lunes, 24 de octubre de 2016

Cuando Dios cuida de nosotros (Mateo 6:25-34).

Cuando Dios cuida de nosotros (Mateo 6:25-34).
Todos en la vida mas de alguna vez hemos sentido miedo a algo.  El temor en nosotros produce:  falta de confianza en Dios (Marcos 4:38, Maestro, ¿no tienes cuidado que perecemos?).  Produce dudas, vacilaciones y hasta enojo.  Produce perdida de control.  Afecta nuestra memoria.  El pueblo de Israel en el desierto es un buen ejemplo de cómo muy pronto olvidaron cómo Dios había cuidado de ellos en la salida de Egipto y durante los 40 años en el desierto.  El Salmo 78:18-20 dice, Se les metió en la cabeza poner a prueba a Dios, y pidieron comida a su antojo.  Hablaron mal de Dios, y hasta llegaron a decir:  Aquí en el desierto Dios no puede darnos de comer.  Es verdad que golpeó una piedra y que hizo que brotaran grandes torrentes de agua ¡pero no podrá alimentarnos!  ¡No podrá alimentarnos!  ¡No va a poder darnos carne! (TLA).  No seamos duros juzgando al pueblo de Israel, nosotros hoy día hacemos lo mismo.  Nos olvidamos de la fidelidad de Dios y nos llenamos de temor.  Jesús usa con mucha frecuencia en los evangelios la expresión:  No temas.  Y eso es para nosotros hoy día.
            No debemos caer en la preocupación.  La preocupación es, ocuparse anticipadamente de algo que muchas veces no ocurrirá.  Sabía usted que del 100% de nuestras preocupaciones solo el 8% suceden.  La ansiedad o preocupación es una actitud negativa que escogemos.  Dios no nos impone caer en ella.  Todo lo contrario, nos quiere liberar de ella confiando en Sus promesas.  La preocupación no elimina la aflicción del mañana y nos quita la fuerza del día de hoy.  Lucas 8:14 dice, La que cayó entre espinos, éstos son los que oyen, pero yéndose son ahogados por los afanes y los riquezas y los placeres de la vida, y no llevan fruto.  Las estadísticas nos muestran que durante la II Guerra Mundial murieron en combate 250,000 soldados norteamericanos. En es mismo periodo, murieron unos 2 millones de personas de enfermedades cardiacas.  Favor considerar que Dios permite las situaciones adversas en la vida no para obstaculizarnos sino mas bien para que maduremos.  Madurar lleva su tiempo.  No hay madurez instantánea. 
            En el pasaje citado, Jesús por lo menos repite tres veces la expresión:   No os afanéis (v. 25)….No os afanéis….(v. 31)….Así que, no os afanéis ….(v. 34). Eso nos indica un énfasis en la prohibición de no afanarnos o preocuparnos.  Cuando caemos en esa experiencia podemos mencionar muchas razones.  Por ejemplo una de ellas, falta de fe.   Mateo 6:32 nos dice, ….pero vuestro Padre celestial sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas.  Las áreas de comer, beber y vestirse son básicas en nuestras necesidades diarias.  En tiempos de Jesús estos tres elementos sí eran motivos de preocupación constante.  Las hambrunas eran muy frecuentes debido a la escasez de agua.  Tener varios vestidos y proveerles a la familia no era muy fácil debido a la situación económica de la mayoría de las familias. Muchos era muy pobres.  El preocuparnos muchas veces no tiene sentido.  Jesús agrega, ¿Y quién de vosotros podrá, por mucho que se afane, añadir a su estatura un codo? (v. 27).  La idea es tratar de prolongar días a nuestra vida.  Job 14:5 dice, Ciertamente sus días están determinados, y el número de sus meses está cerca de ti, le pusiste límites, de los cuales no pasará.  Ya Dios soberanamente ha determinado los días de nuestra vida y el afán por extenderla será algo sin sentido y sin fruto alguno.  Del 100% de nuestras preocupaciones muchas veces el 8% son legítimas el resto no tienen fundamento.
            Debemos confiar en su provisión divina y sobrenatural.  Para ello, debemos tener presente la fidelidad de Dios.  El pueblo de Israel es un buen ejemplo de ello.  Milagrosamente Dios proveyó de todas sus necedades, sin embargo no lo notaron.  Deuteronomio 8:3-4 dice, ….te sustentó con maná, comida que no conocías tu, ni tus padres la habían conocido….Tu vestido nunca se envejeció sobre ti, ni el pie se te ha hinchado en estos cuarenta años.  Josué 5:11-12 agrega, Al otro día de la pascua comieron del fruto de la tierra….Y el maná cesó el día siguiente desde que comenzaron a comer del fruto de la tierra, y los hijos de Israel nunca mas tuvieron maná sino que comieron de los frutos de la tierra de Canaán aquel año.  Dios siempre nos sorprenderá.  Les proveyó agua de una roca y la comida del cayó del cielo.  Aún así, el pueblo tuvo una actitud de murmuración, reclamo y falta de contentamiento.  No tuvieron presente la fidelidad de Dios y lo olvidaron muy pronto.  Una decisión a tomar urgentemente es priorizar nuestra vida.  Mateo 6:33, Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.  Priorizar es dar preferencia en la vida.  Es anteponer.  Es dar preferencia a aquellas que nos dan mayor beneficio. El Salmos 73:28 nos recuerda, Pero en cuanto a mi, el acercarme a Dios es el bien.  Nosotros somos los mayores beneficiados cuando le ponemos como prioridad en nuestras vidas.  Jesús nos dice que debemos buscar primeramente (debe ser prioridad) el reino de Dios y su justicia. 

            Finalmente, recordemos que Dios sigue en control (así que no hay necesidad de preocuparnos).  Salmos 50:15 dice, Invócame en el día de la angustia, te libraré, y tú me honrarás.  No tenemos ninguna razón de dudar del amor de Dios.  Isaías 41:13 dice, Porque yo Jehová soy tu Dios, quien te sostiene de tu mano derecha, y te dice:  No temas, yo te ayudo.  Grande o pequeña, Dios tiene control absoluto.  Nada escapa a su control ni nada le sorprende.  Nuestro reto, Porque por fe andamos, no por vista (2 Cor. 5:7).  Lo mas seguro es caminar viendo las cosas.  Pero cuando andamos siendo dirigidos por los controles de Dios es diferente.  Dios nos pide vivir así.  Proverbios 3:5-6 dice,   Fíate de Jehová de todo tu corazón, y no te apoyes en tu propia prudencia.  Reconócelos en todos tus caminos, y él enderezará tus veredas.  Así que, recordemos que Dios siempre, siempre y siempre cuida de nosotros por lo tanto, alejemos de nuestra vida todo temor.   Bendiciones en sus vidas. 

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