Administrando sabiamente nuestras finanzas (1
Timoteo 6:6-10).
Una de las mentiras que le ha dado resultado a
Satanás es: La clave de la felicidad está en poseer mas y mas y mas y entre
mas dinero y bienes materiales
acumulemos, nuestra vida tendrá mas sentido.
Jesús en Lucas 12:15 aclara, Mirad
y guardaos de toda avaricia, porque la vida del hombre NO consiste en la abundancia
de los bienes que posee. Avaricia es, el
afán de poseer muchas riquezas por el solo placer de atesorarlas sin compartir
con nadie. La avaricia es un deseo desordenado de poseer mas de lo que
necesitamos.
La inseguridad financiera es considerada la amenaza número 1 en las
familias de hoy. Lo vemos sencillamente
en la proliferación de loterías estatales.
Hay personas que hacen grandes viajes solo para comprar boletos de lotería
con la esperanza de ganar el premio mayor y según ellos salir de todos sus
problemas y nunca regresar a ellos. Viendo
una encuesta de personas que ha ganado el premio mayor es sumamente interesante
que la mayoría de ellos vuelven a quedar sin nada y en algunos casos mas
limitados que antes de ganar la lotería.
Cuando
hablamos de administrar, nos referimos a poner orden y organización en lo
referente a las finanzas. Proverbios
13:23 nos recuerda, En el barbecho de los pobres hay mucho pan,
mas se pierde por falta de juicio. Podemos
tener abundancia de bienes materiales sin embargo, éstas se perderán si no
somos buenos mayordomos o administradores de esos recursos. Lo primero que veremos y debemos saber para
administrar sabiamente nuestras finanzas es tener
contentamiento (1 Timoteo 6:6-8, Filipenses 4:11-12). Contentamiento es sentirse satisfecho, suficiente con lo que se tiene. Es reaccionar adecuadamente ante su
medio. Es hallar suficiencia en Cristo y
depender de él. Es estar contento o
satisfecho bajo cualquier circunstancia exterior. Creemos ahí inicia una sabia administración. Es aprender a estar satisfecho si solo
tenemos poco. Pablo nos dice, Pero gran ganancia es la piedad acompañada de
contentamiento ……No lo digo porque tenga escasez, pues he aprendido a
contentarme, cualquiera que sea mi situación (1 Timoteo 6:6, Filipenses
4:11). El contentamiento viene de Dios y
debemos aprender a vivir con esa actitud.
No caer en el grave error del consumismos innecesario endeudándonos todo
ello motivado por la falta de contentamiento.
El
segundo elemento es digamos no al amor al
dinero (1 Timoteo 6:10, Porque raíz
de todos los males es el amor al dinero).
Debemos aclarar que el dinero en sí no es malo. El apóstol nos dice que es el amor al dinero
la problemática a superar. Se vuelve
raíz cuando llegamos amar las posesiones sobre todas las cosas cayendo en la
avaricia (afán de poseer muchas riquezas por el solo placer de
aterosararlas sin compartir con nadie). Cuando caemos en esa corriente, a decir
verdad, nunca estaremos satisfechos con lo que tenemos y siempre querremos mas,
y mas y mas. A ello agregamos que no somos generosos. El rico insensato es un buen ejemplo de
ello. Lucas 12:16-19 nos dice la
reflexión hecha por este hombre lleno de posesiones, ….La heredad de un hombre había producido mucho….¿Qué haré, porque no
tengo dónde guardar mis frutos? ….Estos haré: derribaré mis graneros, y los
edificaré mayores, y allí guardaré todos mis frutos y mis bienes, y diré a mi
alma: Almas, muchos bienes tienes
guardados….repósate, come, bebe, regocíjate….El grave error de un hombre
que tiene su corazón en los bienes materiales es no tener un espíritu
generoso. En vez de pensar y decir,
bueno tengo muchos bienes los compartiré con aquellos que no tienen. Proverbios 11:24 dice, Hay quienes reparten, y les es añadido más, y hay quienes retienen más
de lo que es justo, pero vienen a pobreza.
Cuando amamos el dinero y las posesiones, creamos una falsa
sensación de seguridad en ellas (Prov. 23:5 dice, ¿Has de poner tus ojos en las riquezas, siendo ningunas? Porque se harán alas como alas de águila, y
volarán al cielo. Creemos que por
tener cierta cantidad de dinero en el banco es todo lo que necesitamos en la
vida. Cuidado con el engaño de las riquezas
y confiar nuestra seguridad en ellas.
Finalmente,
usando sabiamente nuestros recursos. Esto lo lograremos primero disciplinémonos en el ahorro (inicie hoy
mismo). Ahorra es separar una porción
razonable de sus ingresos para una necesidad futura. Acumular es: juntar tanto dinero como sea
posible para protegernos contra la adversidad imaginable en la vida. Proverbios 21:20 dice, En casa del sabio abundan las riquezas y el perfume, pero el necio todo
lo despilfarra. En Lucas 15:14
acerca de los graves errores que cometió el hijo pródigo es que cuando todo lo hubo malgastado despertó
a la realidad. Los amigos
desaparecieron. Vino una gran hambre y
no sabía trabajar. No tuvo la idea de
dejar algo ahorrado. Preparemos un
presupuesto real de ingresos y egresos.
Proverbios 22.17 dice, Hombre
necesitado será el que ama el deleite, y el que ama el vino y los ungüentos no
se enriquecerá. Llegamos a esto,
cuando vivimos solo por vivir, malgastando nuestros ingresos sin sabiduría
alguna y muchas veces no llegamos a fin de mes y andamos pidiendo prestado para
cubrir los gastos. Ajustemos nuestros
gastos por debajo de nuestros ingresos.
¡Gastemos menos, no importa cuánto ganemos! Los beneficios será entre otros: estabilidad financiera, enfrentaremos necesidad
inesperada y tendremos capacidad de apoyar la obra de Dios y bendecir a nuestro
prójimo. Así también, digamos no a la
esclavitud financiera haciendo uso correcto de las tarjetas de crédito. Proverbios 22:7 dice, El rico se enseñorea de los pobres, y el que toma prestado es siervo
del que presta. El problema básico de las deudas
especialmente por tarjetas de crédito radica cuando nos enfrascamos a vivir por
encima de nuestras reales posibilidades usando las tarjetas para completar esos
gastos. Un tema bíblico y razonable lo
encontramos en Proverbios 30:8, ….No me
des pobreza ni riqueza, mantenme del pan necesario. Aquí volvemos y recordamos el principio
descrito al inicio: Pablo nos dice, Pero gran ganancia es la piedad acompañada
de contentamiento ……No lo digo porque tenga escasez, pues he aprendido a
contentarme, cualquiera que sea mi situación (1 Timoteo 6:6, Filipenses
4:11). El contentamiento viene de Dios y
debemos aprender a vivir con esa actitud.
No caer en el grave error del consumismos innecesario endeudándonos todo
ello motivado por la falta de contentamiento. Debemos vivir con un presupuesto
real, no salirse de él y no sigamos usando las tarjetas para cubrir gastos
fijos (grave error).
A
modo de conclusión: no sigamos creyendo la mentira de Satanás que
la felicidad se encuentra en poseer mas, mas y mas y entre mas tenemos mas felices
seremos. Jesús nos hace ver otra
realidad en Lucas 12:15, Mirad, y guardaos de toda avaricia, porque la
vida del hombre NO consiste en la abundancia de los bienes que posee. Seamos buenos administradores de los
bienes recibidos. No sigamos siendo
esclavos de las deudas. Gastemos menos
no importa cuánto ganemos. Seamos
ahorrativos. Seamos generosos con Dios y con nuestro prójimo y recordemos: aprendamos a contentarnos, cualquiera sea
nuestra situación.
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