¿Cómo responde Jesús cuando
fallamos? (Lucas 22:31-34).
Todos al comprar un automóvil, la
ley nos obliga a tener un seguro contra accidentes. Cuando conducimos imprudentemente, tendremos consecuencias. Así mismo, cuando vivimos imprudentemente, tendremos consecuencias
a enfrentar. Cuando conducimos
imprudentemente, estamos propensos a sufrir algún accidente como también cuando
conducimos por exceso de velocidad, no respetar señales de transito tendremos
consecuencias a enfrentar. Es interesante
lo que significa la luz amarilla del semáforo.
Los vehículos deben detenerse en
las mismas condiciones que si se tratara de una luz roja. A no ser, que cuando se encienda la luz
amarilla, el vehículo se encuentre tan cerca que no pueda detenerse antes del
semáforo en condiciones de seguridad suficientes. El diccionario define la prudencia como, la capacidad de pensar, ante ciertos
acontecimientos o actividades, sobre los riesgos posibles que estos conllevan,
y adecuar o modificar la conducta para no recibir o producir perjuicios
innecesarios.
¿Qué
nos enseña la negación de Pedro? Que
todos somos vulnerables al error humano. Pablo en 1 Cor. 10:12 nos recuerda, Así que, el que piensa estar firme, mire que
no caiga. Por lo tanto, podemos
decir que Pedro nos representa a todos.
Unos somos carnales, otros espirituales.
Nadie está vacunado para no cometer errores. No debemos estar demasiados confiados en
nosotros mismos. Proverbios 3:5 dice, Fíate de Jehová de todo tu corazón, y no te
apoyes en tu propia prudencia. ¿Cómo vamos a vivir nuestra vida, a la
manera de Dios o la nuestra? Si la
viviremos a nuestra manera sin considerar a Dios, de cierto tendremos serias
consecuencias a enfrentar y en muchos casos que lamentar.
¿Qué
debió hacer Pedro a la advertencia de Jesús?.
Simón, Simón, he aquí Satanás os
ha pedido para zarandearos como a trigo (Lucas 22:32). Zarandear significa sacudir al viento, era la labor del agricultor cuando lanzaba el
trigo al viento y así la suciedad era quitada.
Realmente la petición de zarandear era para todos los discípulos no
únicamente para Pedro (he aquí Satanás os
ha pedido zarandearos….Lucas 22:32).
Al final de la vida de Pedro, notamos que efectivamente y los demás
discípulos necesitaban esa zarandeada.
¿Cuántos de nosotros lo necesitamos hoy día? Jesús fue claro en la advertencia a Pedro y
todos los demás discípulos. ¿Qué debió
hacer Pedro y nosotros hoy día?
Sencillamente debió escuchar al Señor
y poner toda la atención debida. Proverbios
3:5, 7 dice, Fíate de Jehová de todo tu
corazón, y no te apoyes en tu propia prudencia….No seas sabio en tu propia
opinión. La reacción de Pedro
demuestra exceso de confianza en sí mismo y menospreció a los demás
discípulos: Aunque todos se escandalicen de ti, yo nunca me escandalizaré….Aunque
me sea necesario morir contigo, no te negaré (Mateo 26:33, 35)…..Mas él con mayor insistencia decía: Si me fuere necesario morir contigo, no te
negaré (Marcos 14:31). Pedro en otras palabras estaba diciendo: ¡Señor,
cómo es posible que tú creas que yo……quizá Mateo, Juan, Jacobo o Judas…..pero yo…..nunca! Pedro nunca debió contradecir al
Señor. Si leemos con detenimiento, Pedro
no solo contradijo al Señor sino que también con insistencia lo corrigió. La fidelidad al Señor se demuestra no solo
con buenas intenciones sino también siendo fieles en medio de la prueba de
fuego que debemos enfrentar. No es con
fanfarronerías, jactancia sino siendo humildes y fieles.
Jesús
intercede por nosotros. Yo he rogado por ti (Lucas 22:32). ¿Acaso no hubiera sido mejor que Jesús evitará
la zarandeada? Quizá la mayoría de
nosotros hubiese deseado lo siguiente: Pedro, Satanás os ha pedido zarandearos como
a trigo, pero tranquilo, no le di permiso.
Todos debemos saber que las pruebas, adversidades y toda situación
difícil en la vida, Dios tiene propósitos por el cual las permite. Santiago 1:2-4 dice, Hermanos míos, tened por sumo
gozo cuando os halléis en diversas pruebas, sabiendo que la prueba de vuestra
fe produce paciencia. Mas tenga la
paciencia su obra completa, para que seáis perfectos y cabales….Jesús no
dejó a Pedro ni tampoco a nosotros. Pero yo he rogado por ti. Con los años,
esta zarandeada le sirvió mucho a Pedro.
Ya adulto, con madurez y experiencia escribe en 1 Pedro 5:8, Sed sobrios, y velad, porque vuestro
adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien
devorar.
Finalmente
Jesús nos comprende, tiene compasión y nos restaura. Nos comprende y lo demuestra no haciendo
ningún tipo de reclamo a Pedro al saber que le negará hasta tres veces no
dentro de cinco o diez años. Eso
sucedería esa misma noche. Jesús conoce
nuestra debilidad y nos comprende. Tiene
compasión cuando nos ama a pesar de lo que somos….y se lo demuestra a Pedro
cuando le ve y éste sale afuera y llora amargamente (Lucas 22:61). Le restaura al momento de su resurrección y
aparece a María Magdalena y en Marcos 16:7 dice: Pero,
id a sus discípulos, y a Pedro…..Con ello, Jesús restaura públicamente a su
apreciado discípulo. Como hemos visto,
todos somos vulnerables al error humano, así que aprendamos de la triste
experiencia de Pedro y nos cuidemos.
Sepamos escuchar las advertencias del Señor y confíenos en Su palabra. Dios les bendiga.
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