Cuando Dios cuida de nosotros
(Mateo 6:25-34).
Todos en la vida mas de alguna
vez hemos sentido miedo a algo. El temor
en nosotros produce: falta de confianza
en Dios (Marcos 4:38, Maestro, ¿no tienes
cuidado que perecemos?). Produce
dudas, vacilaciones y hasta enojo.
Produce perdida de control.
Afecta nuestra memoria. El pueblo
de Israel en el desierto es un buen ejemplo de cómo muy pronto olvidaron cómo
Dios había cuidado de ellos en la salida de Egipto y durante los 40 años en el
desierto. El Salmo 78:18-20 dice, Se les metió en la cabeza poner a prueba a
Dios, y pidieron comida a su antojo.
Hablaron mal de Dios, y hasta llegaron a decir: Aquí en el desierto Dios no puede darnos de
comer. Es verdad que golpeó una piedra y
que hizo que brotaran grandes torrentes de agua ¡pero no podrá
alimentarnos! ¡No podrá
alimentarnos! ¡No va a poder darnos
carne! (TLA). No seamos duros
juzgando al pueblo de Israel, nosotros hoy día hacemos lo mismo. Nos olvidamos de la fidelidad de Dios y nos
llenamos de temor. Jesús usa con mucha
frecuencia en los evangelios la expresión:
No temas. Y eso es para nosotros hoy día.
No
debemos caer en la preocupación. La
preocupación es, ocuparse anticipadamente
de algo que muchas veces no ocurrirá. Sabía
usted que del 100% de nuestras preocupaciones solo el 8% suceden. La ansiedad o preocupación es una actitud
negativa que escogemos. Dios no nos
impone caer en ella. Todo lo contrario,
nos quiere liberar de ella confiando en Sus promesas. La preocupación no elimina la aflicción del
mañana y nos quita la fuerza del día de hoy.
Lucas 8:14 dice, La que cayó entre
espinos, éstos son los que oyen, pero yéndose son ahogados por los afanes y los
riquezas y los placeres de la vida, y no llevan fruto. Las estadísticas nos muestran que durante
la II Guerra Mundial murieron en combate 250,000 soldados norteamericanos. En
es mismo periodo, murieron unos 2 millones de personas de enfermedades
cardiacas. Favor considerar que Dios
permite las situaciones adversas en la vida no para obstaculizarnos sino mas
bien para que maduremos. Madurar lleva
su tiempo. No hay madurez instantánea.
En
el pasaje citado, Jesús por lo menos repite tres veces la expresión: No
os afanéis (v. 25)….No os afanéis….(v.
31)….Así que, no os afanéis ….(v.
34). Eso nos indica un énfasis en la prohibición de no afanarnos o
preocuparnos. Cuando caemos en esa
experiencia podemos mencionar muchas razones.
Por ejemplo una de ellas, falta de
fe. Mateo 6:32 nos dice, ….pero vuestro Padre celestial sabe
que tenéis necesidad de todas estas cosas.
Las áreas de comer, beber y vestirse son básicas en nuestras
necesidades diarias. En tiempos de Jesús
estos tres elementos sí eran motivos de preocupación constante. Las hambrunas eran muy frecuentes debido a la
escasez de agua. Tener varios vestidos y
proveerles a la familia no era muy fácil debido a la situación económica de la
mayoría de las familias. Muchos era muy pobres.
El preocuparnos muchas veces no tiene sentido. Jesús agrega, ¿Y quién de vosotros podrá, por mucho que se afane, añadir a su
estatura un codo? (v. 27). La idea
es tratar de prolongar días a nuestra vida.
Job 14:5 dice, Ciertamente sus
días están determinados, y el número de sus meses está cerca de ti, le pusiste
límites, de los cuales no pasará. Ya
Dios soberanamente ha determinado los días de nuestra vida y el afán por
extenderla será algo sin sentido y sin fruto alguno. Del 100% de nuestras preocupaciones muchas
veces el 8% son legítimas el resto no tienen fundamento.
Debemos
confiar en su provisión divina y sobrenatural.
Para ello, debemos tener presente la fidelidad de Dios. El pueblo de Israel es un buen ejemplo de
ello. Milagrosamente Dios proveyó de todas
sus necedades, sin embargo no lo notaron.
Deuteronomio 8:3-4 dice, ….te
sustentó con maná, comida que no conocías tu, ni tus padres la habían
conocido….Tu vestido nunca se envejeció sobre ti, ni el pie se te ha hinchado
en estos cuarenta años. Josué 5:11-12
agrega, Al otro día de la pascua comieron
del fruto de la tierra….Y el maná cesó el día siguiente desde que comenzaron a
comer del fruto de la tierra, y los hijos de Israel nunca mas tuvieron maná
sino que comieron de los frutos de la tierra de Canaán aquel año. Dios siempre nos sorprenderá. Les proveyó agua de una roca y la comida del
cayó del cielo. Aún así, el pueblo tuvo
una actitud de murmuración, reclamo y falta de contentamiento. No tuvieron presente la fidelidad de Dios y
lo olvidaron muy pronto. Una decisión a
tomar urgentemente es priorizar nuestra
vida. Mateo 6:33, Mas buscad primeramente el reino de Dios y
su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas. Priorizar es dar preferencia en la
vida. Es anteponer. Es dar preferencia a aquellas que nos dan
mayor beneficio. El Salmos 73:28 nos recuerda, Pero en cuanto a mi, el acercarme a Dios es el bien. Nosotros somos los mayores beneficiados
cuando le ponemos como prioridad en nuestras vidas. Jesús nos dice que debemos buscar primeramente (debe ser prioridad) el
reino de Dios y su justicia.
Finalmente,
recordemos que Dios sigue en control (así que no hay necesidad de
preocuparnos). Salmos 50:15 dice, Invócame en el día de la angustia, te
libraré, y tú me honrarás. No
tenemos ninguna razón de dudar del amor de Dios. Isaías 41:13 dice, Porque yo Jehová soy tu Dios, quien te sostiene de tu mano derecha, y
te dice: No temas, yo te ayudo. Grande o pequeña, Dios tiene control
absoluto. Nada escapa a su control ni
nada le sorprende. Nuestro reto, Porque por fe andamos, no por vista (2
Cor. 5:7). Lo mas seguro es caminar
viendo las cosas. Pero cuando andamos
siendo dirigidos por los controles de Dios es diferente. Dios nos pide vivir así. Proverbios 3:5-6 dice, Fíate de Jehová de todo tu
corazón, y no te apoyes en tu propia prudencia.
Reconócelos en todos tus caminos, y él enderezará tus veredas. Así que, recordemos que Dios siempre,
siempre y siempre cuida de nosotros por lo tanto, alejemos de nuestra vida todo
temor. Bendiciones en sus vidas.
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