El Dios que se inclina (Juan
13:1-5).
¿Qué significa ser
cristiano? Podemos encontrar una serie
de respuestas. Para algunos, ser
cristiano es primeramente cultural y seguir una tradición. Para otros, es asistir a una iglesia y
practicar ciertos ritos. Ser cristiano
es seguir a Cristo incondicionalmente (Juan 10:27 dice, Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen). Ser cristiano, es identificarnos plenamente
con la personalidad de Cristo y negarnos a nosotros mismo para someternos a Su
autoridad. Una de las formas cómo
podemos identificarnos con Cristo es sirviendo.
Servir es nuestro llamado y seguir el ejemplo de Cristo. Mateo 20:26-27 dice, ….el que quiera ser grande entre vosotros será vuestro servidor (diácono)
…..y el que quiera ser el primero entre
vosotros será vuestro siervo (esclavo).
Las últimas palabras de alguien por morir deben ser importantes. En los capítulos de Juan entre el 13-17 son
acontecimientos ocurridos en la misma noche que fue entregado. Esa misma noche Jesús instituyó la Cena del
Señor y lava los píes de sus discípulos.
El lavar los píes de ellos tiene varias razones. Una de ellas la encontramos en Juan 13:15, Porque ejemplo os he dado, para que como yo
os he hecho, vosotros también hagáis. Jesús
demostró tener un corazón de servicio y humildad.
En
Mateo 20:20-28, encontramos una petición ambiciosa hecha por la madre de los
hijos de Juan y Jacobo (Santiago), Ordena
que en tu reino se sienten estos dos hijos míos, el uno a tu derecha, y el otro
a tu izquierda (v. 21). En la
mayoría de las sociedades los puestos mas relevantes estaban al lado derecho e
izquierdo del líder principal. Aquí
vemos una madre promoviendo a los lugares mas destacados a sus dos hijos. El síndrome del éxito es un sentimiento que a
todos nos afecta. ¿Cómo medimos el éxito
hoy día? Marca de vehículo que
conducimos. Lugar dónde vivimos. Precio de la casa. Una buena cuenta bancaria. Salario y lugar dónde trabajamos. Título académico etc. Por otro lado, los otros diez discípulos
reaccionan con enojo por la petición presentada (v. 24). ¿Por qué el enojo de ellos? ¿Acaso eran mas espirituales que estos
dos? ¿O se enojaron porque estos dos
fueron mas listos y se les adelantaron?
¿Acaso también ellos aspirarían a esos mismos lugares? La respuesta de Jesús quizá fue
inesperada: Mas entre vosotros no será así, sino que el que quiera hacerse grande
entre vosotros será vuestro servidor (diacono) y el que quiera ser el primero entre vosotros será vuestro siervo (esclavo)
(v. 26-27). Sin duda alguna, lo anterior
son palabras olvidadas. La grandeza en
el Reino de Dios se mide sirviendo. En 3
Juan 1:9 dice, Yo he escrito a la
iglesia, pero Diótrefes, al cual le gusta tener el primer lugar entre
ellos. El término usado por el
apóstol Juan es filoprimatosis, significa
el que ama el primer lugar. Una las
cualidades de los fariseos era amar los
primeros asientos en las cenas, y las primeras sillas en las sinagogas (Mateo
23:6). El apóstol Pedro nos da una
oportuna advertencia en su primera carta 5:5, ….y todos sumisos unos a otros, revestidos de humildad, porque Dios
resiste a los soberbios y da gracia a los humildes. ¿Cuántas veces hemos sentido el síndrome
de Diótrefes, amar los primeros lugares?
Jesús es nuestro mejor ejemplo a seguir:
Como el Hijo del Hombre no vino
para ser servido, sino para servir y para dar su vida en rescate por muchos (v.
28).
En
el marco de la última cena, Lucas 22:24 relata algo interesante, Hubo también entre ellos una disputa sobre
quién de ellos sería el mayor ( mas importante). Lucas para el término disputa, usa la
palabras rivalidad. Es el enfrentamiento, oposición o
enemistad entre varios que aspiran a lograr una mis cosas. Viene del latín traducido como cualidad de enemigo. Disputa es estar
ansioso y dispuesto a discutir y pelear
por posiciones. Es no ceder un
paso. Es aquel individuo que en
cualquier ambiente quiere discutir y desde luego, ganar la discusión. El apóstol Pablo en 1 Cor. 11:16 al respecto
nos recuerda, ….si alguno quiere ser
contencioso, nosotros no tenemos tal costumbre, ni las iglesias de Dios. En 2 Timoteo 2:24 agrega sobre lo mismo, Porque el siervo del Señor no debe ser
contencioso, sino amable….Muchas veces podemos ganar la discusión pero
perder la persona. Los discípulos
estaban afanados en buscar las mejores posiciones pero no el servicio. En Lucas 22:27 Jesús les aclara, ….Mas yo estoy entre vosotros como el que
sirve. El verdadero siervo del
Señor, no tiene nada que ver con prestigio, rango sino mas bien con
servicio. En 1 Cor. 3:9 respecto a
nuestras función dentro del Cuerpo de Cristo, Porque nosotros somos colaboradores de Dios…..
Jesús
es nuestro ejemplo a seguir (Juan 13:1-5).
Este evento sucedió la misa noche cuando Jesús fue entregado. En los versículos 1, 3 Juan repite el verbo sabiendo (comprensión inteligente con un
énfasis en el proceso o acción de conocer).
Jesús siempre mantuvo el control de los sucesos presentes y por
venir. No fue sorprendido por nada como
tampoco nada escapó a Su perfecta voluntad.
Así mismo en el v. 1, describe sus sentimientos hacia ellos a pesar
de…..los amó hasta el fin. ¿Cómo lo
hizo? En medio de este acontecimiento
espiritual, Lucas nos dice el tema de conversación entre ellos, quién de ellos sería el mayor (Lucas
22:24). Jesús inesperadamente se
levanta y empieza a lavar los píes de todos ellos. ¿A quién le gusta lavar los píes? Estos huelen mal. En la mayoría de las veces no lucen
bien. Como se dijo, Jesús mantuvo el
control de todo y siendo el Señor intencionalmente
cambia de posición. Se levantó de la cena, y se quitó su manto,
y tomando una toalla, se la ciñó. Luego
puso agua en un lebrillo, y comenzó a lavar los pies de los discípulos, y a
enjugarlos con la toalla con que estaba ceñido
(Juan 13:4-5). Según la
costumbre de entonces, el lavado de pies se hacia por hospitalidad, muestra de
afecto, salud o higiene. Había una
persona encargada de estas labores (por lo general el esclavo de mas baja
categoría). Jesús era el menos indicado
para hacerlo. Lo mas interesante de todo,
es que también lavó los pies de Judas a pesar de su traición (v. 29-30). Jesús nos enseña el servicio a los demás sin
avergonzarnos. Servir sin discriminar a
nadie. Porque ejemplo os he dado, para que como yo os he hecho, vosotros
también hagáis (Juan 13:15). Así
que, alejemos de nuestros corazones todo orgullo y sirvamos. A eso hemos sido llamados. Dios les bendiga.
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