lunes, 30 de enero de 2017

¿Qué hace Jesús cuando estoy decepcionado? (Juan 11:17-27).

¿Qué hace Jesús cuando estoy decepcionado?  (Juan 11:17-27).
La decepción es una experiencia común en todos nosotros.  Es aquel sentimiento de pesar sufrido por un desengaño producto de alguna insatisfacción que surge cuando no se cumplen nuestras expectativas.  La decepción puede ser provocada por tantas razones: un romance fallido.  Alguna amistad cercana que nos hizo daño.  Un trabajo que no llenó nuestras expectativas etc.
            Algunas veces podríamos decir que Dios podría decepcionarnos cuando no responde a nuestras necesidades.  El Salmos 44:22-23 dice, Despierta, ¿por qué duermes, Señor?  Despierta, no te alejes para siempre.  ¿Por qué escondes tu rostro y te olvidas de nuestra aflicción….?  Juan 11 describe uno de los milagros mas conocidos de Jesús. La resurrección de Lázaro es un milagro portentoso.  Un milagro es un acontecimiento poco usual atribuido al poder de Dios.  Las leyes naturales no pueden explicarlo , por eso se le llama milagro.  Marta y María, hermanas de Lázaro, previo al milagro de la resurrección de su hermano, deben pasar un momento inesperado, difícil y complejo.  Jesús no respondió según sus expectativas.  Al final de la experiencia familiar, hay un final feliz, la fe es fortalecida y la decepción se transforma en esperanza, fe ilusión, confianza, ánimo etc. 
            Jesús demuestra cuán importante somos.  Cuando Jesús se le informa de la grave enfermedad de su amigo Lázaro (de hecho estaba muriéndose) responde, Esta enfermedad no es para muerte, sino para la gloria de Dios, para que el Hijo de Dios sea glorificado por ella (v. 4).  Con ello demuestra la importancia de su amigo Lázaro (v. 3, Señor, he aquí el que amas está enfermo).  No siempre entenderemos los propósitos de las enfermedades en nuestras vidas (Juan 9:2-3).  Muchas veces podemos caer en el prejuicio de juzgar y hasta condenar la razón del por qué esa persona está sufriendo o pasando alguna situación complicada.  La afirmación de Jesús resulta un poco extraña.  Lázaro estuvo 4 días en la tumba, sin embargo él demostró su poder sobre la muerte.  Dios nos ama a pesar de lo adverso que estemos afrontando y al final de ello, nos daremos cuenta de Su amor y cuidado en nuestras vidas.
            Jesús nos consuela.  En medio del consuelo esperado y tan necesitado, no siempre el Señor responderá o reaccionará cómo esperamos o deseamos o en muchos casos necesitamos. Cuando oyó, pues, que estaba enfermo, se quedó dos días mas en el lugar donde estaba (v. 6).  En el v. anterior se afirma, Y amaba Jesús a Marta, a su hermana y a Lázaro (v. 5).   ¿Qué pretende Jesús quedarse dos días mas?  Lo lógico era que Jesús tomará la decisión de salir inmediatamente hacia Betania, lugar donde vivían sus amigos.  Ya Jesús había dado una palabra específica, poderosa y certera, Esta enfermedad no es para muerte, sino para la gloria de Dios, para que el Hijo de Dios sea glorificado por ella (v. 4).  Desde luego, ni Marta ni María podrían imaginarse cómo se llevaría esta triste situación.  Dios no tiene porque darnos detalles por anticipado de lo que nos sucederá.  Es suficiente saber que nuestro Dios está en control.  Cuando Marta y María se encuentran con Jesús ambas tienen el mismo reclamo, Señor, si hubieses estado aquí, mi hermano no habría muerto (v. 21, 32).  Ambas muestran desilusión y decepción,  Jesús mismo afirmó que la enfermedad de Lázaro no era para muerte, y ya llevaba 4 días en la tumba.  Ambas hermanas no entendían la tardanza de Jesús, y en todo caso, ya no había razón de su llegada.  ¿Cómo Jesús consuela a las hermanas de Lázaro?  Sencillamente Jesús les responde con cariño y empatía.  Marta recibe la respuesta, Tu hermano resucitará (v. 23).  Con María, se identifica con sus sentimientos, Jesús entonces, al verla llorando….se estremeció en espíritu y se conmovió.  Es interesante cómo Jesús trata a cada una de ellas.  Les consuela, anima y responde con sabiduría.  Ambas habían creído en él y ambas reciben un trato personal. 
            Jesús fortalece la fe de ellas (v. 40-44).  Jesús le dijo:  ¿No te he dicho que si crees, verás la gloria de Dios?  (v. 40).  Todos en la vida queremos respuestas instantáneas de Dios cuando le presentamos nuestras peticiones.  Jesús no respondió con la prontitud del caso y como ellas esperaban.  Así tampoco, Dios no tiene por qué darnos detalles de lo que viene en el futuro.  Cuando están frente a la tumba Jesús ordena, Quitad la piedra (v. 39).  Una orden extraña cuestionada por Marta, Señor, hiede ya, porque es de cuatro días (v. 40).  El razonamiento de ella es lógico  pero debemos saber que adoramos y servimos a un Dios que no es lógico.  Por eso es Dios que no se enmarca en nuestro razonamiento humano.  Jesús había llevado a estas tristes y decepcionadas hermanas en un punto donde la fe de ellas debía ser aumentada de forma grandiosa.  Estaban a punto de ser testigos del poder de Dios por medio de la Persona de Jesús, el Dios hecho hombre.  Jesús en su momento supo superar la decepción y tristeza de ellas regresando a su hermano Lázaro de la muerte.  Al cuestionamiento de Marta, Señor, hiede ya….Jesús responde, ¿No te he dicho que si crees verás la gloria de Dios?....Y el que había muerto salió….(v. 40, 44).  Jesús,  4 días antes había garantizado Esta enfermedad no es para muerte, sino para la gloria de Dios, para que el Hijo de Dios sea glorificado por ella (v. 4).        

            La decepción es común en todos.  Son muchas las razones del por qué somos decepcionados y hasta desilusionados.  Jesús siempre responderá a nuestras expectativas. No siempre lo hará cómo queremos o esperamos.  Sepamos esperar el tiempo y formas de Dios.  Él nunca nos decepcionará.  Marta y María, son testigos de ello.  Bendiciones a todos. 

lunes, 23 de enero de 2017

¿Cómo enfrentar la oposición? (Nehemías 4:1-10).

¿Cómo enfrentar la oposición?  (Nehemías 4:1-10).
La vida no siempre es fácil ni suave.  La vida es una proposición dura, pero lo más difícil son los primeros cien años (Wilson Mizner).  Debemos saber, que la vida y las dificultades van de la mano.  Estas ponen a prueba nuestra fe,  perseverancia y paciencia.  Las adversidades provocan en nosotros falta de confianza en la bondad de Dios.  Desata dudas, vacilaciones y hasta enojo.  En muchos casos perdemos el control de la vida.  En nuestro andar diario, seremos confrontados con nuestra fe.  Confrontación es, poner una persona o cosa frente a frente.  Mantenerse en actitud de oposición ante un problema.    Pocos disfrutan una confrontación.  No es divertida. 
            Nehemías nos enseña cómo enfrentar las adversidades de la vida sin quejarse y buscando el respaldo de Dios en su proyecto.  En los primeros capítulos nos muestran un hombre solidario y que pone en las manos del Señor su ambicioso plan de ir a Jerusalén y reedificar los muros y puertas de la ciudad.  Se mantuvo fielmente orando por cuatro meses pero al mismo tiempo planificando todo lo relacionado con su viaje.  En 2:4, el rey le hace la pregunta que estaba esperando.  ¿Qué cosa pides?  Nehemías abre su corazón y le plantea su proyecto.  Seguido a ello, el rey le hace dos preguntas claves.  ¿Cuánto durará tu viaje, y cuándo volverás? Y agradó al rey enviarme después que yo le señalé tiempo (2:6).  Nehemías no solo plantea su deseo de ir.  Le hace una petición planteando las necesidades a cubrir para su proyecto en Jerusalén.  Solicita madera, permiso para cruzar las fronteras y el rey le provee de todo incluyendo hasta soldados para su debida protección (v. 7-9).  Hemos visto en Nehemías un hombre de oración y de planificación.  Dios honró su vida.
            El pasaje arriba citado, nos muestra una etapa que a cualquiera puede enfrentar.  La oposición es inevitable.  Cuando oyó Sanbalat que nosotros edificábamos el muro, se enojó y se enfureció en gran manera, e hizo escarnio (burla)  de los judíos.  Todo aquel que se meta al liderato debe saber que enfrentará la crítica con o sin razón alguna.  Personas como Sanbalat son muy comunes encontrarlos.  Es interesante que la crítica surge por el progreso de la obra de construcción.  Después de años de estar en pobreza, tristeza y abandono surge la envidia por el progreso de los judíos.  Eclesiastés 4:4 dice, He visto asimismo que todo trabajo y toda excelencia de obras despierta la envidia del hombre contra su prójimo….Prov. 14:30b agrega, ….la envidia es carcoma de los huesos.  La crítica surge de varias personas que se unen justamente para hacer esa labor.  Y habló delante de sus hermanos y del ejército de Samaria….Y estaba junto a él Tobías (v. 2-3).  Lo que estas personas no sabían, era que estaban criticando el proyecto de Dios. 
            Nuevamente Nehemías nos enseña cómo enfrentar la crítica.  Lo hace nuevamente orando.  Oye, oh Dios nuestro (v. 4)….Entonces oramos a nuestro Dios….Nunca podemos afirmar que se ha orado bastante.  Pablo en 1 Tes. 5:17 nos dice, Orad sin cesar.  Mas que una carga o un deber, la oración es una valiosa oportunidad de acercarnos a Dios y platicar con él.  La oración continua, persistente e incesante es parte esencial en la vida cristiana.  Nehemías no enfrentó la crítica respondiendo con lo mismo.  Aparte de orar, usó el sentido común.  Entonces oramos a nuestro Dios, y por causa de ellos pusimos guarda contra ellos de día y de noche.  Los resultados se dejan ver.  Edificamos, pues el muro, y toda la muralla fue terminada hasta la mitad de su altura, porque el pueblo tuvo ánimo para trabajar (v. 6).  Una vida con propósito depende de Dios pero también tenemos nuestra cuota de responsabilidad.  Los críticos desmoralizan, los líderes animan.  Colocar vigilancia no era falta de fe sino hacer la parte que les tocaba. 
            Nehemías tuvo que reforzar los puntos débiles que la ciudad tenía.  Las fuerzas de los acarreadores se han debilitado, y el escombro es mucho, y no podemos edificar el muro (v. 10).  Este versículo nos muestra un sentimiento de frustración, pérdida de fuerza y confianza.  Todo lo anterior afectaba al pueblo seguir con la obra.  Así que, Nehemías reorganiza al pueblo (v. 13-14).  Coloca las familias en sitios estratégicos para seguir construyendo y preparados para la defensa de la ciudad.  …puse al pueblo por familias, con sus espadas, con sus lanzas y con sus arcos….No temáis delante de ellos, acordaos del Señor, grande y temible….Unir esfuerzos fue una acertada decisión. Como se dice, en la unión está la fuerza.

            Los últimos versículos de este hermoso capítulo, describen un Nehemías tomando decisiones en base al sentido común sin dejar de depender de la protección de Dios (v. 15-23).  Nehemías no detuvo la construcción pero tampoco descuidó la seguridad de la ciudad.  Los que edificaban, cada uno tenía su espada ceñida a sus lomos, y así edificaban…Y ni yo ni mis hermanos, ni mis jóvenes, ni la gente de guardia que me seguía, nos quitamos nuestro vestido, cada uno se desnudaba solamente para bañarse (v. 17, 23).  En nuestro andar diario, seremos confrontados con nuestra fe.  La crítica muchas veces será inevitable.  Nuestra madurez  y humildad se manifestará en cómo reaccionamos ante la crítica.  Aprendamos de Nehemías, lo hizo orando a Dios y usando el sentido común. Bendiciones a todos.     

lunes, 16 de enero de 2017

Responsabilidades en nuestro andar diario (Nehemías 2:1-10).

Responsabilidades en nuestro andar diario (Nehemías 2:1-10).
Todos en nuestro andar diario, debemos saber que no todo depende de Dios.  Usted y yo, tenemos una cuota de responsabilidad para cumplir los propósitos de Dios en nuestra vida.  Pablo en 2 Cor. 7:1 nos recuerda, Así que, puesto que tenemos tales promesas, limpiémonos de toda contaminación de carne y de espíritu, perfeccionando la santidad en el temor de Dios.  En el mundo del deporte, la disciplina y el talento natural deben mezclarse para lograr el éxito anhelado.  Hay muchos atletas con talento natural pero lamentablemente sin disciplina y nunca logran escalar mas arriba de lo que pretenden. 
            Cuando hablamos de disciplina, nos referimos a aquella área de nuestra vida que logramos lo que queremos, haciendo lo que se debe.  El diccionario lo define como, la forma adecuada y sistemática de hacer las cosas.  Nuevamente Pablo en 1 Cor. 9:25 dice, Los que se preparan para competir en un deporte, dejan de hacer todo lo que pueda perjudicarlos….(TLA).  En la vida cristiana es lo mismo.  Muchos nos quejamos de la falta de bendición de Dios o falta de propósitos.  El problema no está en Dios.  Está en nosotros.  Sencillamente, no estamos corriendo con propósitos.  Si queremos cosas diferentes, hagamos cosas diferentes.  En el capítulo 1, Nehemías recibe malas noticias, El remanente, los que quedaron de la cautividad, allí en la provincia, están en gran mal y afrenta (vergüenza), y el muro de Jerusalén derribado, y sus puertas quemadas a fuego.  En el mundo antiguo, una ciudad sin murallas estaba completamente indefensa.  Fácilmente podría ser invadida.  ¿Y qué de nuestras vidas con muros derribados?  Somos presa fácil del desánimo, malos hábitos, frustración etc.  Un muro se derriba primero cuando un ladrillo se afloja y aparece una grieta.  Si no se repara, ese muro poco a poco se caerá.  ¿Qué hace Nehemías para hacerle frente a la situación de Jerusalén y sus habitantes?
            Primero, como vimos en el capítulo 1, buscó a Dios en oración.  Nehemías 1:4 dice, Cuando oí estas palabras me senté y lloré, e hice duelo por algunos días, y ayuné y oré delante del Dios de los cielos.  En 1:1 y 2:1 encontramos información importante.  Se menciona el mes de Quisleu (diciembre) y el mes de Nisán (abril).  Esto nos indica que Nehemías se mantuvo orando por espacio de cuatro meses.  Nuevamente recordamos que la oración nos hace esperar.  Salmos 37:7 dice, Guarda silencio ante Jehová, y espera en él.  Lo mas difícil en la vida de oración es, saber esperar cuando Dios guarda silencio.  El orar y esperar van de la mano.  No siempre nuestra agenda es conforme a la de Dios.  Somos nosotros los que debemos ajustarnos a la agenda divina.  Esperar significa ir en dirección a lo desconocido.  ¡A nadie le gusta lo desconocido!  Nos encanta lo que conocemos.  Hágase tu voluntad….(Mateo 26:42).  Nehemías servía de copero ante el rey (1:11).  Era un trabajo de prestigio, buen salario y se relacionaba en la corte.  Nehemías pudo haber pensado, ¡pobres compatriotas, oraré por ellos que Dios envié alguien que les ayude!  Entregarle nuestra voluntad a Dios, exige renunciar a lo que preferimos, a lo que queremos o a lo que nos gustaría. 
            Segundo, planificar no es sinónimo de falta de fe.  Hermanos y amigos, andar por fe no es sinónimo de una vida de desorden.  Muchos justificamos nuestra falta de orden personal alegando:  yo vivo por fe. Suena bonito y hasta espiritual.  Sin embargo, ese no es el propósito de Dios.  En Proverbios 6:6-8, Dios usa a la hormiga para hacernos ver, la vida con propósito y disciplina de este pequeño insecto.  Vé a la hormiga, oh perezoso, mira sus caminos, y sé sabio…..Prepara en el verano su comida, y recoge en el tiempo de la siega su mantenimiento.  La hormiga es un ejemplo de alguien previsor (prevé o prepara las cosas con antelación, precavido, prudente, cauto, calculador).  Vivir ordenadamente es vivir bajo planificación.  Dios respalda una vida que planifica.  Nehemías después de haber orado por espacio de cuatro meses el rey le hace dos preguntas claves.  ¿Qué cosa pides? (v. 4)….¿Cuánto durará tu viaje, y cuándo volverás? Y agradó al rey enviarme, después que yo le señalé tiempo (v. 6). 
            Veamos lo que significa la respuesta del rey, Y agradó al rey enviarme, después que yo señalé tiempo. Mientras Nehemías se mantuvo orando, también estuvo calculando el costo de su viaje.  Qué implicaba hacer un viaje de 1,300 km de ida y otros 1,300 km de regreso.  Materiales a necesitar y permisos correspondientes para tener madera y cruzar las diversas fronteras etc.  Además dije al rey….que se me den cartas para los gobernadores al otro lado del río, para que me franqueen el paso hasta que llegue a Judá, y carta para Asaf guarda del bosque…para que me de madera para enmaderar las puertas del palacio de la casa, y para el muro de la ciudad, y la casa en que yo estaré.  Y me lo concedió el rey, según la benéfica mano de Jehová sobre mí (v. 7-8).  Podemos interpretar la respuesta afirmativa y provisión del rey como un respaldo divino a la oración y planificación de Nehemías por cuatro meses.  Hemos dicho, Dios honra la planificación.  ¿Cómo pensamos lograr nuestros planes o proyectos para el 2017?  ¿Qué estamos haciendo de nuestra parte? 

            Es interesante que aunque Dios está respaldando el proyecto de Nehemías,  tiene la autorización del rey Artajerjes, no le fue fácil.  Tuvo que hacerle frente a la oposición.  Pero oyéndolo Sanbalat horonita y Tobías el siervo amonita, les disgustó en extremo que viniese alguno para procurar el bien de los hijos de Israel (v. 10)….Pero cuando lo oyeron Sanbalat horonita, Tobías el siervo amonita, Y Gesem el árabe, hicieron escarnio (burla) de nosotros, y nos despreciaron…(v. 19).   No siempre la oposición es sinónimo de no estar dentro de la voluntad de Dios.  En medio de la fuerte oposición, Nehemías anima al pueblo.  Venid y edifiquemos el muro de Jerusalén, y no estemos mas en oprobio (v. 17)…..El Dios de los cielos, él nos prosperará, y nosotros sus siervos nos levantaremos y edificaremos….(v. 20).  Los resultados de la obra de edificación dirigida por Nehemías se describen en 6:15, Fue terminado el muro…en cincuenta y dos días.  Como se dijo al inicio, en nuestro andar diario no todo depende de Dios.  Usted y yo, tenemos nuestra cuota de responsabilidad para cumplir los propósitos de Dios en nosotros.  Así que, en este año corramos con propósitos firmes, definidos de tal manera que al finalizar, podamos ver cumplidos esos propósitos con la bendición de Dios y nuestro esfuerzo.  Bendiciones a todos. 

lunes, 9 de enero de 2017

La misión de la iglesia según el libro de los Hechos (Por Plutarco Bonilla, La Biblia en las Américas, #5 de 1998).

La misión de la iglesia según el libro de los Hechos (Por Plutarco Bonilla, La Biblia en las Américas, #5 de 1998).
El espíritu y celo misioneros no representan un añadido o apéndice respecto del ser mismo de la iglesia cristiana.  Hay entre ambas (es decir, entre la naturaleza de la iglesia y su misión) una relación tal que casi podría decirse que la desaparición de la misión significaría la muerte de la iglesia.  Todo el Nuevo Testamento y en particular, el libro de los Hechos, dan testimonio de ello.  Veámoslo:
            1.  La  partida de Jesús resucitado a la diestra del Padre se narra en el contexto de la promesa del Espíritu Santo:  Es muy conocido y, al parecer, hoy muchísimo mas que nunca el texto clave de Hechos 1:8.  En él encontramos una afirmación que responde a la promesa que Jesús les hizo a los discípulos, según el cuarto evangelio:  Pero yo os digo la verdad, Os conviene que yo me vaya, porque si no me fuere, el Consolador no vendría a vosotros (Juan 16:7b).  Jesús resucitado y el Espíritu Santo no pueden desvincularse el uno del otro. 
            2.  La venida del Espíritu Santo se narra en el contexto de la misión: Pero recibiréis poder cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra (Hechos 1:8).  Este texto desatada algunos aspectos de la venida del Espíritu Santo que debemos tomar en consideración:  1).  La recepción del poder y la venida del Espíritu son actos simultáneos de los cuales el primero es consecuencia del segundo.  El verbo venir, es en el texto griego un participio que corresponde a nuestro gerundio, 2).  El poder y el Espíritu que lo da no pueden desligarse el uno del otro.  El poder que Jesús vincula a la venida del Espíritu no se justifica como tal por sí mismo.  O sea, que los discípulos no se les prometió poder simplemente para que lo tuvieran.  Es fundamental entender esto hoy día, porque vivimos en un mundo en el que el poder en cualquiera de sus formas, se ha convertido en un ídolo.  Jesús promete poder y el Espíritu Santo da ese poder con un propósito bien definido:  para ser testigos.  ¿Testigos de qué?  Esta pregunta está mal formulada, pues no es de qué sino de quién.  Me seréis testigos, es decir, de Jesús resucitado y de su oferta de amor que trae salvación a todo aquel que cree.  El mensaje llevado por los discípulo es abarcador.  Nada ni nadie queda excluido. 
            3.  La realización de la misión se narra como proclamación y servicio:  Aunque la palabra parece ser el elemento privilegiado en la misión de ser testigos desde Jerusalén hasta las partes mas lejanas, esta misión no se agota en el uso de la palabra explicativa (expositiva) o sea, en el sermón.  Con un sermón (Hechos 2:14-36), se inaugura la puesta en práctica del poder que había dicho Jesús.  Y pronto sigue otro sermón dirigido al pueblo (3:12-26), y otro que tenía como auditorio a los jefes de los judíos, a los ancianos, a los escribas y a la alta casta sacerdotal (4:5-6, 8-12) y aun otro muy breve, dirigido a las mismas personas (5:29-32).  En casa de Cornelio (Hechos 10:34-43), Pedro destaca la importancia de la palabra hablada en el cumplimiento de la misión, dada por Jesús resucitado, de ser testigos suyos en todas partes.  Lo anterior significa que el Nombre debe ser nombrado.  Por eso, se usa en los Hechos la expresión:  predicar a Cristo Jesús.  Y este predicar a Cristo no tiene fronteras.  Comienza por los de casa.  Se sigue con los de Samaria (8:5), se continua con un etíope, probablemente prosélito (8:26-38), y se culmina con los gentiles (Cornelio y su casa, puerta de entrada oficial de la proclamación del evangelio a los paganos, Hechos 10).

            Según Hechos, el día de Pentecostés y con la venida del Espíritu Santo, ocurrieron dos milagros fundamentales. El primero describe el cronista con un gran interrogante que pone en labios de los judíos piadosos que vivían en Jerusalén, Mirad, ¿no son galileos todos estos que hablan?  ¿Cómo, pues, les oímos nosotros hablar cada uno en nuestra lengua en la que hemos nacido?.....les oímos hablar en nuestras lenguas las maravillas de Dios (2:7b-8, 11).  Este milagro, con estas características no se volvió a repetir.  Al menos no hay registro en Hechos. El segundo milagro fue la conversión de unas tres mil personas.  De lo que sucedió luego aquel día, el  autor nos dice que aquellos que creyeron perseveraban en la doctrina de los apóstoles, en la comunión unos con otros, en el partimiento del pan y en las oraciones (2:42).  Vemos un crecimiento de la comunidad de creyentes.  Dios es el Señor de la misión y de sus resultados, y los cristianos todos, sin distinciones de ninguna clase, son los responsables de comunicar el mensaje.  Así fue ayer, así sigue siendo hoy.  Bendiciones a todos.