domingo, 19 de marzo de 2017

Viviendo en fe y confianza (Salmos 46).

Viviendo en fe y confianza (Salmos 46).
            Todos en la vida mas de alguna vez hemos necesitado que nos den ánimo para seguir adelante.  Alentar es, acto de inspirar a otros valor y esperanza.  Cuando alentamos, incitamos, estimulamos y afirmamos.  La iglesia está para eso y muchos mas.  El temor, es una experiencia que todos experimentamos mas de alguna vez.  Max Lucado en su libro Sin temor dice:  El temor corroe nuestra confianza en la bondad de Dios.  El temor desata una multitud de dudas, vacilaciones que producen enojo.  El temor es percibido como pérdida de control.  También nos afecta la memoria.  El temor nos hace sentir muy mal. Sus mandamientos más frecuentes surge del género no temáis.   Los evangelios contienen unos ciento veinticinco mandamientos de Cristo en modo imperativo.  De esos, veintiuno nos dicen no temáis o no temas o confiad o ten ánimo o tened buen ánimo.  Jesús considera nuestros temores con seriedad.  La declaración que hizo con mas frecuencia fue:  no temáis. 
            Las tormentas en la vida son muchas veces inevitables, ¿cómo las enfrentamos?  Primero, sabiendo que nuestro Dios sigue en control (Mateo 8:23-27).  Mateo describe el milagro cuando Jesús calma la tempestad. Y he aquí que se levantó en el mar una tempestad tan grande que las olas cubrían la barca, pero él dormía (v. 24).  Mateo usa el término seismo (un terremoto, una erupción que estremecía la tierra y el mar).  No fue un simple chubasco o lluvia ligera.  La forma cómo Jesús y los discípulos enfrentan la tormenta es contrastante.  Los discípulos aunque  muchos de ellos eran expertos marineros y conocedores de este tipo de tempestades, estaban llenos de temor.  Por el contrario, estaba durmiendo pacíficamente.  Podemos encontrar al menos dos enseñanzas de lo anterior.  Primero, demostrar quién es Jesús, su poder, autoridad y divinidad (v. 27, Y los hombres se maravillaron, diciendo:  ¿Qué hombre es éste, que aun los vientos y el mar le obedecen).  Segundo, la fe de los discípulos es fortalecida (v. 26, ¿Por qué teméis, hombres de poca fe?). ¿Y qué de nosotros?  Jesús dejó una ilustración de Su protección y poder divino a favor nuestro. 
            Segundo, echando nuestras cargas en Jesús (1 Pedro 5:7, Echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros).  Echar es sinónimo de arrojar sobre algo sobre alguien.  Esforzarse por arrojar algo lejos de nosotros.   Carga son toda aquellas situaciones de nuestra vida, pueden ser problemas de salud, finanzas, malas relaciones interpersonales, falta de trabajo etc.  Todo lo anterior nos puede llenar de angustia o temor.  Jesús se ofrece a que le llevemos a él lo que nos afecta a vivir una vida en paz.  Usted y yo, debemos aprender a confiar en su poder divino.  Jesús tuvo la capacidad de calmar la tempestad, puede hacer lo mismo con aquello que nos perturba.  Para ello, es importante la recomendación de Pedro en su primera carta 5:6, Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios….reconocer nuestra necesidad de a ayuda divina es señal de humildad y aceptar que sin Dios no podemos hacer nada.  Somos impotentes cuando hacemos frentes a las tormentas de la vida. 

            Tercero, permaneciendo firmes a pesar de….(Salmos 46).  El salmista expresa, Dios es nuestro amparo y fortaleza, nuestro pronto auxilio en las tribulaciones.  Por tanto, no temeremos, aunque la tierra sea removida (v. 1-2).  El escritor presenta a Dios como amparo (protección, defensa, recurso)  fortaleza es un lugar seguro de protección. Así que en vista de ello, no debemos tener ningún temor (v. 2).  Hagamos de la confianza un estilo de vida y alejemos el temor de nosotros.  Recordemos que el poder de Dios está en nuestro favor (v. Nuestro pronto auxilio).  Así también recordar que Dios es capaz (v. 5, Dios está en medio de ella, no será conmovida). Los problemas en la vida exigen soluciones…..Dios es capaz.  Gracias Dios por ser nuestro pronto auxilio…..no temeré.   Las tormentas en la vida son muchas veces inevitables, ¿cómo las enfrentamos?    Dios sigue siendo nuestra mejor y única opción.  No temeré.  Dios les bendiga. 

lunes, 13 de marzo de 2017

La misión de la iglesia según el libro de los Hechos (Hechos 1:8).

La misión de la iglesia según el libro de los Hechos (Hechos 1:8).
Lucas, el médico amado es el autor del evangelio que lleva su nombre y del libro de los Hechos (Lucas 1:1-4, Hechos 1:1-3).  Ambos fueron dirigidos a Teófilo de quien no sabemos quién es.  En Lucas 1:1-4, relata la vida y enseñanza de Jesús, me ha parecido a mí, después de haber investigado con diligencia todas las cosas desde su origen, escribírtelas por orden, oh excelentísimo Teófilo.  En Hechos, Lucas describe en su introducción a Jesús resucitado con pruebas indubitables y así dar confianza a la misión de la iglesia en la presentación del mensaje.  Hechos nos presenta la fundación y expansión de la iglesia por el mundo conocido.  Dios permite la persecución para que los primeros cristianos salgan de Jerusalén y así llevar el mensaje de salvación (Hechos 8:1-4).  Recordemos que Jesús les había ordenado ser testigos hasta lo último de la tierra (Hechos 1:8). 
            La venida y recepción del ES se da en el contexto de la misión de la iglesia (Hechos 1:8, Pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra).  Jesús en Juan 14:26 da una promesa a sus discípulos, Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas y os recordará todo lo que yo os he enseñado. Al ES, Jesús lo identifica como Consolador (uno llamado para que esté a nuestro lado).  Su ministerio consistiría entre otras cosas, enseñar y recordar lo que Jesús les había compartido a ellos.  Así también en Hechos 1:8, Jesús hace ver, que la venida del Es era en función de la misión de la iglesia.  Ellos recibirían poder y así cumplir su responsabilidad de ser testigos del Cristo resucitado y llevar esa buena noticia hasta lo último de la tierra.
            La misión de la iglesia es proclamar a Jesús como Señor y Cristo resucitado (Hechos 2:32, 36, A este Jesús, resucitó Dios de los cual todos nosotros somos testigos…..Dios le ha hecho Señor y Cristo).  Para el cristianismo la resurrección es fundamental.  La tumba vacía como producto de la resurrección hace del cristianismo completamente diferente a todas las demás religiones del mundo.  Pablo en 1 Cor. 15:4 afirma, y que fue sepultado, y que resucitó al tercer día, conforme a las Escrituras.  La resurrección es un evento predicho por la palabra de Dios y que Jesús mismo lo dijo en reiteradas ocasiones.  Pablo agrega en 1Cor. 15:14, y si Cristo no resucitó, vana es entonces nuestra predicación, vana es también vuestra fe.  Así que, la resurrección es el fundamento de nuestra fe.  Por otro lado, Pedro en su primer discurso en Pentecostés (Hechos 2:36) dice, Dios le ha hecho Señor y Cristo.  Jesús como Señor (kurios), es el segundo título mas usado para referirse a su persona.  En el I siglo, los emperadores romanos exigían lealtad confesando César es el Señor.  Los cristianos genuinos al negarse cumplir esta orden y decir: No, Jesús es el Señor, eran enviados a la arena del circo romano.  Dios Padre en el AT se le llama Señor y en el NT este título es reservado a Jesús (Fil. 2:9-11).  Cristo, es el título mas usado.  Hace referencia a su posición y su obra como el Mesías (el Ungido).  Lucas 2:11, sobre el nacimiento de Jesús dice, que os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es Cristo el Señor.  El auditorio de Pedro al escuchar su mensaje en Hechos 2:37, 41 dice, Se compungieron….Así que, los que recibieron su palabra fueron bautizados, y se añadieron aquel día como tres mil personas. 
            La iglesia cumpliendo su misión:  traspasando fronteras.  Como se dijo anteriormente, Dios permite la persecución y así sus propósitos (Hechos 8:1-4).  La iglesia no debía limitarse a Jerusalén únicamente.  Este capítulo de Hechos (8), describe el inicio de la expansión de la iglesia y así, cumplir la orden de Jesús, ser testigos hasta lo último de la tierra (Hechos 1:8).  Todos salen en diferentes direcciones llevando el evangelio, Pero los que fueron esparcidos iban por todas partes anunciando el evangelio (v. 4).  Los primeros en escuchar el mensajes es Samaria (Hechos 8:5-8).  Debemos recordar, que judíos y samaritanos no tenían las mejores relaciones por diversas razones (Juan 4:9).  Y la gente, unánime escuchaba atentamente las cosas que decía Felipe, oyendo y viendo las señales que hacía (v. 5-6).  Un etíope escucha el mensaje (Hechos 8:26-40).  Felipe recibe una orden, Acércate y júntate a ese carro (v. 29).  Un buen evangelista debe estar listo siempre a compartir de Cristo.  A su pregunta, Felipe recibe una respuesta, Pero, ¿entiendes lo que lees?....¿y cómo podré, si alguno no me enseñare? La respuesta del eunuco debe ser un reto para la iglesia de siempre.  Somos responsables de enseñar la palabra de Dios a un mundo necesitado y en tinieblas.  Felipe con claridad explica el pasaje citado (Isaías 53:7-8).  El etíope obedece y se bautiza (v. 35-38).  Por último, Cornelio escucha el mensaje de Jesús (Hechos 10).  Hechos 10 es muy significativo en el NT y para la historia de la iglesia.  Pedro es el instrumento usado por el Señor para permitir la entrada a los gentiles a la iglesia de Cristo.  pedro debe entender que la iglesia tiene lugar para todos sin importar su raza (v. 34, Entonces Pedro, abriendo la boca dijo:  En verdad comprendo que Dios no hace acepción de personas).  Pedro presenta a Jesús como Señor de todos (v. 36-38).  Los gentiles reciben el ES y así autenticar el mensaje de Pedro (v. 44-46, similar a Pentecostés). 

            Como se dijo al inicio, el libro de los Hechos, describe la misión de la iglesia desde sus orígenes:  levar el mensaje de Cristo hasta lo último de la tierra (Hechos 1:8).  Este mensaje es abarcador no excluyente.  Tito 2:11 dice, Porque la gracia de Dios, se ha manifestado para salvación a todos los hombres.  La iglesia desde sus orígenes fue misionera y debido a ello, se expandió.  Bendiciones a todos.

lunes, 6 de marzo de 2017

Una introducción acerca de nuestras emociones (Salmos 37:8).

Una introducción acerca de nuestras emociones (Salmos 37:8).
Las emociones son aquellos sentimientos de sensación moderada intensidad producida por la alegría, el miedo, la ira, el enojo, la felicidad todo depende del sentimiento así será nuestra emoción del momento.   Ellas reflejan y expresan el hombre interior, el corazón, el alma y la mente.  Las emociones es una agitación o movimiento que sentimos en el alma.  Estas pueden acercarnos o alejarnos de  Dios.   Emociones como ser la frustración, el enojo, la ira, la amargura nos pueden alejar de Dios.  Contario, la alegría, el gozo, el entusiasmo nos animan a buscar de Dios.  Lo importante en lo anterior, es no permitir no depender de ellas para buscar o acercarnos a Dios.  Somos la sociedad del consumo de tranquilizantes y todo aquello relacionado con drogas para controlar nuestros estados emocionales.  Estamos en la búsqueda de ayuda para sentirnos bien.  Por eje.  tenemos Emociones Anónimos similar a AA que debe seguir doce pasos.   Se reúnen para trabajar en la recuperación de dificultades emocionales.
            Dentro de la gama de emociones podemos mencionar en primer lugar el resentimiento.  Es el sentimiento donde tenemos un fuerte disgusto o enojo hacia alguien.  Tiene el profijo Re, acción de repetir.  Es cuando reciclamos o bien podemos decir rumiamos sentimientos negativos.  El resentimiento no es ninguna virtud. Job 36:13 dice, Los malvados son rencorosos, como Dios los castiga jamás le piden ayuda, (TLA).  Una persona resentida siempre busca el desquite o venganza.  El caso de Esaú, hermano de Jacob es típico.  En Gn. 27:41, Esaú manifiesta su resentimiento y deseo de venganza afirmando, Y aborreció Esaú a Jacob…..y yo mataré a mi hermano Jacob.  Desde luego, en este caso, él estaba cosechando los frutos que había sembrado cuando tiempo atrás no valoró su derecho a su primogenitura y la vende por un plato de comida a su astuto hermano (Gn. 25:29-34).  Vemos otro caso cuando Absalón mata a su hermano Amnón cuando éste violó a su hermana Tamar 82 Samuel 13:20-22). 
            Otra emoción es la amargura, es un sentimiento de frustración, resentimiento o tristeza por alguna desilusión.  De nuevo citamos el caso de Esaú cuando su hermano Jacob se adelanta y engaña su padre Isaac y recibe la bendición (Gn. 27:34, Cuando Esaú oyó las palabras de su padre, clamó con muy grande y muy amarga exclamación.  La amargura es una emoción contagiosa.  Viene cuando somos ofendidos y no arreglamos la situación a tiempo.  En muchos casos, la persona amargada se considera inocente y la otra parte es la culpable.  Como ya hemos dicho, en el caso de Esaú, él fue el culpable por no valorar su privilegio y derecho a la primogenitura y la vende por un plato de comida.  Después cundo su hermano Jacob la recibe se  llena de amargura y desea matarle.  Hebreos 12:15 dice, Mirad bien, no sea que alguno deje de alcanzar la gracia de Dios, que brotando alguna raíz de amargura, os estorbe, y por ella muchos sean contaminados. Todos estamos expuestos a experimentar esta emoción y lo peor de todo, contagiamos a los que nos rodean.  Una persona amargada, pierde perspectiva de la vida y busca la solución por medios equivocados (la venganza uno de ellos) . 
            La envidia, es otra emoción muy popular entre nosotros.  Es el deseo malsano de querer lo que otro tiene.  No estamos contentos con el éxito ajeno.  La prosperidad ajena nos molesta e incomoda.  Una característica de una persona envidiosa, nunca está contenta.  Job 5:2 dice, ¿Es cierto que al necio lo mata la ira?  Y al codicioso lo consume la envidia.  Proverbios 14:30 agrega, ….mas la envidia es carcoma de los huesos.  Dios nos ha llamado a tener un espíritu de contentamiento recordemos, La bendición es la que enriquece y no añade tristeza con ella (Prov. 10:22).  Una persona envidiosa puede estar rodeada de bienes materiales no estar satisfecho.  Una persona envidiosa tiene un espíritu competitivo.  La iglesia de Corinto se distinguió por el espíritu de competencia y envidia entre sus miembros y líderes.  Pablo en1 Cor. 3:3 dice, Porque aún sois carnales, pues habiendo entre vosotros celos, contiendas y disensiones, ¿no sois carnales, y andáis como hombres?.  Debido a ese espíritu de envidia entre ellos, el apóstol debe escribirles esta fuerte exhortación y les recuerda Porque somos colaboradores de Dios (1 Cor. 3:9).  Dejemos de estar viendo cómo corren los demás olvidando nuestra propia carrera. 

            Dios está y sigue interesado en nuestra vida emocional.  Sigamos Sus principios encontrados en la Palabra.  Busquemos controlarlas y no lo contrario.  Cuando vivimos bajo nuestras emociones no tendremos una vida estable y hasta poco saludable.  Cuidemos nuestro corazón y llenémoslo con la presencia soberana del Santo Espíritu y así ser hombres y mujeres controlados por él, no por nuestras emociones.  Dios les bendiga.