Jesús
me perdona, sana y me ama (Marcos 2:1-12)
La
iglesia primitiva atribuye este segundo evangelio a Marcos, primo de Bernabé
(Col. 4:10). La mayoría de los exégetas
sostienen que éste es el más antiguo de los cuatro evangelios. La personalidad de Pedro refleja cada una de
sus páginas. Así mismo, describe a
Jesús como el Hijo de Dios dándole a sí la Deidad de Jesús el cual vino a dar su vida en rescate por muchos
(Marcos 10:45).
El pasaje describe a Jesús en su
divinidad debido a su poder, capacidad y autoridad en perdonar pecados y sanar
enfermedades de manera milagrosa. Marcos describe que llegó a Capernaum y su
llegada despertó entusiasmo E
inmediatamente se juntaron muchos, de manera que ya no cabían ni aun en la
puerta (v. 2). Su fama se había
extendido sin buscarlo. Lo que debemos
resaltar es que, les predicaba la palabra
(v. 2). Este último detalle es
relevante en la iglesia de hoy. La
iglesia no debe olvidar que su llamado es predicar la palabra de Dios. Pablo en 2 Timoteo 4:2 dentro de las varias
recomendaciones que da al joven Timoteo es, que
prediques la palabra. Así también en
1 Timoteo 4.6-7 encontramos, Si esto enseñas a los hermanos, serás buen
ministro de Jesucristo, nutrido con las palabras de la fe y de la buena
doctrina que has seguido. Desecha las
fábulas profanas y de viejas….En esto mismo consistió el ministerio de
Jesús (Lucas 4:18, El Espíritu del Señor
está sobre mí, por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres….).
Marcos describe que Jesús perdona
pecados (v. 3-5). Cuatro personas con
mucho ingenio y esfuerzo deben tomar una decisión poco convencional. Entonces vinieron a él unos trayendo un
paralítico, que era cargado por cuatro.
Y como no podían acercarse a él,
a causa de la multitud, descubrieron el techo de donde estaba, y
haciendo una abertura, bajaron el lecho en que yacía el paralítico. Una
aplicación para la iglesia es que debemos reflexionar cuando somos muros y no
puentes para llevar el evangelio a toda criatura. Estas personas deben tomar una decisión de
subirse hasta el mismo techo de la casa.
El idioma original describe la acción de ellos como destecharon el techo. La
multitud fue un obstáculo al principio para que estas cuatro personas pudiesen
llevar al paralítico. Sin embargo, estas
personas demuestran persistencia, fervor, fe en lograr la bendición. Desde
luego fue arriesgado pero lograron su cometido.
El corazón de Jesús fue conmovido.
Capto la atención del Señor y ni hubo ninguna reprensión alguna. Al ver
Jesús la fe de ellos, dijo al paralítico:
Hijo, tus pecados te son perdonados (v. 5). El Señor enfoca primero el problema
espiritual. Y es que así debe ser,
primero lo eterno, la salvación y perdón de pecados. Ese debe ser el énfasis del mensaje de la
iglesia en Cristo hay perdón de pecados, salvación y vida eterna. Lo
interesante del caso, dentro del auditorio hay un grupo de escribas, los cuales cavilaban en sus corazones: ¿Por qué habla éste así? Blasfemias dice. ¿Quién puede perdonar pecados, sino sólo
Dios? (v. 6-7). Los escribas tienen
razón. Sólo Dios tiene la autoridad y
capacidad de perdonar pecados. Pero
ellos cuestionaban y rechazaban que Jesús fuese el Ungido e Hijo de Dios el
cual tenía las mismas prerrogativas divinas que Dios Padre (Juan 14:6-10).
Seguido al perdón de pecados, Jesús
enfoca la necesidad de sanidad en el paralítico. No sin antes, Jesús demuestra una vez mas su
divinidad al saber lo que los escribas tenían en sus pensamientos. Y
conociendo luego Jesús en su espíritu que cavilaban de esta manera dentro de sí
mismos, les dijo:…..¿Qué es más fácil, decir al paralítico: Tus pecados te son perdonados o decirle: Levántate, toma tu lecho y anda?. ¿Qué es más fácil? Un conocido escritor nos dice al
respecto. Sanar el cuerpo le bastó a
Jesús una simple orden de parte de su palabra autoritativa (Hebreos 1:3, quien sostiene todas las cosas con la
palabra de su poder). La sanidad del
paralítico requirió un solo momento. Por
el contrario, perdonar pecados, requirió la muerte y sufrimiento de Jesús en la
cruz del Calvario. Así que, el perdón de
pecados requirió la vida de Jesús. Jesús
demostró autoridad en ambos casos:
perdón de pecados y sanidad del cuerpo.
A ti te digo: Levántate, toma tu lecho, y vete a tu casa (v.
11).
Finalmente, Jesús me ama. Si su palabra era eficaz para sanar, también lo era para perdonar y todo ello se debe
sencillamente por amarnos. Romanos 5:8 dice, Mas Dios muestra su amor para
con nosotros, en que siendo aun pecadores, Cristo murió por nosotros. Su muerte en la cruz del Calvario se
debió todo por amor. El pecado es una
enfermedad que nos afecta a todos. La
única medicina eficaz viene a través del amor de Cristo. Jesús en este pasaje perdonó pecados y sanó
un paralítico. Su poder, autoridad y
divinidad de Jesús quedó evidenciada por medio de este maravilloso
milagro. ¿Cuál es nuestra carga de hoy
día? Vengamos donde Jesús y depositemos
nuestras cargas en Sus manos. Hebreos
13:8 afirma, Jesucristo es el mismo ayer, y hoy, y por lo
siglos. Para él no hay nada
imposible. Bendiciones a todos.
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