lunes, 6 de junio de 2016

No dejemos nuestro primer amor (Apocalipsis 2:1-7)

No dejemos nuestro primer amor (Apocalipsis 2:1-7)
Jesús en Apocalipsis 2-3, describe una serie de peligros permanentes que la iglesia ha enfrentado, enfrenta y seguirá enfrentando.  El pastor René Peñalba en su libro VII Peligros Supremos nos dice,   Pareciera que el cristianismo evangélico atraviesa por una de sus mejores y más gloriosas etapas, a juzgar por el exacerbado triunfalismo que vemos por doquier.  Por los cuatro puntos cardinales se habla de victoria sobre el enemigo, de gran bendición corriendo en el Cuerpo de Cristo, de la unción del Espíritu Santo, y de un gran avivamiento por todo el mundo.  Pero, ¡atención!....Sin pretender echar un cubo de aguda fría sobre el entusiasmo del Pueblo de Dios, propongo que debemos cuidarnos….Sí debemos cuidarnos….Estamos muy de acuerdo con la propuesta del pastor Peñalba.  La iglesia debe estar atenta a estos peligros que son latentes en la vida de la iglesia de siempre.
            Efeso, era la ciudad mas importante del Asia Menor (Turquía de hoy).  Era la sede del Templo a la diosa Artemisa o Diana (Hechos 19:27, 34-35).  Según la mitología, era una hermosa cazadora virgen.  Se creía haber caído del cielo.  Su templo está entre las siete maravillas del mundo antiguo y orgullo de los efesios.  Efeso, significa deseado.  El apóstol Pablo fundó esta iglesia (Hechos 18:19-21, 20:31).  En el año 431 se define el dogma católico sobre la divinidad de la virgen María.
            Cada mensaje en estos dos capítulos de Apocalipsis (2-3), están dirigidos al ángel de la Iglesia (2:1, 8, 12, 18, 3:1, 7, 14).  ¿Quién es el ángel de la iglesia?  Mucho se ha escrito al respecto.  La opinión mas generalizada sostiene que el ángel puede ser el pastor o los lideres de la iglesia.  Sin embargo, debemos tomar la exhortación como para toda la congregación en general.  En el v. 1, así mismo, Jesús se describe como el que tiene las siete estrellas en su diestra, el que anda en medio de los siete candeleros de oro.  Estrellas y candeleros encontramos el significado de ambas figuras en Apocalipsis 1:20.  Las estrellas son los ángeles y los candeleros son las iglesias.  Notemos que las estrellas están en la diestra de Jesús.  Nuestras vidas están sostenidas y escondidas por Cristo mismo, Señor y Salvador.  Salmos 63:7-8 dice, Porque has sido mi socorro, y así en la sombra de tus alas me regocijaré.  Está mi alma apegada a ti, tu diestra me ha sostenido.  Así también, Jesús anda en medio de los candeleros.  Anda es una acción continua en actitud vigilante y que ejerce control y autoridad sobre la iglesia.  Por lo tanto, no ignoremos la presencia de Cristo en la iglesia y en medio de nuestras vidas. 
            En los versículos 2-3, Jesús alaba el celo doctrinal de la iglesia de Efeso.  Primero lo hace afirmando su omnisciencia.  Yo conozco…nada escapa al ojo del Señor Jesús.  Tenerlo muy presente.  Tus obras, y tu arduo trabajo….y has trabajado arduamente…Efeso era una iglesia laboriosa hasta el agotamiento.  Quizá aquí en la tierra no se nos reconoce lo que hacemos, pero al ojo del Señor nada escapa (Hebreos 6:10, 1 Cor. 15:58).  La mejor recompensa y la que sí vale la pena nos la dará el Señor.  Mateo 25:21, 23 lo recuerda así,  Bien, buen siervo y fiel, sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré, entra en el gozo de tu señor.    Jesús también conoce de Efeso, tu paciencia…Es un fruto del ES (Gálatas 5:22).  Es la actitud de enfrentar las adversidades de la vida con perseverancia, no quejándose.  Vivimos en medio de una sociedad donde se ha perdido la paciencia.  Estamos en la era de lo instantáneo.  Todo lo queremos ¡ya!  Has sufrido, y has tenido paciencia, y has trabajado arduamente….
            Pero Efeso también era una iglesia celosa en la pureza doctrinal.  No soportas a los malos…. Era una iglesia que no toleraba el pecado ni tampoco las prácticas religiosas de la diosa Diana.  Soportar es aguantar una carga. Habían resistido la influencia de malas doctrinas.  Has probado a los que se dicen ser apóstoles y no lo son, y los has hallado mentirosos.  Probado es examinar.  El don del discernimiento muy necesario hoy día (1 Juan 4:1).  Es pertinente que esta situación del espíritu apostólico falso no es nada nuevo. Como vemos, desde tiempos antiguos se ha mantenido esta pretensión de ser incluido en este don y ministerio que según la Biblia es exclusivo.  Veamos a continuación los requisitos bíblicos para ser considerado un apóstol:
            1.  Nombrado directamente por Jesús (Marcos 3:14, Hechos 10:41, Gálatas 1:1).
            2.  Testigo ocular del Cristo resucitado (Hechos 1:21-26, 1 Cor. 9:1, 15:5-8).
            3.  Ser enviado personalmente por Jesús (Mateo 10:17, Hechos 1:24-26).
            4.  Autenticar su llamado apostólico con señales milagrosas (2 Cor. 12:12).
            El presente artículo, no trata en ningún momento entrar en controversias con nadie, sino mas bien, tratar de ser fieles a la exposición bíblica sin adulterarla y ser sensibles al llamado que Jesús hace a la iglesia de Efeso y a la iglesia en general. 
            El reclamo que Jesús hace a esta iglesia es de haber dejado su primer amor (v. 4).  Aunque llena de activismo, buenas obras, celo doctrinal, esfuerzo y paciencia, Efeso había caído en una frialdad.  Todo se hacia por rutina, costumbre, el amor estaba ausente.  Es importante hacernos la reflexión, ¿por qué hacemos lo que hacemos?   De nada sirve tanto conocimiento teológico sin amor (Mateo 23:3-5).  Hay una serie de llamado de atención en cuanto al amor.  Por ejemplo: 
            1.  La importancia del amor (1 Cor. 13:13, Y ahora permanecen la fe, la esperanza y el amor, estos tres, pero el mayor de ellos es el amor).
            2.  El amor sea sin fingimiento (Romanos 12:9).
            3.  Todo sea hecho con amor (1 Cor. 16:14).
            4.  Servirnos por amor unos con otros (Gálatas 5:13).

            Finalmente el mandato de Jesús para Efeso y nosotros hoy día es sencillo:  arrepiéntete, y haz las primeras obras (v. 5).  Arrepentirse es cambiar de dirección, de mente y actitud.  Hacer las obras motivadas por amor.  Vemos una hermosa promesa, Al que venciere….(v. 7).  Somos llamados a ser vencedores por medio del amor.  Vale la pena el esfuerzo.  Bendiciones a todos. 

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