lunes, 28 de noviembre de 2016

Principios de evangelismo (Juan 4:1-10)

Principios de evangelismo (Juan 4:1-10).
Uno de los cuadros mas conmovedores sobre la vida de nuestro Señor Jesús, es el de Juan 4.  Aunque es el único evangelio que lo relata, el escritor sagrado utiliza 42 versículos.  En una manera sencilla y tranquila conversación, Jesús se identifica con esta mujer como el Mesías (v. 25-26).  Dentro de la variedad de temas, podemos nombrar el amor y compasión que el Señor demuestra hacia esta mujer con un pasado escandaloso.  Sin embargo a pesar de ello, el amor de Dios le alcanza.  Esto debe ser un motivo de reflexión para la iglesia de hoy. Muchos de nosotros como pastores, somos selectivos con el tipo de personas que deseamos vengan a nuestras iglesias.  Personas con pasados como esta mujer, sin duda alguna no son bienvenidas.  Cristo nos da un ejemplo que debemos tener muy en cuenta.
            El primer principio que debemos considerar es que debemos aprovechar todo momento.  Juan describe la decisión de Jesús, Y le era necesario pasar por Samaria (v. 4).  Debido al rechazo entre judíos y samaritanos, los primeros evitaban cruzar el territorio de Samaria.  Los samaritanos era una mezcla de judíos con no judíos.  Durante el tiempo de la cautividad babilónica (70 años que fueron deportados a Babilonia), el reino del norte fue poblado por personas venidas de Asiria.  Ellos junto con los que habían quedado en Samaria, se mezclaron.  El resultado de esa mezcla son los samaritanos.  Aunque no habían buenas relaciones entre ambos pueblos, Jesús debía tener una plática con esta mujer.  Y estaba allí el pozo de Jacob.  Entonces Jesús cansado del camino, se sentó así junto al pozo.  Era como la hora sexta (v. 6).  Favor tengamos en cuenta que era el mediodía.  No era la mejor hora y lugar para llevar el mensaje de salvación (opinión de muchos).  Sin embargo, Jesús nos demuestra que debemos aprovechar todo momento.  Para nuestra conveniencia, estar cansado, con tremendo calor, lo mejor era tomar agua y buscar un buen lugar para descansar.  No era el momento de hablar de temas espirituales.  A modo de reflexión, ¿cuándo fue la última vez que alguien conoció a Cristo por medio nuestro?  Sepamos aprovechar todo momento.
            Segundo, evangelizar no es juzgar a las personas.  Después de cruzar algunas palabras, ella dice, No tengo marido, Jesús le dijo:  Bien has dicho:  No tengo marido, porque cinco maridos has tenido, y el que ahora tienes no es tu marido, esto has dicho con verdad (v. 17-18).  Una  mujer que ha tenido cinco divorcios y con el que vive no es su esposo, a decir verdad no son bienvenidas.  Sin embargo, esta mujer con su pasado, nos representa a todos.  No todos tenemos divorcios o algo parecido.  Sin embargo, muchos tenemos cosas que podemos avergonzarnos.  Jesús no emite ninguna palabra de juicio condenatorio contra ella.  Las palabras de juicio son las armas verbales más destructoras. Jesús pudo condenar esta mujer.  Pudo descalificarla, menospreciarla y cerrarle la puerta de la gracia.  Como iglesia, somos llamados a consolar, estimular las vida de los demás.  Jesús nos enseña cómo tratar a los no creyentes con pasados complicados. Nos recordamos en nuestro país, hermanos bien intencionados que predicaban en el parque Central de la capital.  Como dijimos, bien intencionados pero mostrando una expresión en su cara de muy enojados y con un mensaje que nos mandaba el infierno a todos.  No había amor, compasión ni misericordia.  La actitud, era hacernos sentir mal a los oyentes.  Era un mensaje sin contenido de la gracia que vemos en Cristo al hablar con  esta mujer pecadora.  El Señor nos enseña tratar con amor, sabiduría y sensibilidad al que está alejado de Dios.  Recordemos Juan 3:17, Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él.  Siempre en Juan 8:11 vemos las palabras de Jesús a la mujer sorprendida en el mismo acto de adulterio, ….Jesús le dijo:   Ni yo te condeno, vete, y no peques más.  Evangelizar es hacer ofertas de cambios:  la oferta del perdón, es sanar las heridas (el buen samaritano,  Lucas 10:33-34).  Es mostrar empatía (identificarse con las necesidades de los demás).  Evangelizar es ofrecer un mejor estilo de vida.  Pablo en 2 Cor. 5:17 nos recuerda, De modo, que si alguno está en Cristo, nueva criatura es, las cosas viejas pasaron, he aquí todas son hechas nuevas.

            Finalmente, es aclarar dudas….pero con amor.  Esta mujer tiene dudas teológicas.  ¿Dónde se debe adorar a Dios?  Con amor y paciencia, Jesús le aclara y responde su duda.  Mujer, créeme, que la hora viene cuando ni en este monte ni en Jerusalén adoraréis al Padre (v. 21).  El lugar no será importante.  Lo importante en la adoración no es tanto el estilo sino mas bien la actitud del corazón.  Lo importante es adorar en espíritu y en verdad.  Al final de la conversación nos damos cuenta por qué era necesario que Jesús pasase por Samaria.  Una mujer con pasado escandaloso, debía conocer al Mesías y llevar el mensaje de salvación a los rechazados y hasta odiados samaritanos.  ¡Qué lejos estamos del modelo de Jesús!  Aprendamos de estos principios y hagamos los ajustes necesarios para llevar el mensaje de salvación a todo aquel que lo necesite.  Bendiciones a todos. 

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