Respondiendo al llamado de Dios
(Mateo 9:35-38).
Las vidas de los grandes
misioneros de la iglesia, son motivo de ejemplo, valentía, dedicación y
sacrificio donde dejaron todo, por obedecer el llamado que Dios les hizo en su
momento. Veamos brevemente dos de ellos.
Guillermo
Carey:
1. Se le llama el padre de las misiones
modernas. Misionero inglés a la India
por 40 años. Viajó a ese país en 1793.
2. Su viaje duró 5 meses y su ministerio fue
sumamente difícil. Durante sus primeros
siete años no hubo ningún hindú convertido al cristianismo.
3. Supervisó y editó las Escrituras en 36
diferentes idiomas.
4. Su esposa Dorothy sufrió deterioro mental y
murió en 1807. Uno de sus hijos murió al
solo llegar a la India creando mayor dificultad a la vida familiar.
Hudson
Taylor:
1. Misionero inglés a la China por 51 años.
2. Tomó la costumbre de usar vestimenta de los
chinos para identificarse con ellos.
3. Tuvo la capacidad de predicar en muchas de
las variedades del idioma chino incluyendo el mandarín. Tradujo el Nuevo Testamento al dialecto
Ningbó.
4. Debido a las dificultades ministeriales,
Hudson y su esposa María, en 1870 toman la decisión de enviar sus tres hijos
mayores de regreso a Inglaterra. Ese
mismo año, debido al cólera ella muere.
En 1871 la salud de Hudson Taylor se ve afectada, debe regresar a
Inglaterra para recuperarse. Murió en
1905.
Cuando
leemos la historia de estos dos grandes hombres de Dios, notamos en ellos,
obediencia, valor, esfuerzo, sacrificio y amor por los perdidos. ¿Acaso nosotros tenemos un llamado menor al
de ellos? Nuestra respuesta firme, clara
y en alta voz es que ¡no, de ninguna manera!
Dios también nos ha llamado y debemos obedecer ese llamado.
Primero,
seamos parte de los obreros obedientes. En
Mateo 9:36-38, se describe el ministerio de Jesús. Y al
ver las multitudes, tuvo compasión de ellas, porque estaban desamparadas y
dispersas como ovejas que no tienen pastor.
A la verdad la mies es mucha, mas los obreros pocos. Rogad, pues, al Señor de la mies, que envíe
obreros a su mies. Compasión es tener afecto y empatía por los demás. La empatía consiste en identificarse con las necesidades de los demás. Como iglesia tenemos un mensaje que dar a un
mundo sin dirección. Jesús vio en las
personas como ovejas desamparadas y
dispersas. Estas dos últimas
palabras significan, cansadas, sin ánimo,
desaliento. Es alguien que ha luchado
contra el pecado, ha resistido el embate de insulto. Es alguien falto de esperanza. Una persona abatida. Debido a lo anterior, Jesús pide a sus
discípulos orar a Dios Padre que envíe mas obreros para llevar el mensaje de
aliento y esperanza a un mundo desalentado y falto de esperanza. La visión de Cristo es amplia, la mies es mucha. Nuestra respuesta a ese llamado es ser
obedientes e ir para ser parte de esa gran cosecha de almas.
Segundo,
seamos sabios en el manejo del tiempo (2
Timoteo 4:2). Tú anuncia el mensaje de Dios en todo momento. Anúncialo, aunque ese momento no parezca ser
el mejor (TLA). Vivimos tiempos peligroso. Debido a ello, Pablo en Efesios 5:15-16 nos
dice, Mirad, pues, con diligencia cómo
andéis, no como necios sino como sabios, aprovechando bien el tiempo, porque
los días son malos. El verbo mirad, indica que usted y yo, debemos
observarnos cómo vivimos, cómo nos conducimos a diario. Diligencia significa precisión, ser minucioso. Lo
mas valioso que tenemos es el tiempo y muchos no lo estamos invirtiendo
bien. Aprovechar es invertir o emplear. Como
hemos dicho, el tiempo jamás se recupera.
Por ello, seamos sabios cómo lo estamos usando. ¿Cuánto tiempo invertimos en anunciar el
mensaje de Dios? ¿Cuándo fue la última
vez que habló de Cristo con alguien? La
iglesia del I siglo en su primera persecución
Lucas describe en Hechos 8:4 cómo responden: Pero
los que fueron esparcidos iban por todas partes anunciando el evangelio (las
buenas nuevas de salvación). Así que,
sepamos aprovechar bien el tiempo.
Tercero,
seamos conscientes de la necesidad espiritual
actual (2 Timoteo 4:3). Porque llegará el tiempo en que la gente no
querrá escuchar la buena enseñanza. Al
contrario, querrá oír enseñanzas diferentes.
Por eso buscará maestros que le digan lo que quiere oír (TLA). El mundo tiene una urgencia de escuchar el
mensaje de buenas nuevas. La iglesia
tiene ese mensaje que dar. Llegará el
momento que la gente no querrá escuchar el mensaje. Veamos algunas estadísticas:
1. Ocho de cada diez personas se identifican con
algún grupo religioso.
2. En el mundo somos unos 2,200 millones de
cristianos, unos 1,600 millones de musulmanes, unos 1,100 millones sin ninguna
afiliación, unos 1,000 millones de hinduistas, unos 500 millones de budistas y
unos 14 millones de judíos.
3. Según la proyección de crecimiento, para el
año 2050, 6 de cada 10 personas serán cristianas o musulmanas. Ambas será las religiones mas grandes del
mundo.
4. La profecía bíblica (que no miente, es segura
y verdad) afirma que las personas
preferirán escuchar fábulas (mitos o cuentos maravillosos o fantásticos, son
hechos imaginativos, no reales). Pablo
afirma en 2 Cor. 4:4, El dios de este
siglo cegó el entendimiento de los incrédulos, para que no les resplandezca la
luz el evangelio….
5. Hoy es el tiempo de una iglesia fuerte con
miembros fuertes y comprometidos con la causa de Cristo. No podemos seguir dando un mensaje acomodado
para que sigamos cómodos y a gusto mientras
el mundo se crece.
Así
que, finalmente, seamos obedientes al llamado divino. Seamos instrumentos en Sus manos y llevar las
buenas nuevas de salvación a un mundo sin dirección y sin esperanza. Así como Jesús, veamos con compasión. Dios les bendiga.
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