nuestra fidelidad en el servicio a Cristo.
En Mateo 25:21, 23 el amo recompensa a estos dos fieles siervos con esta
expresión: Bien, buen siervo fiel, sobre poco has sido fiel, sobre mucho te
pondré, entra en el gozo de tu señor. Eso
mismo sucederá en el Bema de Cristo.
Moisés hizo una correcta, sabia y perfecta elección. Lo que Faraón ofrecía era únicamente
temporal. Lo que Moisés escogió es
eterno. La fe de Moisés será
recompensada igual que la nuestra.
Finalmente, Moisés se sostuvo como viendo al Invisible (v. 27). Sostuvo significa perseverar, firmeza,
paciente. Nuestra fe debe ser
perseverante. No siempre obtendremos lo
que pedimos o necesitamos inmediatamente.
Debido a ello, nuestra fe debe ser perseverar, no decaer, persistir. Es fácil tener fe cuando vemos las cosas y
todo va bien. Pero Dios nos pide tener
fe cuando no vemos nada y las cosas no nos salen bien como esperamos y en el
tiempo que esperamos. Moisés se dejó
guiar por el GPS divino, se sostuvo
viendo al Invisible. Pablo nos
recuerda en 2 Cor. 5:7, porque por fe
andamos, no por vista. Debido a esa
fe Moisés tomó por lo menos dos decisiones.
Celebró la pascua y roció con sangre los dinteles de las puertas de los
israelitas y así que el ángel de la muerte no matase los primogénitos (Éx.
12). La pascua celebra y recuerda la
liberación de la esclavitud de Egipto.
Hoy, la sangre de Cristo por fe nos libera de la muerte eterna. Así también, por fe pasaron el Mar Rojo (v.
29, Éxodo 14). Cruzar el Mar Rojo era un
paso de fe monumental según Faraón el pueblo de Israel estaba encerrado. Su poderoso ejército por un lado y frente a
ellos el inmenso Mar Rojo. Cruzarlo sin
el medio de transporte adecuado con niños, mujeres y animales era una decisión
y paso de fe. Dios premió la fe de
Moisés. Diariamente debemos tomar
decisiones y muchas de ellas deben ser en fe.
Que nuestro GPS sea la dirección de Dios. Su Espíritu Santo y Su Santa Palabra son
nuestra guía legítima. Dios premiará
nuestra fe. Bendiciones a todos.
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