lunes, 24 de abril de 2017

¿Cómo responde Jesús cuando fallamos? (Lucas 22:31-34).

¿Cómo responde Jesús cuando fallamos?  (Lucas 22:31-34).
Todos al comprar un automóvil, la ley nos obliga a tener un seguro contra accidentes.  Cuando conducimos imprudentemente, tendremos consecuencias.  Así mismo, cuando vivimos imprudentemente, tendremos consecuencias a enfrentar.   Cuando conducimos imprudentemente, estamos propensos a sufrir algún accidente como también cuando conducimos por exceso de velocidad, no respetar señales de transito tendremos consecuencias a enfrentar.  Es interesante lo que significa la luz amarilla del semáforo.  Los vehículos deben detenerse en las mismas condiciones que si se tratara de una luz roja.  A no ser, que cuando se encienda la luz amarilla, el vehículo se encuentre tan cerca que no pueda detenerse antes del semáforo en condiciones de seguridad suficientes.  El diccionario define la prudencia como, la capacidad de pensar, ante ciertos acontecimientos o actividades, sobre los riesgos posibles que estos conllevan, y adecuar o modificar la conducta para no recibir o producir perjuicios innecesarios. 
            ¿Qué nos enseña la negación de Pedro?  Que todos somos vulnerables al error humano. Pablo en 1 Cor. 10:12 nos recuerda, Así que, el que piensa estar firme, mire que no caiga.  Por lo tanto, podemos decir que Pedro nos representa a todos.  Unos somos carnales, otros espirituales.  Nadie está vacunado para no cometer errores.  No debemos estar demasiados confiados en nosotros mismos.  Proverbios 3:5 dice, Fíate de Jehová de todo tu corazón, y no te apoyes en tu propia prudencia. ¿Cómo vamos a vivir nuestra vida, a la manera de Dios o la nuestra?  Si la viviremos a nuestra manera sin considerar a Dios, de cierto tendremos serias consecuencias a enfrentar y en muchos casos que lamentar. 
            ¿Qué debió hacer Pedro a la advertencia de Jesús?.  Simón, Simón, he aquí Satanás os ha pedido para zarandearos como a trigo (Lucas 22:32).  Zarandear significa sacudir al viento, era la labor del agricultor cuando lanzaba el trigo al viento y así la suciedad era quitada.  Realmente la petición de zarandear era para todos los discípulos no únicamente para Pedro (he aquí Satanás os ha pedido zarandearos….Lucas 22:32).  Al final de la vida de Pedro, notamos que efectivamente y los demás discípulos necesitaban esa zarandeada.  ¿Cuántos de nosotros lo necesitamos hoy día?  Jesús fue claro en la advertencia a Pedro y todos los demás discípulos.  ¿Qué debió hacer Pedro y nosotros hoy día?  Sencillamente debió escuchar al Señor  y poner toda la atención debida.  Proverbios 3:5, 7 dice, Fíate de Jehová de todo tu corazón, y no te apoyes en tu propia prudencia….No seas sabio en tu propia opinión.  La reacción de Pedro demuestra exceso de confianza en sí mismo y menospreció a los demás discípulos:  Aunque todos se escandalicen de ti, yo nunca me escandalizaré….Aunque me sea necesario morir contigo, no te negaré (Mateo 26:33, 35)…..Mas él con mayor insistencia decía:  Si me fuere necesario morir contigo, no te negaré  (Marcos 14:31).  Pedro en otras palabras estaba diciendo:  ¡Señor, cómo es posible que tú creas que yo……quizá Mateo, Juan, Jacobo o  Judas…..pero yo…..nunca!  Pedro nunca debió contradecir al Señor.  Si leemos con detenimiento, Pedro no solo contradijo al Señor sino que también con insistencia lo corrigió.  La fidelidad al Señor se demuestra no solo con buenas intenciones sino también siendo fieles en medio de la prueba de fuego que debemos enfrentar.  No es con fanfarronerías, jactancia sino siendo humildes y fieles. 
            Jesús intercede por nosotros.  Yo he rogado por ti (Lucas 22:32).  ¿Acaso no hubiera sido mejor que Jesús evitará la zarandeada?  Quizá la mayoría de nosotros hubiese deseado lo siguiente:  Pedro, Satanás os ha pedido zarandearos como a trigo, pero tranquilo, no le di permiso.  Todos debemos saber que las pruebas, adversidades y toda situación difícil en la vida, Dios tiene propósitos por el cual las permite.  Santiago 1:2-4 dice,   Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas, sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia.  Mas tenga la paciencia su obra completa, para que seáis perfectos y cabales….Jesús no dejó a Pedro ni tampoco a nosotros.  Pero yo he rogado por ti. Con los años, esta zarandeada le sirvió mucho a Pedro.  Ya adulto, con madurez y experiencia escribe en 1 Pedro 5:8, Sed sobrios, y velad, porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar. 

            Finalmente Jesús nos comprende, tiene compasión y nos restaura.  Nos comprende y lo demuestra no haciendo ningún tipo de reclamo a Pedro al saber que le negará hasta tres veces no dentro de cinco o diez años.  Eso sucedería esa misma noche.  Jesús conoce nuestra debilidad y nos comprende.  Tiene compasión cuando nos ama a pesar de lo que somos….y se lo demuestra a Pedro cuando le ve y éste sale afuera y llora amargamente (Lucas 22:61).  Le restaura al momento de su resurrección y aparece a María Magdalena y en Marcos 16:7 dice:  Pero, id a sus discípulos, y a Pedro…..Con ello, Jesús restaura públicamente a su apreciado discípulo.  Como hemos visto, todos somos vulnerables al error humano, así que aprendamos de la triste experiencia de Pedro y nos cuidemos.  Sepamos escuchar las advertencias del Señor y confíenos en Su palabra.  Dios les bendiga.   

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