Mensaje a la iglesia de Filadelfia, retén lo que tienes (Apocalipsis
3:7-13).
Se corría agosto de 1941. Eran tiempos turbulentos sobre toda Europa y
en el campo de concentración de Auschwits, se habían escapado 1
prisionero. Las consecuencias eran
conocidas por todos. Diez de ellos
debían morir en el tanque del hambre.
Era una muerte lenta y horrible.
El comandante había escogido los diez prisioneros. Uno de ellos, grito, ¡mi pobre mujer! ¡mis pobres
niños! ¿Qué podrán hacer ellos? El comandante ordenó: ¡quítense
los zapatos! Todos tenían que
marchar descalzos a la muerte. De
pronto, uno de los reos salido de las fila de los prisioneros se dirige al
oficial nazi. Nunca se había visto algo
así. Esto era causa suficiente de
ejecución. ¿Qué quiere cerdo polaco? Exclamó el oficial nazi al
prisionero. El débil sacerdote habló
suave, calmadamente le respondió: Quisiera morir en lugar de unos de los
hombres que usted ha condenado. ¿Por
qué? Preguntó el oficial. Yo soy
un anciano, señor y no sirvo para nada. El
oficial nazi respondió: ¿En lugar de quién quiere morir? El prisionero respondió: Por
aquel, señalando hacia el prisionero que lloraba por su mujer e hijos.
Durante varios días, se escuchaban cánticos dentro del tanque. Cada día se suponía debía recogerse el cubo
donde orinaban para vaciarlo. Pero cada
día el cubo estaba vacío. Ellos mismos
se tomaban la orina, en un esfuerzo inútil por apagar la sed. El 14 de agosto de 1941, después de varios
días en el tanque del hambre, todavía quedaban vivos cuatro prisioneros. Debido a que necesitaba vaciarse, un médico
alemán, descendió por la escalera con cuatro jeringas en sus manos. Cuando abrió la puerta, el médico alemán y los
soldados alemanes vieron al sacerdote Maximiliano Kolbe hecho un esqueleto
viviente, de pie recostado a una
pared. Su cabeza un tanto reclinada. Tenía algo así como una sonrisa en sus labios
y sus ojos completamente abiertos, fijos en una visión lejana. No se movió. El doctor inyectó la
jeringa. En solo segundos, Maximiliano
Kolbe había muerto. Kolbe decía: la santidad no es un lujo, sino un deber….la
cruz de Cristo ha triunfado sobre sus enemigos en todas las edades. Oro para ser fiel hasta el último día.
Filadelfia significa amor
fraternal. Junto con la iglesia de
Esmirna, no recibe ningún tipo de reproche por parta del Señor Jesús. Retener es, conservar algo, sujetar, guardar algo para sí. Lo primero que vemos en este mensaje, es la
identificación del Señor Jesús como El Santo, el Verdadero, el que tiene la llave
de David, el que abre y ninguno cierra, y cierra y ninguno abre (v.
7). Dios como Dios santo nos llama
también a un mismo estilo de vida. En
Levítico 11:44-45 encontramos, Porque yo
soy Jehová vuestro Dios, vosotros por tanto os santificaréis, y seréis santos,
porque yo soy santo….Porque yo soy Jehová, que os hago subir de la tierra de
Egipto, para ser vuestro Dios, seréis, pues, santos, porque yo soy santo. Esta misma afirmación la encontramos en 1
Pedro 1.15-16, sino, como aquel que os llamó es santo, sed también
vosotros santos en toda vuestra manera de vivir, porque escrito está: Sed santos, porque yo soy santo. Bíblicamente el término santo significa
sencillamente apartado o separado para
Dios. Es un llamado a un estilo de
vida diferente al molde del mundo y que glorifique a nuestro Dios en lo que
somos y hacemos. Seguidamente vemos la
oportunidad que Dios permite a la iglesia de Filadelfia para predicar el
evangelio. He puesto delante de ti una puerta abierta…(v. 8). El compartir el evangelio así como un
privilegio es una responsabilidad de todo hijo de Dios. No es exclusivo de pocos. La iglesia es la institución que Dios ha
delegado para llevar esa labor. Aunque
la iglesia de Filadelfia era pequeña, Cristo dice de ella, porque aunque tienes poca fuerza….(v. 8), cuando se trata de llevar el evangelio o de
hacer la labor espiritual de extender el Reino de Dios, no se trata de hacerlo
con una muchedumbre, con Dios no es necesario eso. Zacarías 4:6 dice, ….no es con ejército ni con fuerza, sino con mi Espíritu, ha dicho
Jehová de los ejércitos. Jesús agrega
un elogio para la iglesia de Filadelfia, has
guardado mi palabra, y no has negado mi nombre (v. 8). Todo ello es sinónimo de obediencia. Sin ella estamos en rebeldía contra el
Señor. 1 Samuel 16:22 nos recuerda,….ciertamente el obedecer es mejor que los
sacrificios, y el prestar atención que la grosura de los carneros. Es un llamado a la lealtad a nuestro
Dios. Una iglesia obediente testifica,
tiene paciencia, es leal, comprometida, comparte la palabra, no se avergüenza
del evangelio etc.
Debemos
enfrentar las adversidades con discernimiento y fortaleza (v. 9-10). He aquí
yo entrego de la sinagoga de Satanás a los que se dicen ser judíos y no lo son,
sino que mienten…Hoy mas que nunca la iglesia y el creyente en general
debemos tener y aplicar el don del discernimiento. Es la capacidad espiritual
de separar lo verdadero de la falso. La iglesia está siendo invadida por una
avalancha de falsas enseñanzas. Dice 2
Pedro 2:1, Pero hubo también falos
profetas entre el pueblo, como habrá entre vosotros falsos maestros, que
introducirán encubiertamente herejías destructoras…..todo este tipo de
corrientes han venido a crear confusión dentro de la iglesia. Sepamos filtrar todo a través de la Palabra
de Dios. Otro elemento es tener
fortaleza al momento de la prueba (v. 10).
Yo también te guardaré de la hora
de la prueba que ha de venir sobre el mundo entero….Aquí Jesús se refiera a
la prueba final en la Gran Tribulación.
Cristo mismo afirma que como iglesia no sufrirá este tiempo donde se
experimentará situaciones como nunca.
Pero también debemos entender que mientras tanto, hay muchos creyentes
en todo el mundo que experimentan el sufrimiento. Debemos saber descansar en Sus promesas que
nuestro Dios nos ayudará y dará también la salida a esos momentos adversos
(Salmos 46:1-2).
Finalmente,
no permitamos que nadie tome nuestra corona, por lo tanto, retén lo que tienes (v. 11).
Es un llamado a la fidelidad y sabia mayordomía de nuestros dones y
talentos, tiempo, servicio, recursos etc.
Todo lo que somos y tenemos ponerlo a los píes del Señor y le
glorifiquemos en todo lo descrito. El v.
12, hay un llamado a ser vencedores así como Cristo lo es (Romanos 8:37). Sin duda alguna ¡Cristo viene pronto! Como
iglesia debemos vivir esa esperanza y realidad de forma expectante y no
dormirnos. No descuidemos nuestra
relación personal con Cristo. No
descuidemos nuestro servicio en la obra del Señor y seamos así, un pueblo obediente. Oro
para ser fiel hasta el último día.
Fueron las palabras de Maximiliano Kolbe. Que sean las nuestras también. Bendiciones a todos.